Por FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Libertad Digital
Domingo, 30.07.17
http://www.libertaddigital.com/opinion/federico-jimenez-losantos/la-vergonzosa-sentencia-contra-hermann-tertsch-82851/
http://www.libertaddigital.com/opinion/federico-jimenez-losantos/la-vergonzosa-sentencia-contra-hermann-tertsch-82851/
Estamos en manos de unos jueces que no aplican la ley sino
que labran su futuro mediante sentencias.
Un juzgado de Zamora ha condenado a Hermann Tertsch por
publicar datos ciertos, gravísimos y de indudable interés público, sobre la
actividad criminal del abuelo de Pablo Iglesias, aspirante a la Presidencia del
Gobierno, durante la guerra civil. Lo hace tras aterrizar allí, en lo que diríase
un alzamiento de bienes jurídicamente protegibles como el de la libertad de
expresión (artículo 20 de la Constitución), una denuncia del padre de Pablo
Iglesias, ex-terrorista del FRAP, que siente mancillado su honor, o el de su
padre o el de su hijo. Y la condena es a pagar 10.000 euros, a las costas del
juicio por despeje a la zamorana de la denuncia –con el codo las mandaba lejos
Ricardo Zamora- y, atención, a borrar el artículo de la hemeroteca de ABC. Me
parece todo ello, sobre todo lo último, un alarde tan arbitrariamente
liberticida, tan opuesto a la letra y al espíritu de la Constitución, que sólo
la cobardía de un periodismo de corrala, palmeros y agradaores dejará
de ver en ello una agresión brutal. Otra más que agradecer a la Dinastía
Iglesias.
Los hechos de que escribe Hermann
Como la famosa Ley de Memoria Histórica busca,
sobre todo, borrar los crímenes cometidos por el bando y las bandas del Frente
Popular, nada es más urgente que recordar los hechos, como ayer, respaldando a
Ramón Pérez Maura y al ABC, que recurrirá la sentencia, hacía en El Mundo Santiago
González.
Hermann no inventó nada. Esto se publicó un año antes,
citando a lagaceta.es, el 7-2-2015, en Villafranca hoy, de donde era
el tristemente célebre papá del papá del que pretende convertir a España en
Venezuela:
"El abuelo villafranqués de Pablo Iglesias fue juzgado
por hacer sacas en el Madrid republicano"
Y extrae algunos fragmentos de la declaración judicial de
una víctima del Terror Rojo:
En la declaración de María Ceballos Zuñiga y Solís, marquesa
viuda de San Fernando, natural de la localidad de Villafranca de los Barros
igual que Manuel Iglesias, el abuelo de Pablo Iglesias, estaba en la partida de
milicianos que el 7 de noviembre de 1936 detuvo a su marido, Joaquín Dorado y
Rodríguez de Campomanes, Marqués de San Fernando, y a su hermano, Pedro
Ceballos. Ambos fueron entregados a la checa de milicias situada en la calle
Serrano 43 y fusilados en la Pradera de San Isidro.
Junto al abuelo de Pablo Iglesias estaban, según refieren
varias de las declaraciones de implicados y testigos, Ángel Medel Larrea,
Manuel Carreiro "el Chaparro", Jesús Yuste 'el Cojo de los Molletes',
Antonio Delgado 'el Hornachego' y otros dos milicianos de los que solamente se
conoce el apodo 'el Vinagre' y 'el Ojo de Perdiz'.
Al día siguiente de la detención fueron varios los empleados
y vecinos de la casa de la calle del Prado número 20 los que fueron a pedir
explicaciones a Manuel Iglesias, al que conocían los marqueses por ser de la
misma localidad. Los testigos son claros en su declaración y explican que el
abuelo del líder de Podemos les dijo que no le molestaran más, que "lo
habían fusilado en la Pradera del Santo".
¿Niega estos hechos la sentencia zamorana? No, se acoge a
una excusa técnica de Iglesias II: que Iglesias I, el chequista, fue condenado
a 30 años por rebelión militar y no por los crímenes cometidos junto a su
cuadrilla, denunciados y respaldados por testigos. ¿Y por qué no denunció Iglesias
II a lagaceta.es ni a Villafranca hoy, sino, tiempo después, a
Hermann Tertsch y al ABC? Pues porque no se trata de defender el honor, si
honor tuviera el delito, sino para meter miedo a los críticos de Iglesias III.
El monstruo de Sorayenstein ya manda en los juzgados
Esta semana hemos asistido a un esperpento judicial que
demuestra hasta qué punto el monstruo de Sorayenstein, o sea, los
podemitas togados, se han convertido en un monstruo incontrolable, como el de
Frankenstein. Rajoy fue obligado a declarar, de forma clarísimamente ilegítima,
cuando esa misma sala admite que hasta los etarras declaren por
videoconferencia.
Ilegítima fue la llamada, ilegal la colocación del testigo,
que si no es togado no puede ocupar un lugar en el estrado, delictivas las
declaraciones del testigo, que mintió por toda la barba, y delictuosa cuanto
defectuosa la actuación de los abogados del PSOE, que facilitaron a Pedro y
Pablo III el rasgado de vestiduras por los extremos a que ha llegado España. ¡Y
tanto!
Pero lo peor de lo mucho malo que pasa en España es la corrupción
generalizada de la Justicia. No sólo contra el PP, que lo merece por infame y
traidor a sus promesas de independencia y pulcritud judicial, sino contra las
libertades cívicas de todos los españoles, que estamos en manos de unos jueces
que no aplican la ley sino que labran su futuro mediante sentencias.
Que un juez se atreva a decir, tras multarlo por un
tecnicismo, que hay que borrar el artículo de un periodista que ha relatado
unos hechos de enorme gravedad y que los Iglesias pretenden ocultar a la
opinión pública, es el acabose de la Ley de venganza Histórica, es la Orden de
Desmemoria para la nación española. Y sin ánimo de molestar a Su Señoría pero
sí de defender el sagrado derecho cívico a saber la verdad y decirla, suscribo,
de la cruz a la raya, el artículo de Santiago González y éste de Pérez
Maura:
No callaremos
Malos tiempos para la libertad. Se derrumba la Venezuela
de Pablo
Iglesias y los suyos, mas ellos siguen empleando aquí los
tribunales para actuar con un rigor inimaginable en los lugares en los que
gobiernan aquellos a quienes han aleccionado las gentes de Podemos. El juzgado
de Primera Instancia Nº 3 de Zamora ha condenado a mi colega y amigo Hermann
Tertsch por la publicación en la Tercera de ABC el 17 de febrero de
2016 del artículo El abuelo de
Pablo. Se le impone una indemnización de 12.000 euros al padre del
secretario general de Podemos. La razón de ello es que en aquel artículo
Tertsch afirmaba, recogiendo lo ya aparecido en otras publicaciones a las que
nadie ha demandado, que Manuel Iglesias Ramírez, abuelo de Pablo Iglesias,
fue condenado a muerte por la desaparición y el asesinato en noviembre de 1936
del marqués de San Fernando y su cuñado Pedro Ceballos, tras la
saca perpetrada en su domicilio.
La sentencia no niega que Iglesias participara en esa saca
con el Chaparro, el Hornachego, el Vinagre, el Ojo de
Perdiz y el Cojo de los Molletes. Pero sí niega que él asesinara a
las dos víctimas pues la investigación sobre la saca fue "archivada
provisionalmente" e Iglesias fue condenado a muerte por rebelión militar.
Pena, que como explicaba Tertsch en su artículo, le fue conmutada por 30 años
de prisión de los que, ya se sabe lo de la dureza del franquismo, sólo cumplió
cinco.
Ha sido ésta una causa verdaderamente extraña. Primero
porque el padre del secretario general de Podemos presentó
su demanda en los juzgados de Madrid, como es lógico por ser esta ciudad la
sede de ABCy, sorprendentemente, el tribunal declaró su
"incompetencia territorial" y lo despachó a Zamora, residencia del
demandante al que no se le debía haber ocurrido acudir directamente al juzgado
allí. Después, el día de la vista oral, el 19 de abril de 2017, se decidió
celebrar la vista a puerta cerrada. La sentencia no aclara si el motivo de
expulsar al público –sin que hubiera habido ningún incidente- fue por proteger
el supuestamente ya mellado honor de la familia Iglesias o porque la libertad
de información no es un bien protegible cuando se juzga a periodistas.
Al fin la sentencia conocida ahora condena a Tertsch a pagar
la indemnización referida y los costes del proceso y "a retirar a su costa
de la web y del caché el artículo referido". No entraré en lo del caché,
porque en el diccionario de la Real Academia Española no hay más que dos acepciones
de "caché": la cotización de un artista y la distinción o elegancia
de una persona. Y como el pobre Tertsch tenga que hacerse cargo de la
distinción y elegancia de la familia Iglesias le aconsejo que opte por pedir
conmutar la pena por una de cárcel.
En cuanto a lo de retirar el artículo de la web, aquí ya
hemos llegado a la censura más absoluta, una que supera lo que vemos en
Venezuela. ABCes un diario publicado en papel. Los diarios en papel tienen
una hemeroteca que sólo se censura en regímenes como el de la fenecida Unión
Soviética. Esa hemeroteca de ABC, todas las páginas publicadas desde el 1
de enero de 1903, pueden ser vistas por cualquiera enhttp://hemeroteca.abc.es. Ahora el juzgado
de Zamora pretende eliminar de la hemeroteca digital el artículo de Tertsch. Y
supongo que después irá a la Biblioteca Nacional y también censurará allí
nuestras páginas cortando esa Tercera con una cuchilla. Ni Chávez se
atrevería a tanto. Llegaremos a volver a publicar portadas con el titular
"Este número está visado por la censura" como la aparecida el 16 de
octubre de 1935.
Ellos lo tienen claro. No pararán hasta que nos callen. Pero
no callaremos.
Hágase a la idea, Señoría. Y avergüéncese el
justiciable Rajoy del monstruo que ha creado y que infama la política
española. Es su criatura.
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