domingo, 25 de octubre de 2015

ESPAÑA Y EUROPA, SIN RODEOS Reseña de "DÍAS DE IRA"

 Por SERGI DORIA
  ABC CULTURAL  Sábado, 24.10.15

La actualidad más inmediata late en las páginas de Días de ira. Una recopilación de crónicas donde Hermann Tertsch toma el pulso a la política nacional e internacional


Una reflexión urgente. Así titula Hermann Tertsch (Madrid, 1958) el primero de los escritos recolectados en Días de ira. El «mundo líquido» que acuñó Zygmunt Bauman engloba la última década española. En estos momentos, advierte el periodista de ABC, los valores de la Transición cotizan a la baja: «Truenan los llamamientos a la destrucción purificadora, a la revancha y la venganza. Surgen con mucha pujanza fuerzas que se dicen justicieras y redentoras. Unas dicen clamar por los pobres y maltratados, otras por tribus viejas o naciones inventadas. Enfrente se encuentran un Estado cuestionado y asediado y una sociedad confusa. Con un orden legal que se atasca y lealtad y disciplina olvidadas. Y nadie aporta la firmeza en la defensa de unas leyes y una razón cada vez más desprestigiadas».

                                                                                  ÓSCAR DEL POZO

Entre las perniciosas herencias del franquismo, la presunta supremacía moral de un antifranquismo que tilda de «facha» las opiniones conservadoras o la oposición a los nacionalismos periféricos. La corrección política confunde disciplina con autoritarismo y juzga con diferente baremo a los extremismos. En España, la izquierda goza de superioridad moral frente a una derecha acomplejada y sin discurso ético. El patriotismo es visto como algo ajeno, y la palabra «España» se esquiva con la de «país» o «Estado español».

Pensamiento mágico
Esa indolencia de la pertenencia, señala Tertsch, dificulta el compromiso con la nación: concepto «discutido y discutible» según la boutade de José Luis Rodríguez Zapatero. La irresponsabilidad envenena la convivencia: «Desde el ‘derecho a decidir’, o el derecho de un juez a redactar una constitución para destruir la Constitución que juró defender, al derecho de Artur Mas a utilizar el Estado abiertamente en contra del Estado, el de los estudiantes a exigir trabajo en estudios universitarios que solo garantizan su inutilidad, a la exigencia de facilitar y promover la violación de las fronteras propias, al ministro de Defensa que dice que prefiere ‘morir a matar’, son interminables las incoherencias flagrantes que la corrección política impone a la lógica en España».
ZP consagra lo que Tertsch califica acertadamente de «pensamiento mágico», mejunje de «socialismo orgánico del siglo XXI» y anticapitalismo universitario con raíces chavistas de Podemos. Los partidos emergentes cuestionan el orden constitucional, mientras que el nacionalismo catalán deviene en independentismo; mirando hacia atrás con ira, ambos movimientos retan a un Mariano Rajoy educado en el pensamiento débil por el asesor Pedro Arriola. En nombre del pragmatismo, el presidente se vuelca en la economía, elude desde el plasma desafíos sociales y nacionalistas, y deja expedita La Sexta a sus antagonistas, mientras los casos de corrupción desarbolan el Partido Popular.
Como apunta el ensayista, «la falta de política siempre es mala, porque si no ponen la política los cuerdos, la suministran con seguridad los locos… En la desigual pugna entre la nación y los nacionalistas periféricos, desde hace casi cuatro décadas jugada con permanente ventaja para los últimos, la indolencia, indiferencia e inactividad, la lacerante pasividad del gobierno de Rajoy ante el permanente discurso del desafío, desacato y sedición de las instituciones autonómicas catalanas, ha dejado postrado a su partido».

Hermann Tertsch (arriba) dedica no pocas
de sus reflexiones a Putin (bajo estas líneas): «El presidente ruso ha invadido un país vecino (Ucrania) con exactamente los mismos pretextos que usó Hitler para anexionarse los Sudetes».


Sombríos episodios
En la Europa que parecía haber conjurado el totalitarismo soviético tras la caída del Muro, la Historia amenaza con repetirse sombría. Los populismos antieuropeos se ceban en una política europea indecisa. En la invasión y desmembración de Ucrania por los rusos, Tertsch ve una reedición de los pactos de Múnich de 1938, cuando Chamberlain «regaló» Checoslovaquia a Hitler para evitar la guerra. En el Múnich de 2015, Merkel y Hollande encarnan la impotencia occidental. «Setenta años después de la Segunda Guerra Mundial, la flamante Europa unida está inerme ante una agresión exterior de un gigante antidemocrático como la Rusia de Vladimir Putin», escribe.
A la resurrección bélica rusa –el ataque sobre Siria confirma las tesis del cronista–, se añaden las extrañas alianzas entre la extrema izquierda con el régimen bolivariano, el antisemitismo y la ascensión y caída de Syriza en Grecia: los Días de ira del calendario internacional. El autor ilustra con sus vivencias familiares las anomalías que mantienen el sectarismo de una España hegemonizada culturalmente por una izquierda sin pecado original.

Dimensión criminal
Para muestra, el padre del autor, uno de los millones de alemanes y austriacos que confundieron nazismo y esperanza. No se vio por fortuna en el dilema de ser un asesino. En la Noche de los Cristales Rotos (1938) calibró desde su despacho diplomático en Londres la dimensión criminal del nazismo. Detenido por la Gestapo tras el atentado contra Hitler de 1944 y acusado de pertenecer a la resistencia católica austriaca, acabó huyendo del campo de concentración cuando se produjo la derrota hitleriana. Su destino fue Madrid, donde iba a reunirse con su mujer y ganarse la vida trabajando en la prensa. Volvía a España, aclara Tertsch, pero «no para recibir refugio de Franco como peligroso criminal de guerra nazi, como se empeñan en afirmar algunos pelmazos…».

Para el cronista sólo la memoria con «mirada limpia» inmuniza contra el odio: «Todo español debería, ochenta años después, considerar tan propios los muertos de Paracuellos como los de Badajoz, los oficiales del Cuartel de la Montaña como los fusilados en Montjuïc. Pero deberíamos guardar especial memoria, afecto y luto por aquellos que murieron víctimas de quienes consideramos más cercanos en aquella guerra, si es que algunos lo son más que otros». España y Europa, por fin, sin rodeos.

martes, 8 de septiembre de 2015

LA HORA DE LOS ALUCINADOS - Reseña de "DÍAS DE IRA"

Por GABRIEL ALBIAC
  LEER - LA REVISTA DECANA DE LIBROS Y CULTURA
 Número 264. Extra de Verano 2015, pág. 89
 www.revistaleer.com
 Reseña. "DÍAS DE IRA" de HERMANN TERTSCH


El corazón de los Días de ira (La Esfera de los Libros) de Hermann Tertsch está en su página 182. Y en la narración de una tragedia familiar que no es la de su padre: que es la tragedia colectiva de Centroeuropa en los años de entreguerras. Y que, por ese aterrador efecto de intemporalidad que define las pocas cosas verdaderamente graves del imaginario humano, estamos viendo reaparecer ahora. Impotentes. Como entonces.
    Eso precisamente hace de esta, que su subtítulo presenta como Una reflexión que clama a las conciencias ante una España en alarma, una reflexión más honda, en ningún modo anecdótica sobre lo oscuro que acecha siempre en las actuaciones de los hombres: el lado tenebroso de la historia, que quisiéramos soñar haber vencido para siempre, pero que siempre está ahí, que es la amenaza frente a la cual se libra sin remedio una vida de hombre que valga la pena, una vida de hombre libre.
    “Mi padre fue un miembro del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP). Es muy cierto. Como muchos millones de alemanes y austriacos. Que se convirtieron en nazis y comunistas en aquellos finales de la década de los años veinte y principios de los treinta. No porque fueran malos o crueles. Ni antisemitas, ni antipolacos o antinorteamericanos. Se convirtieron en seguidores de ideologías y promesas que les prometían rápidas soluciones a sus problemas terribles”. Exactamente igual que ahora.
    Días de ira se mueve en un implacable péndulo que oscila narrativamente entre la demencia colectiva que acabó en aquel terrible suicidio colectivo de la Europa del final de los años treinta y ésta que irrumpe ahora, con los mismos discursos, con idénticas retóricas, hasta con la común autodefinición de “populismo”.
    Y es verdad que, si no conociéramos la natural tendencia a lo peor que prima siempre en los comportamientos humanos, debería asombrarnos la pureza con la que el discurso totalitario, medio siglo después de haber lanzado la peor matanza de la historia, pueda volver a ejercerse sin la menor vergüenza, pueda incluso exhibir atributos de modernidad o decirse portador de soluciones éticas. No hay una sola palabra, no hay un solo gesto ni comportamiento en los nuevos populistas que no haya sido puesto a prueba en la Alemania de Hitler y en la Rusia de Stalin, antes de serlo en la Cuba de Castro, la Argentina de Perón, la Venezuela de Chávez. Pero nadie quiere oír eso tan desagradable, eso que habla de millones de asesinados. Y el antisemitismo de un concejal de Carmena en 2015 es presentado por la bonachona alcaldesa como poco más que un bondadoso chiste de incuestionable filántropo.
    Vivimos el peor de los tiempos. Y ni nos damos cuenta. Pero eso sí que no es nuevo. El libro de Tertsch nos ayuda también a entenderlo. A entender que los viejos populismos de entreguerras fueron recibidos por una población hastiada como última esperanza de paraíso en tierra. Y el paraíso en tierra se llama infierno. Entonces, como ahora. Siempre.
    Días de ira está escrito entre las elecciones europeas y las municipales y autonómicas. Cubre, pues, el intervalo de la más súbita ola populista que ha sufrido la España de después de la dictadura. Y prevé, de algún modo, lo que tras municipales y autonómicas vendría: un horizonte cerrado, que da directamente sobre el abismo. Exactamente igual que en la Europa de hace tres cuartos de siglo.
    Los populismos no surgen de la nada, ni son accidentes meteorológicos venidos de vaya usted a saber qué maldición de los dioses. Son la respuesta desesperada a situaciones que generó una política incompetente. Sin los errores en cadena de Weimar, el nazismo no hubiera ido más allá de un pintoresquismo de taberna: patología menor. Sin las arbitrariedades de una política arrogante y corrupta,  Podemos raramente habría logrado salir del cotorreo propio a las cafeterías de las facultades madrileñas. Tertsch hace el esfuerzo de trazar la genealogía material de esa irrupción. Y el paisaje que dibuja nos deja desolados.
    Hubo, ante todo, 2004: un atentado brutal que quebró la continuidad normal de la política española. Y puso en el poder al sujeto más inimaginablemente desquiciado de nuestra historia reciente. Sin la infantilización de todos los discursos y de todas las prácticas que Zapatero erigió en suplencia de cualquier pensamiento adulto, la salida a escena de Iglesias y los suyos no hubiera generado más que carcajada. Pero, después de un Presidente como Zapatero, cualquier cosa parece una minucia.

    Hubo también la completa incapacidad del PP de Rajoy para entender que un ciclo constitucional estaba terminando. Y que era imprescindible legislar para poner en marcha los cimientos de algo nuevo. No se hizo. Y hoy Rajoy despierta en Weimar. Y, con él, todos nosotros. Es la hora de los alucinados.

lunes, 7 de septiembre de 2015

ENTREVISTA A "HERMANN TERTSCH"en "LA TRIBUNA DEL PAÍS VASCO" (07.09.15)

Entrevista a HERMANN TERTSCH
 Por RAÚL GONZÁLEZ ZORRILLA, Director
 LA TRIBUNA DEL PAÍS VASCO  Lunes, 07.09.15


“LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ESTÁ MÁS AFECTADA QUE OTRAS SOCIEDADES EUROPEAS POR LA PÉRDIDA DE CERTEZAS, EL DESMANTELAMIENTO Y LA DESTRUCCIÓN DE VALORES Y PRINCIPIOS”

Hermann Tertsch: “Europa, fascinada por los bárbaros, va camino de conseguir lo que ya intentó en el siglo anterior: entregar voluntariamente la libertad y la civilización al totalitarismo y la barbarie”

Nacido en Madrid en 1958, Hermann Tertsch Del Valle-Lersundi es uno de los mayores expertos en el análisis de la realidad política y social española y europea. Contundente, rápido en la interpretación de los acontecimientos y siempre coherente, Tertsch posee a raudales esa extraña habilidad que solamente tienen los mejores especialistas y que consiste en descifrar con pericia los pequeños detalles del acontecer diario para bosquejar con éxito los grandes retos, las posibilidades y las amenazas del futuro.

Hijo de periodista, siendo un niño buceaba día sí y día también entre los veinticinco periódicos y revistas -prensa nacional e internacional- que llegaban diariamente a su hogar. Como no podía ser de otra manera, comenzó a ejercer la profesión en el boletín económico “Spanish Economic News Service”, propiedad familiar, y después en la Agencia EFE, en Viena. Allí comenzó a colaborar con “El País”, que pronto lo llamaría a España. En 1985 ya era corresponsal de este periódico en Bonn y Varsovia y, más tarde, lo fue para toda Europa oriental durante la caída del Telón de Acero, el desarrollo de las jóvenes democracias nacidas de la ex Unión Soviética y la posterior guerra de Yugoslavia.

Subdirector y jefe de Opinión de “El País” entre 1993 y 1996, fue después enviado especial por todo el mundo, columnista y editorialista. Abandonó este periódico en 2007 por discrepancias ideológicas y desde entonces es columnista y enviado especial del diario “ABC”.

Ha sido comentarista político y tertuliano en las principales cadenas de radio y televisión de España, y también colaborador de diarios y revistas extranjeras. Entre 2008 y 2010, dirigió el informativo nocturno diario de Telemadrid.

A lo largo de su carrera, Hermann Tertsch  ha sido galardonado con los premios “Cirilo Rodríguez”; “Europeo de Periodismo”, del Parlamento Europeo; “Mejor Corresponsal”, del Club Internacional de Prensa; “Libertad de Expresión”, del Club Liberal y otras distinciones, como la Gran Cruz al Mérito Civil de Austria.

Ha publicado los ensayos “La venganza de la historia” y “Libelo contra la secta”, y las novelas “La acuarela” y “Cita en Varsovia”.

En esta entrevista con La Tribuna del País Vasco, Hermann Tertsch  habla de su última y esencial obra, “Días de ira”que, en sus propias palabras, es una reflexión urgente en tiempos decisivos. “Es una visión personal de nuestra actualidad política en España y Europa. Estamos en un momento histórico en el que solo una cosa es previsible: que hechos imprevisibles producirán cambios profundos en nuestra realidad, con grave incidencia en las vidas de todos nosotros. Es un tiempo fascinante y peligroso. Entre amenazas y oportunidades, están en juego nuestra libertad, nuestra dignidad, nuestra memoria y nuestra civilización”.

¿Cómo definiría la actual situación política y social en España?

España comparte todos los problemas y peligros de los demás países europeos y de las sociedades desarrolladas. Pero tiene, además, los suyos específicos, que hacen a España más débil para superar aquéllos y los propios. Y mucho más vulnerable e inestable.

La sociedad española está más afectada que otras sociedades europeas por la pérdida de certezas, el desmantelamiento y la destrucción de valores y principios, irremediablemente desprestigiados para generaciones por el mero hecho de haber sido parte de nuestro pasado.

Los españoles detestan su pasado real porque saben que lo tienen que combatir permanentemente con la mentira. Los españoles pretenden siempre distanciarse de su pasado real y, de este modo, se alejan también de todo lo que pudiera conferirles fuerza, seguridad y confianza, claridad y probidad para afrontar el presente y el futuro. Por eso los españoles tienen muchas más dificultades para afrontar con eficacia los retos y las cuestiones generales de las sociedades modernas. Porque cuestionan permanentemente su identidad y la legitimidad de todos sus planteamientos y acciones. Están secuestrados por esas mentiras que arrastran y que les condicionan siempre en la falta de libertad. La trampa es omnipresente. Los españoles se hacen trampas permanentemente los unos a los otros. Pero se las hacen hasta en los solitarios, como suele decirse. Todos los debates necesarios son estrangulados. Porque no hay una mirada limpia para ver los problemas propios ni los de los demás, porque la probidad es una anomalía, porque la veracidad y la buena fe no son la regla sino la excepción y porque los españoles perdieron su gran oportunidad de sanar definitivamente de una subcultura omnipresente del odio y el resentimiento, surgida de una historia de pobreza, fracaso, sumisión y miedo. Los españoles detestan su pasado, pero no han sabido mirar al mismo con ganas de verdad y con honradez. Detestan el éxito y conforman hoy una sociedad muy cobarde, que se ha tragado y asumido todas las leyendas negras sobre sí misma, la ciertas y las falsas. La hegemonía cultural de la izquierda ha supuesto una plena continuidad de la docilidad y sumisión de las décadas y siglos anteriores. Pudo haberse producido la liberación, pero no fue. Y hoy, España vuelve a estar muy lejos de ser la sociedad razonablemente sana que pudo llegar a ser 

Afirma en su libro “Días de ira”: “España es otra. Y de repente, en un mundo sin anclajes, donde todo está en movimiento, todo parece ya líquido, desde los electorados a las expectativas, desde el pensamiento mismo a las menguantes certezas, lealtades o esperanzas, los españoles se encuentran en 2015 en un año en el que saben que han de suceder muchas cosas”… ¿Cómo cree que acabaremos los españoles este año, después de las elecciones generales que tendrán lugar en diciembre?... En su opinión, ¿cuáles son los principales peligros que nos acechan colectivamente?

Creo que los españoles se dejan llevar fácilmente por una versión propia y muy extrema de la moda occidental del desprestigio de la racionalidad, del culto al sentimentalismo, del “buenismo” y de una hipocresía que es capaz de alcanzar cotas de automutilación. Todo ello aderezado con el resentimiento como músculo y la envidia como suprema motivación, convierte el mensaje igualitarista y reaccionario de la izquierda en imbatible. En ese sentido, creo probable que tengamos después de las elecciones un gobierno de izquierda/extrema izquierda/nacionalistas que será incapaz de dar estabilidad a España y de gobernar con un mínimo de solvencia. Quizás las elecciones de diciembre sean las primeras de muchas. Y quizás lo que se haya acabado definitivamente sea la estabilidad política. Lo que, en un clima de abierto desafío y desprecio a las leyes, puede anunciarnos mayores problemas a medio plazo. Y en España, en estas circunstancias, siempre hay que incluir la violencia. 

¿Qué solución ve a esta situación que describe?

Aunque improbable, me parece que la única solución, precaria pero razonable, es la de un gobierno de coalición entre el Partido Popular y Ciudadanos. Creo que, salvo un milagro que pudiera movilizar a los votantes contra el terror a un nuevo Frente Popular, Mariano Rajoy no tendrá un resultado que pueda hacerle volver a gobernar. Tampoco con Ciudadanos. Aunque aritméticamente fuera posible, que es mucho suponer, creo que Ciudadanos impondría la retirada de Rajoy para dar una mayoría de gobierno al PP. Con buen criterio.

Creo que Mariano Rajoy, su vicepresidenta y el equipo del Presidente, con su inanidad, indolencia y arrogancia, han cosechado un estrepitoso fracaso político que sus éxitos en la relativa estabilización de la economía no podrán compensar. Y han hecho ya imposible lo que parecía no solo viable, sino inmensamente esperanzador: una regeneración de España desde las instituciones. La gran coalición, tan deseable en condiciones así, será imposible porque, definitivamente, el PSOE es un partido prisionero del mensaje de la revancha y el resentimiento político permanente como seña de identidad, con un anclaje a la Guerra Civil, reactivado por Zapatero, que solo se podrá superar enterrando a ese partido y refundando una socialdemocracia homologaba a la europea. Esto, en el caso de que la socialdemocracia sobreviva. Si no, la única opción de los socialistas parece estar en unirse al radicalismo de nuevo cuño contra el sistema.   

A su juicio, ¿de dónde surge, ideológica e intelectualmente, la extrema-izquierda, abiertamente populista, que se localiza alrededor de las diferentes marcas de “Podemos” y de otras formaciones?

Surge de las nuevas generaciones de Izquierda Unida, que son aupadas a la actualidad y a la centralidad del discurso político por el nuevo radicalismo de la era Zapatero y la reactivación de la noción de revancha. En el “no a la guerra” se vio la oportunidad de reactivar a una izquierda que enterrara la reconciliación nacional de la Transición y que abriera nuevamente el enfrentamiento ideológico con el centro-derecha al que había que identificar con el franquismo. Así, el nuevo sectarismo logra dar el salto de las catacumbas de la Complutense a los gobiernos de las grandes ciudades. Pero, todo, gracias a José Luis Rodríguez Zapatero y a un PSOE, ya lo hemos dicho, dominado definitivamente por el concepto de las dos Españas y el “guerracivilismo”.

¿Qué responsabilidad tienen los grandes partidos tradicionales (PP y PSOE) en la actual situación política?

Los grandes partidos son los grandes culpables. Ellos pactaron sistemáticamente con los nacionalismos la liquidación paulatina de la soberanía de la nación española. Ellos han sido, con los nacionalistas, los grandes organizadores y gestores de la corrupción. Pero es una inmensa hipocresía acusarles como únicos artífices. En “Días de ira” hago una enumeración de los fracasos, y concluyo que nadie estuvo a la altura.

Antioccidentales, antiliberales, anticapitalistas, antiglobalizadores, filoterroristas… ¿cómo explica usted la aparición, la expansión y el ascenso electoral de personajes como Monedero, Colau, Guillermo Zapata y tantos otros como en estos momentos se encuentran en múltiple instituciones locales españolas?

La selección negativa que tanto se estudió en los aparatos comunistas, el sistema por el cual los más mediocres y con menos escrúpulos son quienes triunfan, ha tenido un éxito brutal en los partidos tradicionales, pero también en la aparición de los líderes de los grupos extremistas que se nutren de la debilidad de las instituciones y del sistema. El desprestigio de los valores tradicionales y el culto a la transgresión han servido para dar una permanente bonificación en el trato a todo lo peor de la marginalidad y del desprecio y la agresión a los cánones de cultura y civilidad. 

En su opinión, ¿cuál es la responsabilidad de los medios de comunicación españoles en la actual situación política?

Inmensa, terrible, nefasta y muchas veces, en mi opinión, criminal. El adoctrinamiento en el odio, la manipulación y la mentira en consignas que han practicado, fomentado y divulgado televisiones y otros medios, han dañado a la convivencia, a la cohesión y a los esfuerzos de regeneración y probidad en España. Los medios han hecho un daño como solo puede hacerlo un enemigo hiperactivo e inmensamente poderoso. Los daños para la cultura política y la convivencia en la sociedad española son, en gran parte, irreversibles.

Como analista con una amplísima experiencia, ¿cuál es su opinión sobre lo que ocurrirá en Cataluña a partir del próximo 27 de septiembre?

No tengo ni idea de lo que pasará en Cataluña. Sueño con un retorno del imperio de la ley. Pero como no soy tonto, solo sueño. Creo que las monstruosas mentiras que dominan todo el debate en Cataluña solo pudieron darse por la monstruosa mentira que tiene secuestrada a toda España. Después del fiasco se recompondrán cambalaches para mantener esas mentiras. Nadie tendrá el coraje para replantear globalmente todo lo que se ha hecho desastrosamente mal desde la Transición y empezar a dar la batalla no ya solo por las ideas, sino por las verdades objetivas. Esta batalla solo se puede dar en un clima de serenidad que no vamos a tener en España. Por eso, perderemos definitivamente el tren de la modernidad. Por eso nos quedaremos en los furgones de cola de Europa, que tarde o temprano serán desenganchados. 

¿Cómo se imagina España dentro de cinco años?

No tengo ninguna expectativa real de ver cambiar las cosas hacia bien. Creo que los dos grandes partidos, por mucho que salven los muebles ahora, son dos entes más que podridos, secos e inanes, lastres inútiles para el desarrollo de España. Por mucho que tengan gentes que inútilmente intenten hacer aun la renovación desde dentro. Otros partidos como Ciudadanos carecen de masa crítica para hacer la gran tarea de la regeneración. Respecto a Podemos y otros grupos extremistas que han surgido, sean éstos separatistas o no, creo que suponen una amenaza totalitaria y que son grupos que, en el poder, inevitablemente degenerarían muy pronto en regímenes criminales. Lo más importante es que en España y en Europa no vuelva a matarse. Y, desde luego, si tuviera dinero para ello, que no es el caso, garantizaría a mi familia y a mis seres queridos si no para esta, sí para las siguientes generaciones, una buena vida… en Estados Unidos. 

Sr. Tertsch, ¿Por qué parece que Occidente, que históricamente ha llevado el desarrollo de la Humanidad a sus niveles más elevados, tiene tantas ganas de autodestruirse?


Europa se empeñó en destruirse en el siglo XX, y EEUU no le dejó. Ahora vuelve a las andadas y pilla a Estados Unidos más viejo también, y con falta de la ingenuidad suficiente como para luchar y morir por otros. Por eso en el siglo XXI Europa va camino de conseguir lo que ya intentó en el siglo anterior, entregar la libertad y la civilización, voluntariamente y sin lucha, al totalitarismo y la barbarie. En su debilidad, fascinada por las certezas de los bárbaros.

sábado, 1 de agosto de 2015

HERMANN TERTSCH: "EL POPULISMO ENVENENA A LA GENTE"

En ¡Cómo está el patio! contamos con Ramón Miravitllas y HERMANN TERTSCH, periodista español y autor de su nuevo libro 'DÍAS DE IRA'. Abrimos el debate sobre la actualidad política nacional y comentamos su nuevo libro. "Este país está hecho políticamente y moralmente una escombrera, vamos a ver cómo salimos de esta" opina Hermann Tertsch.

Audio de la entrevista a HERMANN TERTSCH





Onda Cero - Isabel Gemio

lunes, 27 de julio de 2015

HERMANN TERTSCH DESENMASCARA A LOS SACERDOTES DEL FANATISMO

Por LUIS MARÍA ANSON, de la Real Academia Española
El Cultural 29.05.15

"La farándula izquierdista vive mejor que nunca con la derecha en el poder… Ellos, invariablemente, practican y exigen un implacable sectarismo contra todo el que no sea de los suyos… La izquierda siempre contrata a los suyos sin ningún pudor y los favorece y privilegia… La derecha política en España, paralizada por sus complejos históricos y su cobardía proverbial, también favorece sistemáticamente a las personalidades culturales, a los artistas y hasta a los humoristas, comediantes o periodistas de la izquierda… La derecha siempre promociona a la gente de la cultura que presenta sólida acreditación de su tendencia de izquierdas…

Hermann Tertsch ha escrito todo esto en Días de ira, libro que es una tremenda meditación galopante. Desde una independencia feroz, y en el ejercicio de la libertad sin veladuras, el autor muñequea como en una extensa y plural columna periodística los aspectos más diversos de la actualidad con reflexiones respaldadas por su cultura plural y la larga experiencia acumulada en años intensos de actividad profesional. Exangüe el régimen de la Transición española, Tertsch denuncia los males que zarandean a España y a Europa, los desmenuza y revienta. No propone soluciones claras tal vez porque no existen o al menos él no las encuentra. El autor escucha el crujir de las cuadernas de la nave política y pelea desesperadamente contra los sacerdotes del fanatismo, tanto de la extrema derecha como de la extrema izquierda.

Para Hermann Tertsch, hundida la Unión Soviética, el movimiento comunista adaptó el lenguaje estalinista a los nuevos tiempos y se refugió en el Foro de São Paulo para adoptar como propias un sinfín de causas, desde el ecologismo hasta las protestas anticapitalistas regionales de todo el mundo. El petróleo venezolano alimenta ese comunismo renovado en muy variopintos países. Para Tertsch, el fenómeno Podemos puede borrar en España a Izquierda Unida y convertirse en la representación auténtica del comunismo radical, favorecido, según el autor, por la torpeza de Pedro Arriola, la eminencia gris de Rajoy, que en lugar de advertir la realidad de la nueva situación desdeñó a los jóvenes líderes de la ultraizquierda considerándoles unos frikis. “Arriola, el estudioso más fracasado y mejor pagado de España -escribe en Días de ira-, parte siempre de la premisa de que los españoles tienen los mismos principios, convicciones y motivaciones que él o su celebérrima mujer, Celia Villalobos, es decir, el dinero y su desbordante prepotencia y nada más”. Arriola, hombre como todo el mundo sabe muy seguro en sus errores está especializado en profetizar el pasado.

“En las catacumbas del movimiento comunista, indigenista y tercermundista latinoamericano que, desde São Paulo, asumió el relevo de Moscú, como centro del mundo de la izquierda totalitaria, se piensa en Europa”, afirma Hermann Tertsch. Y con mesura y racionalidad subraya la ignorancia abisal de una parte considerable de los políticos españoles y denuncia a los nuevos totalitarios coletudos para los que “el ideal es que los medios de comunicación estén en manos del Estado y solo del Estado”.

El libro de Tertsch, en fin, es el alfil que penetra en los males de la sociedad que vivimos, si bien no es lo mismo la cultura que la política. En cultura hay que subrayar y reconocer el mérito allí donde se produce, al margen de las ideologías; en política, las ideologías repercuten directamente en la acción que condiciona la vertebración de la sociedad. No hay exageraciones en las alarmas de Tertsch. Son muchos los que en las nuevas generaciones pretenden fragilizar el orden social reinante. Las uvas de la ira están ya maduras. Y además la entera Humanidad bordea la frontera del cambio histórico. Pasó la Edad Antigua; pasó la Edad Media y la Edad Moderna. Ha pasado la Edad Contemporánea. Estamos en la Edad Digital. La aldea global de McLuhan es ya prehistoria. Vivimos todos en un patio de vecindad globalizado. 

domingo, 26 de julio de 2015

ENTREVISTA. HERMANN TERTSCH: "PODEMOS ES UNA DINÁMICA DE ODIO" 26.07.15


El periodista, que acaba de publicar Días de ira, retrata sin piedad la España actual en una entrevista en LD (Libertad Digital).
Domingo, 26.07.15

Entrevista realizada por GONZALO ALTOZANO

Es, quizás, uno de los españoles con la legión de odiadores más creciente del momento. Casi todos dan el tipo de licenciados por la facultad de Políticas de la Complutense (o por la de Periodismo, que total…) y son muy activos en Twitter, donde Tertsch los saca de sus casillas por su negativa a acunarlos con la tontería esa de que son la generación mejor preparada de la Historia. Su pelea diaria con ellos es cuento viejo y data de más atrás del 15-M, en concreto, de los tiempos en que nuestro entrevistado era subdirector de El País y los jóvenes turcos del periódico lo freían con denuncias anónimas por desviacionismo y casi le montaban escraches a la puerta de su despacho. Eran los airados hijos de ZP, ayer redivivos en las acampadas de la Puerta del Sol y hoy en los círculos viciosos y podemitas. A todos ellos parece dedicarles Tertsch su último libro, Días de ira, y una reciente colección de crónicas del acabose sobre el terreno.
-Gonzalo Altozano: Sus informaciones desde Grecia han tenido poco o nada que ver con las del resto de enviados especiales.
-Hermann Tertsch: Porque el periodismo de ahora es un periodismo de tribu. Los periodistas españoles que andaban por Atenas lo hacían en manada. Todos jugaban a ser Cintora o Escolar (Prescolar, como lo llaman). ¡Cuánto sentimentalismo barato! De pronto, todos tenemos que llorar. Y el que no llore, que le corten la cabeza. Es el arma de la ternura.
-G.A: Desde luego, era de los pocos cronistas que no parecía ligar su suerte a la de la juventud griega.
-H.T: He visitado barrios enteros de jóvenes que parecían salidos de la facultad de Políticas de la Complutense. Todos desastrados. Todos con elno future y el odio de clases. ¡Un pasotismo…! "¿Que nos salimos del euro? Total, a mí qué, si me voy a quedar igual". Esa parecía la consigna. Como si no tuvieran nada que perder rompiendo relaciones a malas con la Unión Europea.
-G.A: ¿Y tienen algo que perder?
-H.T: ¿Que si tienen algo que perder? Era para preguntarles: pero, vamos a ver, chaval ¿tú has puesto la ducha esta mañana y salía agua? ¿Y has encendido el móvil y había cobertura? ¿Y el ordenador y tenías internet? ¿Y te han pegado un tiro? ¿Y has tenido que sacar corriendo a tu madre en brazos porque en tu calle se estaban sacudiendo?
-G.A: Para Podemos esos chicos son el ejemplo de Europa.
-H.T: Es que el éxito de Podemos ha consistido en decirle a la gente que no tenía nada que perder. Que era imposible que les fuera peor de lo que ya les iba. Que por muy mal que vinieran dadas, la vida que llevaban la iban a poder llevar siempre. Y la gente no sabe lo peor que todavía le puede ir.
-G.A: ¿Ha sido esa la única clave de su éxito?
-H.T: No. Podemos también ha sabido señalar a los culpables y ofrecer a sus votantes una venganza. Esta forma de revancha los chavistas la llaman "empoderamiento".
-G.A: ¿Y en España es solo de tipo social?
-H.T: También histórica. Por eso lo del cambio del nombre de las calles que, por cierto, oculta su falta de sustancia política. ¿O nos ha explicado Pablo Iglesias cómo piensa desarrollar España, qué sé yo, industrialmente? El votante de Podemos no vota, por tanto, un proyecto ilusionante, un plan de futuro. Y es entonces cuando podemos hablar de Podemos como una dinámica de odio.
-G.A: Pero cualquier votante se acerca a las urnas con uno o dos agravios.
-H:T: Y en todos los países, sí. La diferencia está en la capacidad que tenemos cada uno de asumir cuánta culpa es nuestra y cuánta es de los demás.
-G.A: ¿Andamos justitos en España de esa capacidad?
-H.T: Era lógico que surgiera una alternativa al PP y al PSOE. Como era lógico que surgiera también la rabia. Pero lo que no era lógico es que esa alternativa y esa rabia se articularan a partir de una narrativa del odio. Y del odio de los años treinta.
-G.A: ¿Se refiere al relato que se hace hoy de la II República, un relato de ternezas y flores?
-H.T: Precisamente ahí, en hacernos creer que la República fue una República de cuento, está el veneno de lo que pasa ahora. Es verdad que la República empezó con muchísimas ilusiones, pero también es verdad que enseguida fue secuestrada. En el 34, un golpe comunista pervierte la República, que deja de ser democrática, si es que alguna vez lo fue. Y los demócratas que había en este país, poquísimos, terminan por marcharse y desentenderse. Y lo que hay entonces es un choque entre los dos sistemas preponderantes en Europa.
-G.A: Choque del que solo uno salió vencedor.
-H.T: Y peor nos hubiera ido si hubiese ganado el otro. Eso es así y los españoles tenemos que tener el coraje para contar lo que pasó. Y lo que pasó fue mucho más complejo de lo que algunos pretenden.
-G.A: Pocos, sin embargo, son los que se atreven a hablar.
-H.T: Pero ninguno de los que callan lo hace porque oculten crímenes horrendos en el armario. Lo que pasa es que les han hecho sentirse culpables.
-G.A: ¿Culpables de qué?
-H.T: Culpables de franquistas. Porque en España todos hemos sido antifranquistas, pero antifranquistas de la ostia, oiga. Es verdad que con Franco vivo aquí se hablaba poco, pero porque a quien osara lo metían en una cámara de gas. El franquismo fue exterminio y Franco fue Hitler. Y desde el 1 de abril del 39 hasta el 20 de noviembre del 75. ¡No, hombre, no, por favor!
-G.A: ¿Es eso lo que usted llama la mentira antifranquista?
-H.T: La mentira en la que todos se pusieron de acuerdo, la mentira por la que muchos de los que hicieron cola ante el féretro de Franco corrieron luego a afiliarse a Comisiones Obreras.
-G.A: ¿La mentira, en fin, que permite a Víctor Manuel y Ana Belén acudir a La Sexta Noche a dar testimonio de sus seis meses de exilio?
-H.T: ¿Cómo? ¿En serio? ¿Eso ha sido así? ¡No! Me descojono. Pero qué osadía y qué infinita procacidad la de estos dos, que lo tuvieron todo, que les premiaron todos, y ahora vienen con lo del exilio.
-G.A: Usted también pudo fabricarle un pasado a su padre, participante en un complot para matar a Hitler. Solo tuvo que restar hechos al relato y añadirle literatura. Y, sin embargo, optó por contar que Ekkerhard Tertsch se volvió contra el nazismo cuando ya todo era demasiado tarde. ¿Por qué?
-H.T: Días de ira, y en concreto los tres capítulos que le dedico a mi padre, son una apuesta por la integridad personal que la sociedad nos exige a cada uno. Integridad para hacer frente a la mentira y exponer la verdad, cada uno la suya. Porque una vez que estás de acuerdo con tu verdad, con la verdad, no tienes que tenerle miedo a nada. Días de ira es, en definitiva, una apuesta por la verdad.
-G.A: "La verdad como punto de encuentro de un auténtico pacto de Estado en España", escribe.
-H.T: Porque una sociedad basada en la mentira es una sociedad que no está capacitada para los retos.
-G.A: ¿Y Zapatero? ¿Qué piensa Zapatero de todo esto?
-H.T: El desastre en mitad del cual nos encontramos es responsabilidad de Zapatero. Hay que remontarse siglos, tal vez hasta el reinado de Fernando VII, para encontrar a un personaje que haya hecho tantísimo daño a la nación española como José Luis Rodríguez Zapatero.
-G.A: ¿Y de ese viaje en el tiempo en busca del enemigo público número uno a qué otro personaje se traería?
-H.T: A Juan Luis Cebrián.
-G.A: Enric González dijo de él en relación con su gestión al frente del Grupo Prisa que cobró como pirómano y cobró como bombero.
-H.T: Yo iría más lejos. Juan Luis Cebrián fue quien impuso el canon democrático en este país. Era él quien daba o quitaba el carnet de demócrata, quien decía quién y quién no pasaba la itv para moverse por los negocios, la política y la vida. Él, que fue jefe de informativos de Televisión Española con Arias Navarro. De nuevo, la mentira antifranquista.
-G.A: Usted lo trató en su día.
-H.T: Y era -y sigue siendo- un hombre que compensa su timidez con una enorme prepotencia y una vocación de poder sin límites.
-G.A: ¿Fue Cebrián el artífice de ese producto ideológicamente tan bien armado que fue El País durante años? ¿O fue Polanco, tan poco sofisticado intelectualmente?
-H.T: El País no fue tanto una empresa ideológica como apuntarse al caballo ganador. Era el periódico del zeitgeist, del espíritu del tiempo. Y lo fue durante muchos años y con plenitud. El éxito de ese juego de poder se debió en buena parte a Juan Luis, pero también a Jesús, a Jesús Polanco. La diferencia es que Polanco, aún siendo un señor de derechas que hacía negocios con la izquierda, se creía el discurso, no todo, pero sí algo.
-G.A: ¿Y Cebrián no?
-H.T: Cebrián es un hombre siniestro, sin escrúpulos, que no cree en nada, salvo en sí mismo y en sus negocietes. Lo mismo que Mauricio Casals. Los dos únicos empresarios de los medios, por cierto, a los que recibe Soraya Sáenz de Santamaría, sus consejeros áulicos, lo que debería dar la medida de la talla moral de la señora.
-G.A: ¿Explican esas visitas que sea casi imposible encontrar en la prensa española una portada, un titular, un comentario, una viñeta incluso, críticos con la vicepresidenta?
-H.T: Soraya está impoluta. Al precio, eso sí, de azuzar a los medios contra su propio partido, en una operación de castigo que ha terminado criminalizando al votante de derechas, la mitad de este país. La señora tampoco tiene escrúpulos. Si al llegar de provincias a Madrid, se hubiera equivocado de metro y en lugar de en Génova se hubiese bajado en Ferraz, hoy estaría en el PSOE haciendo lo mismo que en el PP.
-G.A: Y Rajoy mientras qué, ¿fumándose un puro?
-H.T: Rajoy, con su desidia, ha ayudado a consolidar el discurso de la revancha en España. Ahora se da cuenta de que fue un error salvar a La Sexta.
-G.A: Cadena por la que ha desfilado el consejo de ministros en pleno o casi.
-H.T: Todos perdiendo el culo por bajarse los pantalones ante Évole o Ana Pastor, los mayores manipuladores de este país, unos tíos que han hecho del periodismo una prueba de ratificación química. El quod erat demostrandum aplicado al periodismo.
-G.A: Ellos hablan de periodismo de investigación.
-H.T: ¡Qué periodismo de investigación! Periodismo de determinación. "¿Qué tenemos que demostrar hoy? Esto, esto y esto. ¿A quién llamamos para que lo confirme? A este, a este y a este. ¿Y a quién ponemos de tonto útil? Pues a los de siempre".
-G.A: Y usted, claro, no se ve en el papel de tonto útil.
-H.T: Se ha visto que el espectáculo de los frikis funciona. Yo me fui tarifando de Intereconomía cuando llevaron a Verstrynge, que me insultó. Porque tengo claro que a toda costa no voy a estar en los sitios. La consecuencia es que no estoy en ninguno.
-G.A: La consecuencia también es que su silla en los platós la ocupa Federico Quevedo.
-H.T: Federico Quevedo. El Nini, ni Federico, ni Quevedo. El supercentrismo. La destilación de la nada. Así le va a la derecha.
-G.A: Habla de La Sexta, pero ¿y La Ser? ¿Qué me dice de La Ser?
-H.T: Que es todavía peor que La Sexta. Y con una dinámica totalmente distinta a El País y al resto de Prisa. La escuchas y te crees que estás en otro continente. Ideológicamente es una caja de bombas. El sectarismo en vena que inyectan. Acojonante.
-G.A: De La Ser han salido personajes imposibles y, sin embargo, reales, como Javier Rioyo, que fue director del Instituto Cervantes en Nueva York, y cuyo nivel de inglés lo incapacitaba para pedir un taxi en Manhattan, con lo fácil que debe de ser pedir un taxi en Manhattan.
-H.T: En Días de ira ilustro cada caso con uno o dos nombres únicamente, que tampoco quería hacer un name-dropping. El nombre de Rioyo lo saco en el capítulo de los comisarios que están en la pomada, en esos cenáculos izquierdistas donde se decide a quién y a quién no se le da este o este otro premio nacional, quién y quién no va a este o a este otro curso de verano, imparte esta o esta otra conferencia. ¿Y sabe qué?
-G.A: ¿Qué?
-H.T: Que la gente capta el mensaje y el que no es de nada se hace de izquierdas, pero no porque se lo crea, tampoco para que lo hagan académico, ni siquiera para que le den una beca, simplemente para no quedarse en pelotas, a la intemperie.
-G.A: ¿Y todo bajo un Gobierno de derechas con una aplastante mayoría absoluta?
-H.T: Es un escándalo, un puto escándalo. Es también un ejemplo de cómo el PP abortó la gran ocasión de poner a funcionar este país tras el desastre de Zapatero. Rajoy tenía el mandato de sacar a España de su maldita excepcionalidad histórica y ponerla de nuevo en convergencia con Europa. Pero permitió que la acción política de Zapatero siguiera su curso y hasta unos límites que dudo de que sean reversibles ya.
-G.A: ¿Por qué no se atrevió el PP al cambio de rumbo?
-H.T: Porque la derecha española es lo más cobarde que hay. Es verdad que la izquierda se mueve por impulsos y mecanismos perversos como el resentimiento, la envidia o el odio. Pero se mueve. Por lo menos, se mueve. La derecha, en cambio, es una ameba. Ya no tiene ni ideas ni principios, solo palabrería y cuatro rituales que ni siquiera cumple. Una derecha como esta, con unos dirigentes como estos, es fácil de explicar en un país subdesarrollado, pero no en uno de potencia media como España.
-G.A: ¿Se bastará y se sobrará Pablo Casado para enderezar la cosa?
-H.T: Nadie puede salvar al PP de la calamitosa situación a la que le ha conducido Rajoy. Porque la cuestión no es si Pablo Casado -que es muy bueno, por cierto- es la solución. La cuestión es el problema. Y el problema es Rajoy, al que le ha faltado coraje y patriotismo para acometer las reformas que tenía que acometer.
-G.A: Uno que sí parece atreverse es Albert Rivera.
-H.T: Albert es fuera de serie. Un crack. Un verdadero crack. Pero él solo no puede. Y no porque tenga que gestionar un partido cada vez más grande por cuyos entornos lejanos pueda colársele lo peor. También porque no deja de ser un hijo de su tiempo, con una cierta necesidad de buscar cobijo, de hacerse perdonar. La verdad es que ahora mismo no veo a ninguno de esos caracteres intelectuales y políticos rutilantes de los que te hacen exclamar "¡este es el tío!".
-G.A: Y el retrato que hace usted de la derecha y de sus dirigentes ¿sirve también para el resto de la sociedad?
-H.T: Lo mismo. Dice Iñaki Ruiz Quintano que aquí los valientes murieron en la Guerra Civil, luchando en el frente, en un bando y en otro, y que eso provocó una selección negativa. Y algo de eso hay. Iñaki también cuenta con mucha gracia que cuando lo del chico de la ballesta…
-G.A: ¿Cuál, el que mató a su profesor?
-H.T: Ese, sí. Pues que cuando lo del chico este, sus compañeros salieron en televisión contando cómo habían huido. Hace unos años, todos hubieran tratado de desarmarlo, y el que no, habría tratado de justificarse de mil maneras, avergonzado. Pero ahora no. Ahora lo popular es ser cobarde. Ahora maricón el último.
-G.A: ¿A qué se debe?
-H.T: Al desprecio permanente por cualquier tipo de valores que se identifiquen, siquiera remotamente, con el pasado: la gallardía, el honor, la dignidad… Es el sentimentalismo, del que hablaba antes, frente a la sobriedad. Por eso, cuando les preguntas a los chavales si defenderían a España, te responden: "¿Cómo? ¿A España? ¿Yo? ¡Anda y que le den por saco a España!".
-G.A: ¿Se refiere a la encuesta del CIS que muestra la poca disponibilidad de los españoles a dar la vida por su país?
-H.T: Sí. Y también a las antiespañas infatigables que habitan en nuestro sistema educativo. Millones de españoles educados en el odio a España desde pequeñitos.
-G.A: ¿El triunfo definitivo de la leyenda negra?
-H.T: La prueba es que el libro de Julián Juderías desmontándola es casi imposible de encontrar. Y el de Menéndez Pidal se reeditó después de tantísimos años descatalogado por un empeño personal del pobre y querido Gonzalo Anes.
-G.A: Volviendo a la encuesta del CIS, en Días de ira hace una reflexión sobre la necesidad de reinstaurar el servicio militar. ¿Entiende la polvareda que el comentario ha levantado?
-H.T: Me limito a repetir lo que ya se dice en voz alta en muchos lugares de Europa, como los países escandinavos, como Francia, como Austria, donde, por cierto, se votó en referéndum la abolición del servicio militar y ganó el no. Pero ya salieron los de siempre diciendo que yo era una facha que quería mandar a todos a la mili.
-G.A: Y no es eso lo que plantea.
-H.T: La labor de cohesión social del servicio militar obligatorio era importantísima, por eso molestaba tanto a los nacionalismos agresivos, que no quieren que los naturales de un lugar tengan contacto con los de otro. Pero de lo que hablo es de una fórmula de cooperación a la defensa que no tiene que ser estrictamente militar, de acuerdo, pero sí obligatoria, porque de otra forma no sería posible. Aclarado esto, nos enfrentamos a unos retos de seguridad desconocidos hasta ahora y para los que nuestro Ejército, sencillamente, no está preparado.
-G.A: ¿Señala acaso al vecino del Sur?
-H.T: El deterioro de la seguridad en el norte de África -pero el deterioro previsible, no el deterioro alarmista- es de llevarse las manos a la cabeza. Y luego está la amenaza del Este.
-G.A: ¿Putin es Hitler?
-H.T: No, hombre, no, claro que no.
-G.A: ¿Pero se le parece?
-H.T: Sus partidas de poder, sus pulsos de expansión territorial, sus victorias políticas sobre unas democracias siempre tentadas por el apaciguamiento… Digamos que son prácticas que le asemejan con Hitler. Crimea, por ejemplo, se parece mucho a los Sudetes. En cualquier caso, este, el de la defensa, el de la seguridad, es uno de los debates que debería darse en España y no se da. Pero, bueno, como tantos otros. Me refiero, claro, a debates reales, de verdad.
-G.A: ¿Quiere decir que la mayoría de los que tienen lugar aquí son ficticios?
-H.T: Exactamente. Y es así porque en España el discurso lo maneja la izquierda. Lo último que se han inventado es una hambruna que no existe pero que hay que solucionar como sea. Con lo que tenemos que dar de comer a unos niños hambrientos que tampoco existen. Y así con otras mil cosas. Lo grave es que es ese miedo a la verdad el que hace que no estemos cumpliendo con la modernización de este país, el que hace que en España no estén pasando cosas.
-G.A: Y aparte del miedo a la verdad, ¿no tendrá que ver la manía de algunos por el tremendismo? Le leo un titular: "Hermann Tertsch incendia las redes sociales con un polémico tuit sobre el orgullo gay".
-H.T: Yo no incendié nada. Solo dije que el Irán que ahorca de las grúas a los homosexuales es el Irán que financia La Tuerka de nuestro querido Pablo Iglesias, que luego encabeza las manifestaciones gays en plan pandi super pandi. Me limité, por tanto, a señalar una verdad, lo cual es algo que les irrita muchísimo. Y ya empezaron con las barbaridades de siempre: lo que me harían, lo que me harán, lo que me tendrían que haber hecho… Porque aquí como tengas los santos cojones de decir la verdad, te fumigan.
-G.A: No solo Irán ha financiado a los de Podemos, también Venezuela, como es de sobra sabido.
-H.T: Se fueron a hacer las Américas y volvieron como indianos. O sea, cada uno con su patrimonio. Pero todos, ¿eh?, no solo Monedero.
-G.A: Pues últimamente parecen renegar del tío de América.
-H.T: Es que su juego ahora es otro: el de los cálculos electorales, el de ganar mayorías. Por eso tienen que hacer digeribles sus palabras. Ya lo dijo Pablo Iglesias: "Se liga vestido, pero se folla desnudo".
-G.A: Veo que no se cree la súbita conversión en masa de los podemitas a la socialdemocracia.
-H.T: Tenga por seguro que ninguno se ha caído del caballo y se ha levantado diciendo: "Pues yo ahora soy más de Olof Palme". Estos solo decían la verdad cuando decían la verdad.
-G.A: O sea, cuando se fotografiaban en la Gran Vía de Murcia haciendo pis de patas abiertas o cuando contaban chistes sobre las niñas violadas de Alcácer. ¿De verdad tipos y tipas así representan al español medio?
-H.T: Obviamente no lo representan. Lo que no quiere decir que el español medio no se los merezca. Se los merece. Claro que se los merece. Y se los merece porque con tal de que no lo acusaran de meapilas, de reaccionario o de lo que fuera, ha permitido que todo lo peor -Podemos incluido- le pasara por encima.
-G.A: ¿Y las élites? ¿Dónde han estado las élites?
-H.T: Las élites en este país son una mierda. Lo han sido siempre. El fracaso de las élites. Eso sí que viene de largo. Hubo un intento en la Ilustración, donde surgieron gentes aisladas, pero no una masa crítica. Y quizás también en el franquismo, que intentó ordenar los flujos hacia formas de influencia y poder. Pero tampoco.
-G.A: ¿Y en la Transición y después de la Transición no se dieron las condiciones económicas y sociales propicias?
-H.T: El problema es que las condiciones no bastan. Es necesaria también la voluntad. La voluntad para formar élites. Es verdad que hay fortunas, solo que amasadas tan deprisa que los principios y el criterio de sus propietarios son cero. También es verdad que hay familias o grupos con fortuna, principios y criterio, pero sin relevancia social, pues quienes están detrás han preferido no asomar la cabeza, no fuera que se la cortasen. Así que bien porque no lo valgan, bien porque no lo han querido valer, aquí nadie ha estado a la altura.
-G.A: ¿Del rey abajo ninguno?
-H.T: Ninguno. Pero ninguno. Ni el rey. Juan Carlos, digo. Tan ahora en su papel, por cierto, de Campechano I.

lunes, 27 de abril de 2015

ENTREVISTA A HERMANN TERTSCH «Días de ira» de Hermann Tertsch

Entrevista a HERMANN TERTSCH
Por ALFONSO BASALLO
 Neupic, Domingo, 26.04.15


“Nadie puede excluir que Ciudadanos sea más votado que el PP y no está escrito que vaya a pactar con el PP

 “La indolencia de Rajoy, la ambición de Soraya... son factores para un descalabro del PP que podría ser histórico

 “Todos los comunistas en el poder han asesinado y el modelo de Iglesias no es distinto del de Cuba o Venezuela

 “En Barcelona no ponen estrellas en el pecho a la gente, pero no hay libertad para estudiar en español

 “El papa Francisco tiene algo de peronista, de populista, de recetas fáciles y mediáticas

 “Nadie muere ahogado huyendo del capitalismo, mueren ahogados los que huyen de regímenes totalitarios

 “En España triunfan demagogos como Jordi Évole o Gran Wyoming que son el antiperiodismo.

  “Nos quejamos poco de que asesinen a los cristianos y estamos dispuestos a aceptar que el Real Madrid y el Barcelona retiren la cruz de sus escudos

Pesimista es el pronóstico para España que traza Hermann Tertsch (Madrid, 1958): un PP trufado de mediocres y roído por envidias de despacho se encamina al descalabro, del que se aprovechará una izquierda radicalizada, tirando por la borda la incipiente recuperación y abriendo un peligroso panorama de inestabilidad. Y una Europa donde no quedan ideales ni tampoco líderes sino jefecillos de partido que gobiernan países mirando a las encuestas, puede ser pasto de la doble tenaza de populismos y camadas rojipardas, y de un Islam radicalizado que, con el caballo de Troya migratorio, ha logrado lo que no pudo Solimán el Magnífico en el siglo XVI: llegar al corazón de Europa, donde la sharia ya ha sustituido a la constituciones civiles en muchos barrios.

Puede parecer apocalíptico, pero nadie puede negarle a Tertsch que sabe de lo que habla. Columnista de ABC, ex subdirector de El País, corresponsal en las guerras balcánicas, contertulio televisivo, polémico y combativo, conoce por dentro las tripas demagógicas de los totalitarismos –que vivió en su etapa como corresponsal en el Este antes y durante la caída del Muro-; así como la eficaz mentira urdida en España por la izquierda en la Transición, dogma aceptado por una derecha acomplejada, y que puede explicar el batacazo electoral que le aguarda al PP y el horizonte de inestabilidad al que dará paso. Tertsch lo explica detalladamente en su nuevo libro, ‘Días de ira’ (La Esfera), y en esta entrevista.

El año pasado acabó el juancarlismo, ¿acabará este año el bipartidismo y la vieja política?
La vieja política desde luego que sí, y el bipartidismo PP-PSOE no lo sé con seguridad pero es muy posible. Es muy probable que así sea y que eso suponga el fin de una larga era de estabilidad. Entraremos en otra de inestabilidad. Y tendremos una permanente amenaza de que la única apariencia de estabilidad la ofrezca un Frente Popular. Lo que sería poco menos que el cumplimiento del sueño de Zapatero.

¿No habrá un pacto PP-PSOE?
No creo. Porque es muy posible de que ni siquiera entre los dos juntos logren sumar fuerzas para una mayoría de gobierno; y si lo hay no duraría, en mi opinión, más de diez o dieciocho meses, y el PSOE acabaría cediendo a las presiones de crear una mayoría con Podemos y todas las fuerzas izquierdistas y separatistas disponibles.

¿Ciudadanos no podría ser la bisagra que daría un balón de oxígeno al PP?
Primero hay que ver si aritméticamente Ciudadanos cuenta como bisagra. Nadie puede tampoco excluir, vista la velocidad con que se suceden los acontecimientos, que Ciudadanos sea al final más votado que el PP. Pero tampoco está escrito que vaya a pactar con el PP en todo caso. Es posible que lo haga con el PSOE, según convenga y según en qué sitios.

Quizá el problema de España no se arregla con aritmética electoral, quizá no sea político sino de educación.
Muchas de las taras fundamentales de España tienen que ver con la mala educación, la envidia y la mentira. Esta última ha jugado un papel muy especial en las últimas décadas, como argumento en mi libro ‘Días de ira'. Tras la muerte de Franco la sociedad española asumió el discurso de la izquierda, según el cual un pueblo estupendo e impecable fue sojuzgado por un régimen cuasi hitleriano que se mantuvo poco menos que invariable en el tiempo y al que sólo apoyaban cuatro capitalistas, cuatro generales y dos curas, pero siempre con una sociedad supuestamente antifranquista. Todo eso es mentira. Es un hecho incuestionable que la inmensa mayoría de esa sociedad antifranquista vivió con conformidad, resignación y creciente complacencia el desarrollo bajo la dictadura. Y al final hizo masivamente cola ante la tumba de Franco. Para sacudirse la mala conciencia de esta verdad, la sociedad asume ese discurso mentiroso de la izquierda y acepta esa mentira consensuada. Cuando todos saben que viven en una mentira común, los diques para la mentira están rotos desde el principio y la verdad deja de tener un valor incuestionado. Todo ello ha viciado las relaciones sociales, políticas, culturales y personales en España. Quien osa recordar la verdad o disentir es automáticamente tachado de "facha", de fascista, un mecanismo callabocas para mantener la mentira cuestionada. Y ese dogma impuesto por la izquierda ha sido aceptado por una derecha profundamente acomplejada por un lastre del franquismo que ha permitido se adjudique a una opinión política, la actual derecha conservadora y liberal, que tiene mucha menos culpa que los socialistas y comunistas en la llegada de la Guerra Civil y la consiguiente Dictadura.

¿Esa mentira de la izquierda y esos complejos de la derecha pueden explicar el famoso pacto de la Corona con los socialistas durante estos 40 años?
Sería una consecuencia de esa mentira: la tendencia de la Corona a llegar a acuerdos con la izquierda, considerando que a la derecha la tendría siempre segura. Teniendo en cuenta que la alternativa en este caso no sería monarquía – república, sino monarquía – república soviética, por ese carácter revanchista de la izquierda española, a pesar de los genuinos esfuerzos de Felipe González por modernizar al PSOE, que no cuajaron y fracasaron definitivamente con la llegada de Zapatero.

¿No se ha librado el PSOE de los peores resabios de la izquierda?
Tras la generación de González, el revanchismo de Zapatero destruye la legitimidad adquirida en la Transición y la mentira antifranquista impide la catarsis de la izquierda. La derecha ya la había pasado librándose de resabios franquistas, pero la izquierda no. La derecha no reivindica ni defiende a la CEDA o a Franco. La izquierda es una piña aún en defensa incondicional de un Frente Popular profundamente totalitario en su ideología y criminal en su conducta.

Hablando de educación, ¿se imagina vd. un ballesterazo como el del menor de Barcelona en la época de los castigos cara a la pared?
Más allá de que locos hay en todas partes cierto es que tiene mucho que ver con la crisis de la educación y el antiautoritarismo, común a Europa y Estados Unidos y consecuencia del 68 y el sesentayochismo (que tuvo algunas cosas buenas y otras muchas terribles). Y una de estas últimas fue la destrucción final de los códigos de lealtad y jerarquía y también de la autoridad tanto en la educación como en la familia. A España llegó con retraso, pero con redoblada brutalidad y cuando en otros países ya se estaba revisando por sus obvios efectos perniciosos. En cuanto la izquierda llegó al poder en España en el 82, se aprovechó de los complejos antifranquistas para entrar a saco en el sistema educativo, con las leyes socialistas que en términos generales no se han cambiado nunca desde entonces. Esa crisis de autoridad es, por tanto, consecuencia de los errores del sesentayochismo y de las miserias tradicionales españolas: envidia, resentimiento y odio al mérito y al éxito.

¿La purga de Rato a un mes de las municipales será para Rajoy lo que el 11-M fue para Aznar?
No lo sé. Pueden ocurrir más cosas en medio del deterioro masivo de la situación y del PP, que está sumido en una descomposición parecida a la que sufrió el PSOE desde hace tres años y que en estos momentos se refleja en una violenta guerra interna.

¿Quién ha hecho más daño dentro del actual PP?
La indolencia y el desinterés político de Rajoy, la ambición e ineptitud política de Soraya, la prepotencia de algunos ministros... Son muchos factores para un descalabro que podría ser histórico. Ni el PP ni el PSOE saben ya donde tienen el suelo electoral.  O sea que la derecha se juega la hegemonía autonómica y local. Va a perder esa hegemonía con práctica seguridad. El PSOE la perdió con ZP y el PP la pierde con Rajoy, después de demostrar que en su Gobierno no hay talento, ni ideas, ni debate, ni iniciativas… sólo envidias de despacho, ambiciones chatas, mezquindad y angustias reaccionarias. Los mejores han sido sistemáticamente marginados. La selección negativa, tan propia de los partidos comunistas, ha funcionado con increíble eficacia en el PP. Como en el PSOE. El PP no ha aprovechado una oportunidad histórica que jamás volverá. Política e ideológicamente apenas ha tocado el legado de Zapatero: Memoria Histórica, ley de Violencia de Género...

Pero Rajoy nos ha librado del rescate y hay una tímida reactivación…
Pero ese éxito económico incuestionable aunque tímido, hecho con esfuerzo de todos, no le va a servir de nada al PP en mi opinión. Y me temo que a medio plazo tampoco a España porque llegará la izquierda y destruirá la incipiente recuperación. Y son muchas las interrogantes que quedan de esta legislatura, véase nuestro endeudamiento que sigue aumentando. Pronto habrá más que cuestionen ese dogma de la bondad de haber evitado el rescate y dirán que de haberse producido se podían haber corregido sin contemplaciones muchas de las barbaridades que sobreviven esta crisis porque el Gobierno no se ha atrevido o no ha querido tocar los intereses propios de su partido y todos los que se benefician de esa administración no reformada pese a tantos anuncios y un sistema territorial disparatado.

¿No es el colmo del masoquismo que un partido con mayoría absoluta pueda acabar como UCD?
Sí, pero es lo que puede pasar. Los partidos se suicidan históricamente. Como por cierto también los pueblos y las sociedades modernas. Son cosas que pasan.

¿Es Aguirre la última esperanza?
Aguirre es valiosa y tiene mérito, personalidad, ideas y fuerza, pero ella no va a salvar al PP. Quizá puede salvarle al PP el ayuntamiento de Madrid, y aún así con muchas dudas, pero haría falta más gente para evitar la catástrofe de ese partido que yo veo ya similar a la del PSOE. Este volverá a verse, después de este gran fiasco de las primarias con Pedro Sánchez, al borde de la refundación o desaparición.
Los dinosaurios se extinguieron en 1989, pero ¿en España han dejado el huevo de Podemos?
Es el huevo de la serpiente, que tiene vitalidad y que está prendiendo también en otros países de Europa. Hay camadas rojipardas, comunistas y neonazis. Es el populismo que agita el miedo y el resentimiento social frente a unas sociedades en las que el reparto socialdemócrata, que era consensuado tras la Segunda Guerra Mundial, no funciona. Los Estados han acostumbrado a las sociedades a unas protecciones y dependencias insostenibles. No querer verlo en la era de la globalización es condenar a Europa al fracaso. Si el proyecto de la Europa unida fracasa, que es lo más probable, muchos de sus miembros tendrán un futuro poco prometedor. Por decirlo suavemente.

¿Cree que Pablo hubiera caído del caballo de haber conocido la RDA que usted conoció?
Que va, se hubiera beneficiado de ella, como se beneficia a Venezuela y Cuba. A Iglesias no le interesa la verdad, no busca la verdad, sino el poder.

¿No peca usted de apocalíptico cuando atribuye a Iglesias intenciones asesinas?
Todos los comunistas en el poder han asesinado. El de Iglesias no es un modelo distinto de regímenes como Cuba, Venezuela y los países comunistas del Este, donde el asesinato fue y es un arma política cuando resulta necesario o conveniente. Yo he vivido en evidentes regímenes comunistas y conozco demasiado bien la historia de Europa y el totalitarismo como para caer en promesas de mesura y humanismo de los adalides de nuevos experimentos sociales.

Pedro J dijo que si tuviera 20 años y estuviera en paro y sin perspectivas votaría a Podemos
También yo milité a los 20 años en el Partido Comunista en el País Vasco, pero ahora no tengo 20 años y sé algo de Historia, y tengo criterio, y prejuicio, en el sentido estricto: prejuicio por conocimiento de causa. Sería irresponsable votar a Podemos. Como sería irresponsable sumarse a un grupo nazi o islamista. Lo que ocurre es que muchos jóvenes lo harían porque son fruto de una educación que ha destruido señas de identidad y códigos de conducta formados con tiempo y sabiduría y han sido sustituidos por ocurrencias ideológicas. Además de un bombardeo en televisión, en la poca basura que leen y en las redes sociales.

¿Peca Rivera de utópico con sus rebajas fiscales y otras propuestas económicas?  
Utópico no creo. Yo creo que sí es bueno que se planteen fórmulas innovadoras, con ideales por objetivo, marcadas por la necesidad del cambio, aún a riesgo de equivocarse, lo cual no es tan grave después de las equivocaciones de las últimas décadas. Creo que en este momento hacen falta en política ideas, propuestas, frescura.

¿Frente al descrédito de la derecha y de la izquierda, Ciudadanos coge la antorcha del centrismo de UCD?
No sería nada malo que lo hiciera. En UCD estuvo la gente muy preparada, la mayoría con la vida resuelta, que por patriotismo, entraron en política, aportando ideas y esfuerzos para unos cambios que fueron un éxito. Y un alarde de generosidad por parte de ellos y sus rivales políticos, especialmente cabria decir, los comunistas de entonces… Con errores, fue en conjunto un esfuerzo meritorio. Vamos a ver lo que consigue y lo que da de sí Ciudadanos, pero el planteamiento no es malo.

¿La balcanización de España empieza en Cataluña?
La balcanización también parte de la mentira antifranquista, urdida por la izquierda, pero de la que benefician los nacionalistas. El reto más importante ahora es Cataluña, pero también el País Vasco, las fuerzas centrífugas están ahí amenazando la unidad. Es preciso defender esa unidad, sin cesiones ni concesiones.

Propone Vd. un Estado de las Autonomías pero con techo. 
Descentralización pero con un techo, dejando en manos del Estado central, la educación y la sanidad. Y manteniendo la cohesión y la unidad de mercado.

Dicen que hay más crispación en las tertulias televisivas que en las calles de Barcelona. 
Hombre, en Barcelona no ponen estrellas en el pecho a la gente, pero no hay libertad para estudiar en español y toda actividad cultural está aprobada y controlada por el nacionalismo. En Cataluña hay una represión suave, pero no está permitida la libre difusión de un discurso diferente del nacionalista. Y la culpa es, en buena medida, de Madrid, de todos los gobiernos, tanto del PSOE como del PP.

Los emigrantes musulmanes han logrado lo que no logró Solimán el Magnífico: llegar al corazón de Europa.
No voy a ser como Michel Houellebecq, que en su última novela cuenta que ante el miedo a la extrema derecha, pueden ganar los islamistas unas elecciones e instaurar un régimen islamista en Francia; pero está claro que en muchos barrios de la UE ya no rigen las constituciones europeas sino la sharia, o ley islámica. Y el panorama puede ser pronto terrible. El jefe de la oficina de protección de la Constitución de Alemania decía hace unos días que los intentos de crear un estado islámico ¡en Alemania! están en marcha. Y avanzan gracias a la gran profesionalidad de los yihadistas. Es para asustarse.

Tampoco es sencillo poner límites…
Se deben poner. No puede ser que la sociedad más rica, generosa, eficaz, libre de toda la Historia, como es la europea, renuncie a las cualidades y valores que la han hecho posible y permita que quienes huyen de modelos fracasados, intolerantes, donde no se respeta la libertad, traten de imponer ese modelo de fracaso en su territorio. Es necesario imponer límites, comenzando por una emigración reglada, siguiendo por integración social, educación civil, aceptación de los códigos constitucionales de Occidente. Debe quedar muy claro que en Europa las leyes civiles están por encima de las leyes religiosas y muy especialmente de aquellas que pretenden ser leyes totales como la sharia. Y debe quedar claro que se debe expulsar a imanes y activistas y revocar nacionalizaciones y permisos por cualquier tipo de implicación yihadista. Debemos hacerlo sin mala conciencia. Pero para ello hace falta voluntad política. El problema es que somos una sociedad acomplejada, y nos quejamos muy poco de que asesinan a los cristianos pero estamos muy dispuestos a aceptar que el Real Madrid y el Barcelona retiren la cruz de sus escudos y sean socios entusiastas de países como Qatar que igual que financian clubs y organizan el Mundial financian al Estado islámico y las mezquitas yihadistas en todo Occidente.

¿Lo de Europa del Este es mala suerte: del comunismo ha pasado a corrupción y populismos?
En la mayoría de Europa del Este ha cuajado la libertad y tenemos buenos ejemplos en Polonia, con un modelo envidiable, República Checa, Eslovaquia… hay alguna excepción como Viktor Orban, en Hungría, que está imitando a Putin. La democracia y la libertad con la UE han sido una historia de gran éxito en Europa Central y oriental tras un terrible siglo XX. Es importante y muy significativo el caso de Ucrania levantándose frente a Rusia, porque quiere ser europea, libre y democrática y estar en Europa. La diferencia respecto a nosotros es que ellos están dispuestos a defender su libertad o conquistarla con los muertos propios que sean necesarios. Mientras es calamitosa la situación en Europa occidental y en España en particular. Aquí, dice el CIS, sólo un 16% estaría dispuesto a morir por defender su patria ante una agresión; en Polonia sería la práctica totalidad.

Ha hablado de Ucrania, ¿hasta dónde llegará Putin en su sueño de resucitar el frankenstein de la URSS?
Putin va a seguir, porque cuanto más débil esté Rusia por dentro, más agresivo estará él por fuera. El problema de Rusia es que es un país del tercer mundo con armas nucleares, que económicamente no ha mejorado en estos 20 años tras la caída del comunismo, un país de unos pocos millonarios, putas de lujo e importaciones. Pero que solo exporta materias primas. Putin seguirá probando nuestra disposición a defendernos. Y nos provocará como ya hace. Es posible que lo próximo que intente Putin sea una desestabilización de los países bálticos, en su estrategia de ir probando a Occidente.

¿Por qué los metrosexuales malotes dan el pego mediático: Iglesias, Varoufakis?
Los estafadores dan el pego, y Varoufakis lo es. Y encuentran eco, con sus mentiras, como Iglesias y Monedero en determinado medios y periodistas. El pensamiento débil es la gran arma de la izquierda en los países más incultos y menos estructurados. En países como España donde triunfan demagogos como Jordi Évole o Gran Wyoming que son el antiperiodismo.

¿Qué piensa de los inmigrantes ahogados en el Mediterráneo, son la vergüenza de Europa, víctimas del sistema?
Al margen de la tragedia humana, sin duda terrible, me sorprende el escándalo de algunos, como si Europa tuviera la culpa. Nadie muere ahogado huyendo del capitalismo, mueren ahogados los que huyen de la miseria, de regímenes totalitarios, de sociedades fracasadas, de países árabes o africanos, y suelen ser víctimas de mafias y traficantes. Y son utilizados por los islamistas. Libia, por ejemplo, es cabeza de puente del terrorismo islamista y de los emigrantes que envía a Europa. Todos intentan llegar al capitalismo. Pero las sociedades democráticas tienen que defender sus fronteras y regular la inmigración si no quieren acabar en un caos parecido al existente en los países de los que huyen los inmigrantes. La inmigración descontrolada puede acabar con la democracia primero y con el estado de Derecho, las leyes, la convivencia y la paz.

¿Es el Estado Islámico (IS) la principal amenaza contra la paz mundial o también Putin, Irán, Corea?
Todas ellas son amenazas, pero lo más inquietante es la debilidad de Occidente, de Europa en primer lugar, y después la introspección de EEUU, con un Obama que es un fiasco.

Y la posibilidad de Hillary Clinton…
Hillary Clinton no es Obama precisamente, pero no sé si tiene muchas posibilidades de llegar a la presidencia, incluyendo la edad. Por otro lado, estaríamos otra vez con otra dinastía (primero los dos Bush ahora los dos Clinton). Personalmente me da bastante pereza.

No hay líderes en Occidente… qué lejos quedan Kohl, Thatcher, Reagan.
Ese tipo de liderazgo no existe hoy, lo que ahora tenemos es un páramo de jefecillos de partido que gobiernan países mirando a las encuestas. Merkel está asumiendo el papel de cabeza en la UE no porque sea líder sino porque el peso de Alemania es decisorio y porque no hay otros. Más que liderazgo lo suyo es cautela, una cauta solidez.

¿Benedicto XVI o el papa Francisco?
Yo tengo debilidad por Benedicto, en parte porque soy de origen germánico y cultura germánica, y también por su profundidad, su maravillosa valentía intelectual, pocos personajes se han dado a lo largo de mi vida que fueran tan profundos y fascinantes como Benedicto XVI. También he sido un entusiasta seguidor de Juan Pablo II, que fue clave en la caída de los regímenes del Este. Viví momentos inolvidables de emoción en la Europa de los años ochenta con aquel gran hombre que era Wojtyla, Yo diría que el papa Francisco tiene algo de peronista, de populista, de recetas fáciles y mediáticas, es un papa más acorde para este tiempo, pero yo no me considero ni representativo ni demasiado entusiasta de este tiempo, de un zeitgeist tan liviano.

¿Qué haría usted si le nombraran ministro de Asuntos Exteriores?
Intentar lograr peso internacional, peso en la Unión Europea del que España hoy carece. Hizo mucho daño Zapatero; y Rajoy, aunque mejoró el trato en la UE, no ha paliado nuestra irrelevancia en el mundo. Peso también en América Latina, defendiendo los intereses de España ante quienes nos agreden como Venezuela (aunque ahora mismo estamos siendo algo más duros y enérgicos ante los ataques de Maduro). Apostar decididamente por la libertad de mercado, por la innovación, por la TTIP (Asociación Transatlántica por el Comercio y la Inversión) que se está negociando ahora; apostar también por seguridad transatlántica. Por la defensa de la sociedad abierta frente a las nuevas ofensivas totalitarias.

Defíname a estos personajes, Raúl Castro.
Continuidad totalitaria.
¿A pesar de todo?
A pesar de todo.
Putin.
El matón global.
Rajoy.
Indolencia.
Loyola de Palacio.
Mi prima, gran señora, servicio público, grandeza política.
Claudio Magris.
Poesía danubiana, uno de los que mejor entendieron el alma de la Mitteleuropa.
Gran Wyoming.
Miserable.
Willy Toledo.
Nada.
Juan Luis Cebrián.
Brujo del poder y del cinismo.

ALFONSO BASALLO - Doctor en Comunicación. Periodista y escritor. Coautor de 'Pijama para dos'.

Copyright © THE WORLD PRESS PROJECT SL