jueves, 24 de julio de 2014

LA MISERIA AVANZA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  07.07.09


ERA inevitable que llegáramos a ello. En algunos países con un poquito más de memoria y de vergüenza que el nuestro algunos agitadores antisemitas y odiadores profesionales de la Iglesia u otras organizaciones comunitarias habrían ido ya varias veces al banquillo de los acusados. Yo eso no se lo deseo a nadie. Pero tampoco deseo que cierta basura se publique impunemente en periódicos y revistas que se pretenden ya no serias sino mínimamente decentes. Está claro que hay derivas que una vez comenzadas y toleradas cuando no auspiciadas se convierten primero en una bola de nieve sucia y después en un alud de basura. Cuando surgen grupúsculos pequeños como los neonazis de CEDADE u otras organizaciones paracriminales de extrema izquierda o extrema derecha es muy grave y hay que levantar de inmediato la guardia. Cuando la basura publicada llega de periódicos semioficiales o habituales portavoces del poder hay que dar la voz de alarma. Y la subcultura de la descalificación bajo esta nueva generación del sectarismo izquierdista que hoy parece manejar las riendas está llegando en España a unos niveles de vómito. Aquí ya no se debate nada que no quiera el poder. Aquí se difama directamente ya al discrepante y después es éste quien tiene que demostrar que no es lo que el poder y sus palanganeros pretenden. Dice el embajador israelí que las caricaturas antisemitas que publica el diario El País no le habrían sorprendido en un órgano neonazi. Pero no dice el embajador que esas caricaturas publicadas en un órgano neonazi hubieran tenido serias consecuencias para los responsables de la publicación en la mayoría de los países de nuestro entorno.

Pese a todas las esperanzas de los buenistas buenos, de los indolentes y de los pardillos, está claro que existe la voluntad organizada de liquidar política o socialmente al que se oponga al tsunami de mentiras cotidianas del poder. Y que te convierten en fascista o franquista en cuanto les dices que sus mentiras nada tienen que ver con la realidad. Antes eran unos cuantos sectarios perdidos por las páginas del izquierdismo más o menos civilizado. Hoy son una secta muy organizada que crea realidades paralelas desde el poder y sus aledaños. Si se rezuma tanto odio ideológico y se exhibe tanta falta de sofisticación para entender el mundo, la historia y las relaciones humanas, tarde o temprano, el poder mediocre, acosado por su incompetencias y las fatales consecuencias de la misma acaba recurriendo siempre a los mismos recursos de autodefensa. Porque el poder mediocre siempre está compuesto por malas personas y cuando se adhieren al mismo personas honestas dejan pronto de serlo si no huyen del mismo. Para distraer de la hecatombe de puestos de trabajo, la pira en la que arden la seguridad, el bienestar y la ilusión de millones de españoles, de toda España puede decirse, han surgido, procaz, el dedo acusador de un poder que no se hace responsable de nada, nunca y siempre tiene chivos expiatorios entre sus enemigos. Son los ricos o los judíos, los americanos o los fascistas que al parecer se ocultan en la oposición. El embajador israelí en España hace bien en levantar la voz, pero mientras no quiebre la indolencia en este país y se levanten las voces de la gente decente, la miseria seguirá avanzando.

PUTSCH EN CATALÁ

Por HERMANN TERTSCH
ABC  02.07.09


LA verdad es que somos un país de coña del que nos podríamos reír todos mucho si las gracias no llegaran preñadas de miseria, mezquindad o tragedia. Como tenemos gobernando a generaciones de políticos surgidos de las más oscuras madrigueras de la ignorancia, que no tienen la más remota idea de lo que es un Estado de Derecho, aquí cada cual se hace de su capa un sayo y después a tirar millas. No son ya solo trileros de la cosa pública, son procaces salteadores de los caminos de la ley y del derecho. Son los mismos que se escandalizan porque todas las instituciones constitucionales hondureñas -y por desgracia también muy a destiempo el ejército- se hayan levantado contra los intentos de golpe de estado del presidente hondureño Zelaya. Pero no debe extrañar porque los golpistas vocacionales son ellos y las leyes fundamentales les traen al pairo. Quienes ignoran las leyes fundamentales, aquí, en Barcelona y en Tegucigalpa, son golpistas. Quienes están aboliendo la Constitución española en Cataluña no son otra cosa. Y el paso dado ayer en el parlamento catalán con su ley de educación no es otra cosa. Un putsch no tiene necesariamente que verse escenificado con la detención de Víctor Jara. Un golpe puede ser sangriento o no. Y cuando no lo es puede tener consecuencias trágicas más tardías. Pero quienes violan las leyes básicas con la contumacia con la que lo hace la mayoría socialista nacionalista o a la inversa en Cataluña son tan putschistas como su héroe Companys.

Ese es el término justo y exacto para definirlos. Lo grave es que quienes tienen la máxima responsabilidad de poner coto a tanta barbaridad y a ese golpe de estado permanente llevan varios años siendo cómplices necesarios de los putschistas. En la mayoría de los periódicos digitales españoles aparecía ayer como una noticia «normal» el hecho de la aprobación por parte de un Gobierno regional español de una ley que viola la constitución, desprecia las sentencias del Tribunal Supremo de España y se mofa de los derechos de millones de españoles que viven en esa región nororiental de nuestra patria que se llama Cataluña.

Es una vergüenza, es una coña como ya hemos dicho, pero sobre todo es una terrible afrenta a las leyes democráticas de nuestro Estado de Derecho que se ha construido, desde el final de la dictadura con honradez, esfuerzo e ilusión de muchos millones de españoles e innumerables políticos y funcionarios decentes. Es una vergüenza infinita que el Tribunal Constitucional de España, en un acto de permanente e interminable desprecio a la ciudadanía española, todavía no haya aclarado las mil sospechas de inconstitucionalidad de un Estatuto catalán que se está desarrollando por vía de hechos consumados en su mayoría irreversibles. Es un escándalo, es una indignidad y es una traición a la constitución que por conveniencias de mezquindad política partidista el Estado de Derecho haya hecho absoluta dejación de su deber de defender a la ciudadanía frente a los nuevos caciques del nacionalismo socialista. Llámenlo como quieran.

FIN DEL SORTILEGIO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  01.07.09


Emocionado y conmovido estoy ante la frase que hoy no acababa de creerme ver pronunciada por el gran hombre bueno del buenismo. Ha dicho que José María Aznar no se equivocaba. Y que ETA es un problema policial. Quienes siempre hemos luchado con la idea de la existencia de Dios estamos probablemente más cerca de la afirmación. Si Iñaki Gabilondo dice que Aznar tenía razón en algo,nadie debiera tener problemas en aceptar el mucho vino en las bodas de Caná, ni los panes y los peces en la fiesta campestre ni la propia Santísima Trinidad. Toda la progresía hundida de golpe, caída del más inmenso caballo ante la puerta de Damasco, como cuando Milovan Djilas reveló la obviedad de que Josip Broz Tito y sus comunistas eran una banda de hipócritas, ladrones y puteros. Cierto que Gabilondo no espera como Djilas serias represalias, seguirá bien pagado y escuchará la Novena de Brückner como si el drama no fuera con él.

¡Pero qué bonito es escuchar una enmienda tan rotunda! Una enmienda a la totalidad que conlleva muchas más de las que pretende su autor. Si el gran pope del sectarismo izquierdista, el adalid del odio personal casi patológico que se ha generado desde el poder y sus aledaños contra el ex presidente en los últimos años dice que Aznar tenía razón en algo, se ha roto un sortilegio. Si Gabilondo dice que Aznar tuvo en algún momento razón, está diciendo que Zapatero y sus palanganeros de bajo coste como Enric Sopena y otros tantos, no la tenían ni tienen. Y da por hecho que su propia enmienda revela que la incapacidad de hacerla del resto de los fabuladores demuestra cómo todos ellos se aferran a la mentira.

DETERMINISMO Y CALIDAD HUMANA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  30.06.09


ACABABA de morir Francisco Franco en la cama casi de aburrimiento, ese dictador al que ahora, en actos heroicos, los más fieros resistentes antifranquistas privan de honores y galones. Han tardado tres décadas y media en asegurarse de que había muerto para mostrar toda su rebeldía. Es lo que se llama no correr riesgos innecesarios. En aquella época, cuando los resistentes eran muchos menos que los enlutados, andaba yo por Viena de visita en la caótica casa de mi hermano junto al Prater, cuando decidí que había llegado la hora de ir a visitar el paraíso de los obreros y campesinos que tan cerca me pillaba. Había llegado a Viena en auto-stop desde Bilbao pero desde allí me recomendaron dejarme de líos, cogerme mi visado y el tren. En el vagón trabé amistad con Ferenc Rako, un obrero que con su mujer y su hija Mariza, regresaba del primer viaje que le habían permitido en su vida a ver a su hermano, que vivía en Suecia. Estuve quince días viviendo a cuerpo de rey en casa de aquel matrimonio trabajador y su hija. Cuando me despedí de ellos, eternamente agradecido, con un busto de Lenin que me habían regalado sus compañeros de fábrica, les invité a visitarme en España. Rako miró al cielo y respondió: «eso sólo será posible cuando España también sea comunista». El pobre Ferenc murió en los años ochenta, cuando apenas quedaba un comunista en Hungría y España no era comunista. Pero nunca pude devolverle a aquel magnífico hombre la hospitalidad que me había brindado.

Este fin de semana he asistido en Budapest al vigésimo aniversario de la ruptura del telón de acero por la frontera austro-húngara. He escuchado a los grandes artífices de aquel encaje de bolillos que hizo posible el inmenso triunfo de la libertad sin apenas derramamiento de sangre. Que no hubiera matanzas como Tiananmen en las ciudades de Europa central y oriental y en Moscú se debió a una constelación bendita en la historia. De las que pocas se producen. En muchas oficinas se estuvieron preparando operaciones inmensamente sangrientas para restaurar la normalidad socialista. Lo pidieron Berlín este, Praga y Bucarest, se negaron Budapest y Varsovia, pero ante todo Moscú. Durante décadas existió una fe ciega en el determinismo histórico de que allá donde llegaba el comunismo permanecería para siempre. Ejemplo era mi amigo Rakó. Durante dos décadas ahora, desde 1989, ha existido la fe contraria de que la historia se había terminado y la libertad individual y el libre mercado eran el futuro definitivo y garantizado. Ni lo uno ni lo otro. En Budapest se ha podido celebrar esta conmemoración de un acto de coraje y voluntad de libertad porque existió. La calidad humana no ha aumentado un ápice. Alcanza excelencias y se sume en las peores miserias. Los patéticos impostores de hoy son de la misma calidad humana que aquellos que nutrieron los peores excesos del poder total. Nadie en 1909 podía imaginar en su peor pesadilla el siglo que cinco años después abría una inmensa carnicería y nos llevaría a la maldad total del Holocausto. En 2009 sabemos igual de poco sobre nuestro futuro. No es difícil que no sea tan terrible. Pero quien lo jure, jura en vano.

CUESTACIÓN PARA GARZÓN

Por HERMANN TERTSCH
ABC  25.06.09


HACE bien poco me llegó una multa de 400 euros por despistarme en un maldito radar instalado en el túnel de la calle de Costa Rica. Me pareció, me dejarán decirlo, una pequeña pasada. Pero la pagué porque aquí ya sabemos que los tribunales pueden ser decimonónicos, las carreteras albanesas, los servicios tercermundistas y los discursos de épocas de entreguerras, pero la informática y efectividad recaudadora es, como dice el presidente, de auténtica «txampionslig». Como en realidad me podrían haber cobrado mil o dos mil euros porque los criterios de nuestro Fouché Rubalcaba y acólitos a la hora de ponderar multas son inescrutables, me ofrezco hoy aquí públicamente a hacer una pequeña donación para otra multa que me parece casi más injusta. El juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, va a tener que hacer un esfuerzo para pagar la multa de 300 euros que le han impuesto las autoridades judiciales, que Dios tenga en su gloria. Es lo que le cuesta una pezuña de alguno de los corzos que abate por las serranías carpetovetónicas. Es lo que vale probablemente el tercio de una aleta de un merlín, esos bichos grandes que nadan hasta que los trinca otro de nuestros máximos responsables de la seguridad, el señor Alberto Saíz, jefe del CNI.

Mi problema está en que me cuentan que el señor Garzón no paga 300 euros por una pezuña de corzo ni por una aleta de merlín. Supongo que esos trofeos para ciertas gentes son regalo de la casa. Ni siquiera los paga por pasar a sesenta kilómetros por hora por el túnel de la calle Costa Rica en Madrid. El juez de la Audiencia Nacional que quería ser presidente de ese tribunal especial y que tiene potestad legal y libertad para meternos a todos en la cárcel por lo que considere oportuno, va a pagar 300 euros como multa por dejar en libertad a dos traficantes de drogas. De los serios, no unos «dealers pringaos» de barrio. De los que inundan las ciudades de heroína y son responsables directos de que en la Cañada Real de Madrid o tantas zonas de España deambule un ejército de enfermos hechos unos espantajos. Cuentan que Garzón no se leyó todo lo que debía leer antes de dejar que estos dos personajes tomaran las de Villadiego. A nadie debe extrañar que alguien que escribe tanto lea tan poco. Solían decir de Todor Yivkov y de Nicolae Ceaucescu eran los únicos humanos que habían escrito más que leído. Yo recuerdo bien como las inabarcables obras completas de esos dos grandes dirigentes alimentaban las estufas en aquel gélido invierno de los Balcanes hace ahora veinte años. Lejos de mi intención o deseo ver que las obras de Garzón corran la misma suerte. Creo que serán un útil testimonio para los estudiosos de nuestra propia balcanización política, intelectual y judicial. Pero animo a una cuestación pública para pagar la ominosa multa de 300 euros impuesta a Garzón por su despiste.

CALIDAD

Por HERMANN TERTSCH
ABC  24.06.09


La verdad es que algunos millones de españoles somos unos puñeteros retrógrados y reaccionarios como dice la vicepresi de la Cosa. Todos los que no sabemos distinguir entre matar y matar. Matas a una mujer que te tortura durante décadas y eres un solemne asesino. Cierto. Matas previo pago a un nene que no te ha hecho nada en una clínica de Barcelona y eres un médico excelso. Aquí todos somos malos menos los que adoran al líder. Cuestión de calidad. Hay días que uno ve los ojos del talante y da gracias de tener tamaño para no caber en la trituradora. Pero viendo el odio que generamos los discrepantes, nos alegramos de vivir en unos tiempos en los que parece descartado, de momento, que nos metan en un vagón de ganado. Destino: Carrillo dirá. Nuestro liderazgo actual tiene un nivel ratonero. Peligroso por tanto. No es casualidad que, en cuanto aparece una ministra que no escandaliza con sus modales en un buen hotel europeo, caiga en desgracia y le quiten las atribuciones, el dinero y el respeto. Los demás consideran que la vida es una lucha permanente por mantenerse a flote apoyando los codos en los hombros de los demás. El sentido del ridículo y la dignidad son como las corbatas o la ducha. O le enseñan a uno de pequeño a habituarse a todo ello, a considerarlo parte del respeto que se debe uno a sí mismo y a los demás, o no caben más que dos actitudes. Una es ir con chanclas y bermudas a una recepción oficial y hurgarse entre los dedos de los pies mientras hablas con un embajador. La otra es hacerse un fondo de armario en el que quepan todos los disfraces y todas las imposturas.

EL RIDÍCULO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  18.06.09


Hace unas semanas, casi todos los diarios del globo, publicaban con grandes titulares que «el mundo estaba indignado» por la prueba nuclear que acababa de realizar Corea del Norte. ¡Pobrecito el mundo que se indigna porque un país ridículo, dirigido por un bufón amanerado, lance un cohete y haga estallar una primitiva carga nuclear! ¡Pobrecita una comunidad internacional en la que gigantes como EE.UU., China, Rusia, Japón y otros poderosos aliados en la UE o en la OTAN, se dejan tomar el pelo por un dictador payaso que apenas puede alimentar a su ejército y tiene al resto de la población esclavizada y hambrienta! Se dijo que la provocación no quedaría sin respuesta. ¿Dónde está? ¿Quién es más ridículo, Kim Jung Il o el Consejo de Seguridad? Pero si Corea del Norte es un país patético, Irán es algo más serio. Y dentro de muy poco tendrá también sus armas nucleares. El ridículo que hace el mundo frente a Teherán es comparable al sufrido con Pyong Yang. Desde el sábado, los diarios que hablaban del enfado con Corea del Norte nos aseguran que en Irán se lucha por la democracia. La realidad es que sólo se manifiestan por algo parecido a la democracia los estudiantes de Teherán, el pijerío que diría aquí la prensa de la secta. El conflicto serio, el del poder, se dirime entre poderosos grupos de intereses, presión y sectas chiíes. Y todos quieren la bomba. Y estarían dispuestos a utilizarla. Por eso, quizás el ridículo mundial lo tenga que enmendar un minúsculo país que se sabe el primer objetivo de la futura bomba iraní. Adivinen cuál.

LA ENMIENDA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  16.06.09


NO creo revelar un gran secreto si les digo que he tenido infinitas dificultades para soportar personal, política e intelectualmente al ya hoy lehendakari Patxi López. Es más, casi podría asegurar que mi animadversión hacia su actitud en el pasado hacia el Partido Popular y sobre todo las asociaciones de víctimas del terrorismo se acercó mucho a la que siempre he profesado a su antecesor, un personaje que no voy a entrar ahora en calificar porque el código penal rige para todos y al parecer últimamente un poquito más para los periodistas. Las mujeres supuestamente maltratadas pueden enviar con mentiras a la cárcel y a la ruina a sus maridos para montarse un divorcio conveniente y expeditivo pero algunos periodistas pagan hoy multas por decir no mentiras sino opiniones. Multas que los dejan tiesos a muchos de ellos pero ante todo cumplen la perfecta función de disuadir de la opinión. Cierto es que en Marruecos, Arabia Saudí o Irán te tratan peor. Pero lo cierto es que aquí la vocación intimidatoria de gobernantes y otros poderosos crece casi tanto como el paro. Aunque las amenazas sean siempre queridas y el desempleo un daño colateral del mundo de nuestro gran Alicia.

Pero aunque jamás dejaré de opinar por mucho que se me insulte por la calle, sí creo que es de buena lid reconocer los cambios de actitud que dignifican a quienes los hacen y a quienes los reconocen. Y, sinceramente, pocas cosas me han emocionado tanto últimamente como el encendido del pebetero de la Academia de Arkaute, una iniciativa que solo puedo atribuir al Lehendakari y por la que siempre le estaré agradecido. Entiendo este acto del domingo como un gesto de dignidad y grandeza que invita a la emulación. Hoy me acuerdo mucho menos de aquel Patxi López que se fue al hotel en Amara a buscarse apaños con los etarras. Que por supuesto no salieron. Hoy sufro menos con el recuerdo de aquellos gestos del hoy Lehendakari cuando Mariano Rajoy apareció en la capilla ardiente de un socialista asesinado. Creo en la enmienda, tanto en la mía como en la de Patxi López. Y creo que el acto de Arkaute es uno de esos gestos que tanto escasean en nuestra España y que en otros países con larga tradición democrática, véase el Reino Unido o Estados Unidos, forman parte de la vertebración moral de una sociedad sana. «Está cerca el día en el que no ocultaréis a vuestros vecinos que sois ertzainas». Bella frase que deseo repita Patxi López a todos los guardias civiles, policías nacionales, militares y funcionarios que hacen diariamente España en el País Vasco, acosados -ellos y sus familias. El día en que todos podamos decir quiénes somos en Euskadi a nuestros vecinos. Sin escolta o contravigilancia. Lo dicho, brindo aquí mi enmienda agradecida a Patxi López. Emocionado. La suya es mucho más importante.

miércoles, 23 de julio de 2014

DISUASIONES

Por HERMANN TERTSCH
ABC  11.06.09


NOS cuenta el bueno de don José Blanco, a la sazón ministro de Fomento y en sus ratos libres demiurgo de Ferraz para desgracia de Leire Pajín -el corrector siempre me pone Patín-, que sus revelaciones sobre el número de policías que garantizan la seguridad del ex presidente José María Aznar suponen en realidad una aportación a la tranquilidad del ex presidente. Según nos cuenta ahora, la revelación de un secreto de especial relevancia como la cifra de los hombres encargados de proteger al presidente puede tener efectos disuasorios. Todos sabemos ya a estas alturas que José Blanco no es tonto. Todo lo contrario. Si lo fuera no habría llegado con su bagaje general y sus demás cualidades a mandar lo que manda y a ser temido, que, tengo la impresión, es lo que más le gratifica de todo este negociado de la política. Trajes aparte, por supuesto. Blanco es un hombre que ha logrado un poder perfectamente inverosímil. A nadie puede extrañar que en su pueblo aun hoy casi todos aun estén convencidos de que en lo del carretón de «blanquito» hay gato encerrado. Pero el poder lo perciben en general sólo aquellos que se ven directamente afectados por el mismo. Blanco necesitaba aura. Compensa malos recuerdos de la niñez. Eso es lo que explica los trajes a medida que ahora viste. Que no son de sastrecillo de medio pelo, como los que se han utilizado para intentar descuartizar al Partido Popular en Valencia. Muy al contrario que su jefe, cuyos trajes parecen cortados a hachazos por un campesino albanés, Blanco ha mejorado espectacularmente su apariencia en todo lo que hace posible el dinero y no requiere cirugía. Nunca se le confundirá con David Niven, pero sus trajes no desmerecen.

Lo cierto es que el buen vestir de Blanco, no necesariamente elegancia, puede ser contraproducente. Para su seguridad . Por lo que le recomendamos disuasión. Estoy seguro de que no considerará disuasorio que nadie publique la posición de las garitas que pueda haber en torno a su casa en Madrid. Ni su contravigilancia. O los sistemas de seguridad que tendrá en esa casa magnífica de Villagarcia de Arosa, a pocos metros del mar. Para mayor gloria de la ley de costas y de la justicia social que por fin hace vivir como ricos a quienes se lo merecen desde hace siglos. Ahora el pobre Blanco sufrirá en sus propias carnes el resentimiento de quienes no han tenido tanto éxito en sus vidas y ven cómo les destruyen sus casas junto al mar, en las que viven desde hace décadas o siglos. Con todo, Blanco no tendrá que preocuparse. Sospechamos que tiene docenitas de policías dedicados a su tranquilidad. Aunque quizá también le solucionen faenas domésticas o le lleven el gabán, la cartera y las bolsas de la compra, como a la ministra de Defensa. Y cuando le tengan que proteger desde el mar en Villagarcía, veremos si le ponen en la costa una zodiac o una fragata. Pues con todo, yo pienso que los trajes son el mayor peligro. Con todo el mensaje de la secta enfocado a culpar a la derecha, rica según ellos, como aviesa culpable de la crisis, en un despiste de sus escoltas, resentidos incontrolados podrían atacarle. Le ofrezco una solución disuasoria: átese un pañuelo con cuatro nudos en la cabeza.

ODA A THOMAS PAINE

Por HERMANN TERTSCH
ABC  10.06.09


El lunes se cumplió el bicentenario de la muerte de un héroe, en el sentido más estricto, más puro del término. Fue aventurero, intelectual, escritor de inmenso éxito, líder político, adalid de la libertad individual, prisionero, condenado a muerte, vilipendiado por quienes le adoraron y un hombre que sólo tuvo miedo al daño que los demás se podían hacer a sí mismos por cobardía o necedad. Grandes hombres de la historia le pidieron consejo para después renegar de él. Millones de seres humanos se conmovieron con sus ideas y escritos. Cambió la forma de entenderse a sí mismos de campesinos y burgueses, y en ese sentido puede decirse que cambió el rumbo del mundo. Marcó con su humanidad las bases de la Constitución norteamericana. Con el polaco Kosciuszko y el francés La Fayette, este inglés fue padre fundador de Los Estados Unidos pero también el único miembro extranjero de la Asamblea francesa en plena Revolución. Pese a no hablar francés. Fue inspirador de las dos grandes declaraciones de derechos humanos de nuestra historia. Hablo de Thomas Paine. No fue un guerrero ni mucho menos. Jamás se defendió por la fuerza ni mató a enemigo alguno aunque tuvo ejércitos deseando matarlo. Sobrevivió en mazmorras con la misma naturalidad y tranquilidad de espíritu con la que pisó las mejores moquetas de los palacios y centros de poder en Londres, en París, en Nueva York o Philadelphia.

Sus célebres panfletos «Sentido común», «La Crisis Americana» y «Los Derechos del Hombre» son una guía perenne del hombre de bien. A su entierro sólo asistieron seis personas. Y sin embargo, hoy aquí algunos le recordamos.

TIANANMEN Y NOSOTROS

Por HERMANN TERTSCH
ABC  04.06.09

HACE hoy exactamente veinte años un inmenso despliegue militar con carros de combate y decenas de miles de soldados irrumpió en la plaza de Tiananmen de Pekín para disolver una concentración pacífica de estudiantes que había levantado allí un campamento para demandar mayor democracia y respeto a los derechos humanos. Las tropas acabaron rápidamente a tiros con aquella primera y última gran protesta contra la dictadura china habida desde la consolidación del régimen de Mao Tse Tung. Al menos la mayor de la que ha habido noticias e imágenes -¡tremendas imágenes!- en el exterior de China. Porque no hay que ser un experto sinólogo para saber que a lo largo de su milenaria historia pero, desde luego durante el comunismo maoísta, se produjeron allí matanzas de civiles que reducen casi a pequeña anécdota sangrienta la tragedia de Tiananmen. Allí murieron, según las autoridades, tan solo 300 personas, según fuentes de una oposición hoy casi inexistente, fueron 3.000. En todo caso se trata de cifras que se han superado con creces en operaciones de represión, en desplazamientos forzosos de población e incluso como bajas de accidentes laborales en las monumentales obras civiles que desde los años sesenta construye el régimen. Durante todos estos años, retornada la calma de las bayonetas y la policía política, y acalladas las protestas de los discrepantes, en Occidente se ha impuesto en general la teoría de que en China y ahora también en Rusia, a nosotros nos conviene un régimen cuyas dos máximas prioridades sean el orden y la garantía de los suministros de sus exportaciones. El resquebrajamiento de la disciplina y el orden socialista en Rusia y en sus aun entonces países súbditos en 1989, fueron de hecho un argumento capital en la decisión del poder chino de acabar a tiros con los tímidos sueños iniciales de democratización de los estudiantes.

No estoy yo muy seguro de que este cálculo más bien cínico de nuestros grandes estrategas tenga necesariamente que ser correcto. La involución en Rusia ha liquidado las efímeras libertades de su ciudadanía pero no ha hecho al Kremlin ni más fiable ni menos agresivo. Todo lo contrario. Y el espectacular rearme chino y la expansión de su presencia militar tampoco tranquilizan mucho. Con la grave crisis económica que afecta a estos dos gigantes se acabó la tranquilidad de tener a dos socios totalitarios pero fiables en los negocios. Ante sus inmensos problemas internos se verá si no caen en la tentación de exportarlos o buscar válvulas de escape para la presión social en aumento. Evocando Tiananmen no hay que olvidar que durante los siguientes meses de 1989, regímenes comunistas europeos, la RDA y Rumanía, elaboraron planes para seguir el ejemplo chino y restaurar el orden socialista con una matanza que paralizara las protestas. Pero si el totalitarismo había perdido en Europa toda su capacidad de reacción, en China la mantuvo y en Rusia la ha restablecido. Con las vacas gordas se han llevado bien con las democracias. Buenos negocios a cambio de indiferencia occidental ante el trato a sus súbditos semiesclavizados. Con las vacas flacas puede que Pekín y Moscú piensen llegado el momento de molestar algo más y por qué no, robar un poco de ganado.

LA ZEJA FLÁCIDA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  03.06.09


Me permitirán que vuelva a glosar la donosura de la gran dama del socialismo real, Leire Pajín. Debe de ser una joya para arengar a los más convencidos y fanatizar incondicionales. Pero me temo que asusta a los demás, incluidos los nonatos. El lunes «Lady Camión» fue al gran templo laico del Círculo de Bellas Artes a dar ánimo a esa peña que ella considera los representantes de la cultura en España. Es un gran centro cultural, a pesar de su macabra historia como centro de tortura de aquello en que se había convertido en 1936 la impoluta, angelical y humanista II República. Se celebran allí notables exposiciones, conferencias y presentaciones de libros. Pero su disfrute para actos políticos lo monopoliza la tropa de la Zeja. El antifascismo tira mucho. Confieso que no estuve. No tengo la madera de héroe de nuestro Santiago González, que se va a Baracaldo a escuchar en directo al Gran Timonel. Cuenta don Santiago en su blog (santiagonzalez.blogspot.com) que Zapatero proclamó: «Lo más trascendente que he vivido es poder ver a Patxi López en Ajuria Enea». ¿Más que su primer encuentro con Sonsoles, más que las apariciones antifascistas del capitán Lozano? Después, en aparente paradoja, insultó sin parar a quien hizo posible ese momento trascendental de su vida, el PP. Pajín y Sinde -el arte sos vos- se zambulleron en su cultureta. Pero menos que otras veces. Faltaron muchos. Mala señal cuando la Zeja tan erecta hace un año muestra flacidez. Muchos de la tropa que tanto y tan bien abrevaron de fondos y viajes de Aznar y Miguel Ángel Córtes, y después se han forrado con la Zeja enhiesta, pueden no querer ya fotos recientes con «Lady Camión». Ni con la Zeja flácida.

LOS LASTRES AÑADIDOS

Por HERMANN TERTSCH
ABC  02.06.09


EN Berlín acaba de aparecer una momia en el sótano del hospital de la Charité que se sospecha es de Rosa Luxemburgo. Luego no está en su celebrada tumba de Frierdrichsfelde. Hace unos días nos sorprendía Alemania confirmando que el policía que mató a un izquierdista en Berlín en 1967 y desencadenó la tormenta de convulsión y crimen durante más de una década fue un agente comunista. Muchas sorpresas con el pasado, pero el futuro parece irse aclarando en Alemania. Quizá, como dice el gran economista Jürgen Donges, porque a los alemanes se les dijo desde el principio la verdad sobre la crisis. Frente a las mentiras del pasado, sinceridad en la visión del futuro, aunque sea dura. Inmensa ventaja que les ayudará, como a tantos otros países, a superar la crisis mucho antes que a España. Tiene otras. Cuentan con un país que sigue prestando atención a las formas en el trato social y humano. El desprecio a las mismas no se fomenta en las televisiones, ni en los colegios. Eso no quiere decir que no haya en Alemania una cantidad considerable de vándalos, maleducados, violentos, ultraderechistas y ultraizquierdistas, asesinos y chusma en general. Pero sí significa que existe un esfuerzo continuado -reforzado después de reconocerse el desastre pedagógico surgido de la generación de 1968- de imprimir en los educandos un cierto respeto por las sensibilidades ajenas, unos mínimos de temor formativo a la autoridad y una valoración del esfuerzo. Cierto que existen allí también muchos pozos negros marginales, especialmente en las ciudades grandes. La falsaria moda del antiautoritarismo y la multiculturalidad destructiva y empobrecedora ha hecho estragos allí. Aun así, es probable que sean en Alemania bastantes menos que los existentes en Francia donde Sarkozy quiere ahora emprender una ofensiva de urgencia ante una situación en la que no se trata de la seguridad en las escuelas sino en las calles de toda Francia.

Otra ventaja envidiable de los alemanes está en que tienen una lengua común que nadie pone en duda. En España, la intoxicación ideológica y nacionalista aún impide que hablemos a las claras del ingente lastre económico, social, formativo y académico que generan el mito y la memez. En los colegios alemanes, en todos sin excepción, se habla el «Hochdeutsch», el alto alemán, cuyas reglas máximas derivan de la asumidas de la Biblia alemana que tradujo del latín Lutero en el castillo Wartburg en el siglo XVI. Es la lengua de todas las instituciones. En casa, con sus familiares, en sus fiestas, con los amigos, en los recreos y en las juergas, los alemanes utilizan decenas de dialectos y lenguas que subsisten y que hicieron su aportación a la lengua franca germánica. Pero hay una lengua del trato oficial y social. Más lastres añadidos. Alemania ha sido cuna de los sindicatos de clase. Pero más allá de su radicalismo activista mil veces probado, nunca han sido los palanganeros de ningún Gobierno. Los alemanes saben lo que significan unos sindicatos verticales, al servicio del poder. Los hubo en el nazismo y en el comunismo en la RDA. Aquí en España ya los tenemos marchando y firmando manifiestos para mayor gloria del poder que los financia. Su nuevo servicio es acallar a los pocos medios que aún se atreven a ser abiertamente críticos con el Gobierno y quebrar las protestas contra el fracaso general del Gobierno reflejado en el empobrecimiento general. Con la educación en descomposición, el país fraccionado por lengua, leyes y disposiciones y el mamporrerismo inmovilista subvencionado por el erario público, todos saben en Europa que tenemos las peores condiciones para enfrentarnos a la crisis. Que el Gobierno esté en permanente lucha con la realidad y su propia preparación parezca resultado de la que promueve son casi trivialidades en esta situación.

LOS MATARIFES DE LA PALABRA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  28.05.09


«LA palabra debe estar al servicio de la política y no la política al servicio de la palabra». Esta frase, como parte de su credo, la pronunció el presidente Zapatero hace ya varios años. Fueron muy pocos los españoles que reconocieron el potencial venenoso de las mismas. Hoy el presidente está rodeado de gentes que han asumido plenamente esta máxima. En esa frase radica la cepa de la peor pandemia que sufrimos hoy en España, que es la de la mentira. La mentira obvia, obscena e impune. Dice la Organización Mundial de la Salud -ayer recibió el Premio Príncipe de Asturias-, que la fusión del virus de la gripe porcina con el de la gripe aviar, tendría unas consecuencias dramáticas y muy letales para el ser humano. Yo les aseguro que la fusión de otros dos bichitos que corroen el carácter y que son la mentira contumaz y la negación más obstinada de la más evidente responsabilidad, forman ya una epidemia en torno a su foco principal que es el Gran Timonel.

La mentira ha de ser muy piadosa para no ser un insulto. Y piadosos hay pocos en el equipo de ZP, Aído, Chacón o la vicetiple que se atreve a hablar de trajes ajenos, vestida ella siempre con ropajes perfectamente asequibles al parecer con su sueldo de vicepresidenta. Supongo que algún día, si una de las pandemias no nos lleva por delante a todos, podremos hablar también del fondo de armario de la vicepresidenta, tan misteriosamente profundo y repleto como la galería de trofeos de caza de nuestro juez Baltasar Garzón. Por cierto, ayer tuvo un sobresalto que quizás sea el principio del fin de una anomalía grotesca en nuestra judicatura. En todo caso, si la mentira es un insulto, nos deberían estar silbando los oídos todo el día. Los esfuerzos de las ministras de Sanidad y de Defensa por coordinar una mentira común para escabullirse de la responsabilidad del escándalo que ha sido la ocultación de la cepa vírica en Hoyo de Manzanares han sido conmovedores. No sé qué tal se llevarán, pero esta claro que Trinidad Jiménez ha sido generosa al enlodarse del todo por salvarle algo la cara a su colega. ¿Qué más dará un poco de lodo más? En las chaquetas de moda, en los trajes espaciales de De la Vega o en las togas de Garzón o Cándido Méndez. O en las del Tribunal Constitucional, que nos insulta con su interminable silencio vergonzoso respecto al Estatuto de Catalunya y ahora muy coqueto, manda a ETA al Parlamento Europeo. Todos mintiendo, insultando y denigrando a la Constitución española. Con mil altavoces que repiten sus mentiras en todas las televisiones. ¿Todas? No, alguna se resiste. Por eso hay que acabar con ella. Hay que acabar con la palabra que no está al servicio de su política de aniquilación del discrepante. De ahí que asignatura prioritaria del Gobierno sea hoy la destrucción de Telemadrid. Con sus liberados sindicales bien pagados, los sindicatos verticales del zapaterismo, bien apesebrados, dicen luchar por la plantilla. Sólo escuchan la voz de su amo. Llevan semanas de huelgas para impedir que los ciudadanos accedan a una versión de la realidad distinta, en la que la palabra mantiene su significado original. Frente al vocerío de la mentira, que pretende que las palabras signifiquen lo que se desea que signifiquen, aunque entren en conflicto manifiesto con la verdad.

DESECHO DE TIENTA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  27.05.09


Hablemos un poco de nuestros parlamentarios ahora que todos miran con escándalo a Westminster. El hecho de que muchos de ellos fracasen tan a menudo en su intención de llegar al Parlamento no revela sino el hábito cada vez más extendido y cada vez más español de no cumplir con una labor cuya retribución está asegurada. Quedaría feo hacer fichar a los parlamentarios y encargar a unos ujieres que les entreguen su sueldo fraccionado al final de la sesión. Pero lo cierto es que, junto a políticos decentes, trabajadores y cabales que hay en todos los grupos parlamentarios, en la santa casa de nuestra democracia se ha instalado una tropa de gañanes que no encontrarían jamás trabajo de remuneración digna ni en las empresas de peor reputación. La culpa está en los partidos y por supuesto en las listas. Los ejemplos de fulgurantes carreras de personajes ignaros y vagos son muchos. Alguno de ellos hace ahora historia debido a una concatenación de fatalidades.

A muchos les habrá alegrado comprobar que en esto al menos España no es una anomalía en Europa. El desenfreno inmoral descubierto en Westminster ha provocado la ruptura más dramática entre representantes y representados en la democracia más antigua -quizás la mejor- del mundo. El deterioro de los hábitos de los parlamentarios ha dejado estupefacta y llena de ira a la sociedad. Y aquello tendrá consecuencias muy serias. Por eso seguirá siendo aquella una gran democracia. Mientras, aquí no pasa nada. Nadie espere cambios. Lo nuestro parece irresoluble. No hay capital humano. Los malos hábitos se pueden corregir. La catadura no. Por eso tenemos un parlamento -y como reflejo, un Gobierno- que comienza a percibirse como desecho de tienta.

EL ESTUDIANTE OHNESORG EN ATOCHA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  26.05.09


LES voy a contar hoy una confidencia -ha pasado ya mucho tiempo- sobre los prolegómenos de mi salida de mi anterior diario. Fue el primer incidente serio que tuve con la emergente secta de guardianes de unas esencias que eran sólo suyas. Hoy controlan la casa. Tanto, que en la redacción se habla en voz muy baja, como en los bares de Hernani, como en el Palacio de La Moncloa, por cierto. El hecho es que vino un miembro de la citada tropa a mi despacho y me anunció que el comité de redacción tenía una denuncia anónima contra mí. Que se transmitiría al director. Le pregunté si era una broma. No lo era. Le dije que lo de la «denuncia anónima» sonaba muy feo. A camisas pardas y negras, a abrigos de cuero. Y pregunté por la identidad del denunciante. Se me negó. La denuncia llegó al director. Era un periodista y mandó a paseo a los denunciantes. Éstos prosiguieron con su misión de purificación ideológica y con otro director consiguieron su propósito. Mi delito había sido declarar en televisión que yo tenía un mar de dudas sobre el trasfondo del atentado del 11-M. No esbocé una tesis propia ni me adherí a ninguna otra con o sin conspiraciones que me parecen disparatadas. Sólo dije que dudaba. Mi puñetera manía de albergar dudas sobre la verdad decretada. Hoy estoy seguro de que algún día se tendrá que volver a hablar del 11- M. Y no desde la marginalidad o el interés por un titular forzado.

Quizás no haya que esperar más de cuatro décadas, lo que ha tardado en llegar el espectacular giro en el caso de la muerte del estudiante izquierdista Benno Ohnesorg, abatido a tiros por el policía Karl Heinz Kurras. Fue durante una manifestación el 2 de junio de 1967. El asesinato de Ohnesorg -a manos de la policía «capitalista y fascista»- fue el detonante del movimiento violento de protesta que sacudiría a Alemania. Y generó las bases para el terrorismo alemán, tanto del llamado significativamente «2. Juni» como de la Fracción del Ejército Rojo (RAF) que durante muchos años mantuvo en estado de excepción -en algún momento contra las cuerdas- a la RFA. La muerte de Ohnesorg dividió a la sociedad, puso en riesgo la democracia y causó la muerte de decenas de inocentes. Ahora, 42 años después -como resultado del análisis de los archivos de la policía política (Stasi) de la Alemania comunista (RDA)- se ha sabido que Kurras, el policía que disparó a matar a Ohnesorg, era un miembro de la Stasi infiltrado en la policía de Berlín oeste. Kurras, de 81 años, ya ha confesado. Al izquierdista Ohnesorg lo mató la izquierda comunista. Para desestabilizar a la RFA, sembrar el odio y cambiar su historia. Aquí y ahora no se trata de hacer paralelismo alguno. Eso sí, Zapatero muestra ya en los mítines la mirada trastornada y el rictus descompuesto de los líderes bolcheviques de provincias cuando amenazaban al enemigo y acusaban al traidor de impedirle cumplir con brillantez su plan quinquenal. Impotente, vierte odio y discordia por doquier. Es peligroso. Dentro y fuera pueden aprovechar su siembra quienes no nos quieren bien. Alguien debiera advertírselo. Pero me dicen que Zapatero ya sólo escucha las voces que oye en su interior.

MOVILIZAR CON ODIO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  21.05.09


EL nuevo vídeo presentado por el PSOE para la campaña electoral a las elecciones europeas que comienza hoy a medianoche, y presenta a unos seres detestables como votantes de la derecha, está muy bien hecho. Si en algo han demostrado capacidad los socialistas españoles bajo el zapaterismo ha sido en difundir con éxito todo tipo de mensajes propagandísticos, algunos contradictorios entre sí. Nunca han entorpecido este éxito ni dichas contradicciones, ni las más obvias mentiras ni difamaciones después reveladas como tales. Ni siquiera se ha visto afectado negativamente por la participación en la difusión de sus mensajes de algunos de sus dirigentes, personajes que supondrían un descrédito hasta para organizaciones con objetivos mucho menos piadosos que los que se atribuyen los socialistas españoles. Era lógico que el continuo deterioro del capital humano en el partido desde la partida de Felipe González trajera consigo una pauperización de los mensajes. Aunque muchos puedan sorprenderse de que el primitivismo ideológico haya vuelto en ocasiones a los niveles de los Años Treinta. De que todo esfuerzo por pretender al menos una cierta honestidad intelectual haya desaparecido en profundidades abisales.

En realidad, la población española se pasa todo el año consumiendo propaganda socialista en todas las series televisivas nacionales y la inmensa mayoría de los programas de entretenimiento. Ese es el vídeo de decenas de miles de horas que se emite ininterrumpidamente por las cadenas públicas y privadas. Es el interminable vídeo que muestra, con mayor o menor gracia, la forma de vivir y de pensar que los socialistas consideran la adecuada a su pequeño universo cultural y sentimental. Y la conveniente para eternizar su hegemonía en el discurso socio-cultural y político. La mediocridad como signo de identidad, desconfianza y resentimiento hacia la excelencia, culto a la comodidad, la radical división ideológica entre la bondad izquierdista y la maldad de la derecha y, por supuesto, la lucha constante contra el hecho religioso, el católico, por medio de la caricatura y la ridiculización, del insulto y la manipulación de textos, hechos y medias verdades. El poder socialista paga a las productores de cine y televisión, cuenta con la simpatía o el miedo de la mayoría de las cadenas y maneja para ello el dinero público sin complejos y ha dado patente de corso a su tropa de la Zeja. Hace tanta propaganda durante todo el año que hasta para ellos debe ser difícil inventar algo especial para una campaña. Ésta debe ser la causa de que el vídeo sólo tiene como novedad una radicalización del mensaje del odio, dentro de los cánones de manipulación de la palabra ajena y de los mensajes del enemigo. Este enemigo aparece como la personificación del mal. En ese sentido, no se diferencia de las caricaturas y los textos de la revista «Der Stürmer» que publicaba Julius Streicher en la Alemania nazi contra los judíos. O de los que publicaba la prensa soviética contra los kulakos y los judíos. En resumen, el zapaterismo va mostrando su rostro más auténtico.

LOS BICHOS Y EL SEXO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  20.05.09


La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, y la secretaria de Organización del PSOE, Leyre Pajín, son dos personajes con una sola virtud. Su falta de sofisticación en el pensamiento y su lógica de lucha por la imposición que es la supervivencia frente a enemigos internos y externos las hace perfectamente incapaces siquiera de simular cierta empatía con mundos que se hallen fuera de sus estrechos cuchitriles mentales. Esto es resultado del embrutecimiento lógico de quienes han recibido toda su formación cultural y sentimental en una cueva de la subcultura ideologizada. Me refiero a esos nidos de adoctrinamiento socialista en los que, como camadas de hurones, aprenden a atacar a todo animal extraño pero también se despedazan entre sí en su lucha por el favor de sus mayores. Nuestras heroínas están pletóricas con su ley del aborto. Y hartas de ñoñerías. Aído ha proclamado que el feto de trece semanas no es un ser humano. En realidad podía haber dicho veinticuatro o treinta. Asegura que puede tratarse de un «ser vivo» pero que la ciencia no avala el carácter humano del mismo. En fin, la doctora en ciencias considera que hasta la semana que decreta el Consejo de Ministros, las mujeres se pasean con un bicho en la tripa. Quien se atreva a discutirlo es un facha o un acólito de Rouco. La otra estrella de la elegancia socialista en palabra y presencia, Leire Pajín, dice que el aborto «permita disfrutar de la sexualidad de forma segura». Gracias a los socialistas y su aborto vamos a saber por primera vez lo que es disfrutar con el sexo.

VIAJAR A GÖTTWEIG

Por HERMANN TERTSCH
ABC  19.05.09


ES una publicidad que se oye mucho últimamente por la radio. Pero realmente es una recomendación que conviene hasta a los que nos hemos pasado la vida viajando: hay que viajar más. Más aún. Para no caer nunca en el error de pensar que lo que sucede aquí en España es normal. A poco más de cuatro horas de Madrid, menos de tres de vuelo a Viena y algo más de una en coche a lo largo del Danubio hacia el norte, se alza imponente sobre un alto rodeado de bosques el monasterio benedictino de Göttweig, conocido como el Montecassino al norte de los Alpes. Fundado en el siglo XII, presidiendo el estrecho valle del Danubio que se conoce como Wachau, Göttweig cuenta, como el otro cercano gran monasterio de Melk, con una biblioteca que es una crónica continuada de lo que es la gestación de la idea de Europa. Pocos años después de caer el Telón de Acero y a instancias del Gobierno austriaco se instituyó allí un foro anual de políticos y analistas de toda Centroeuropa. Surgió para hablar de mucho más que de economía y política. Su carácter único está en el énfasis con que se debaten y estudian los problemas de la identidad y las raíces de Europa.

Este año se acumulan las efemérides. Se cumplen los 90 años de los Tratados de Versalles y Trianon, que quisieron reordenar Europa y sembraron de odio el continente con el surgimiento de los grandes totalitarismos. Se conmemorará también el 70 aniversario del comienzo de la Segunda Guerra Mundial el 1 de septiembre de 1939. Se celebra también el 20 aniversario de la caída del muro que construyó el totalitarismo que salió triunfante en parte de nuestro continente. De todas estas fechas se puede aprender mucho. Entre otras muchas cosas que la venganza y la humillación del prójimo nunca puede ser una victoria duradera. También que los totalitarismos surgen de la movilización del desprecio al carácter sagrado de todo ser humano. Y desde luego la inmensa lección de que, igual que se puede sucumbir por cobardía, comodidad, ignorancia o indiferencia ante los totalitarismos, la sociedad libre consciente de su poder y liderada con coraje y sabiduría, puede derrotar al totalitarismo y ayudar a sus víctimas a unirse a la comunidad de ciudadanos libres.

En Göttweig este año hemos hablado por supuesto de la crisis. Una mayoría ha insistido en que el relativismo fomentado durante tanto tiempo en nuestras escuelas y por los poderes públicos supone una terrible dificultad añadida para la superación de las dificultades. Y para evitar males mayores para la seguridad, el bienestar y la paz, que en absoluto están descartados. El discurso estelar lo pronunció el nuevo primer ministro húngaro, Gordon Banjac. La primera parte la pronunció en un correctísimo alemán para después pasar al inglés para poder, dijo, precisar más en los datos sobre economía y finanzas. Pidió sacrificios a todos, pidió equilibrio entre prudencia y ambición. Dijo que en Hungría se dan dos crisis superpuestas, la internacional y una nacional. Hay que pasar por reformas muy dolorosas para no pasar de lo malo a lo insoportable. Y pidió sentido común. Como ven hay que viajar para oír verdades sobre lo que nos pasa.

ZAPATERO Y LOS TRAIDORES

Por HERMANN TERTSCH
ABC  14.05.09


CON su habitual sorna, comentaba el pasado lunes Alejo Vidal-Quadras en el «Diario de la Noche» de Telemadrid que «las encuestas hay que tomarlas como lo que son, porque detrás de ellas siempre hay gente bastante oscura». Entendí que se refería a que la demoscopia política es un negocio que, como todos los negocios, suele adaptar lo más posible sus resultados a los deseos y las órdenes del amo, es decir, del que paga. En el caso del CIS, bajo la directa batuta de la vicepresidenta De la Vega, el hecho ya resulta escandaloso por mucho que sepamos que en este país nadie se escandaliza por nada. Viene esto a colación por la angustia que, tras los Debates sobre el estado de la Nación, surge siempre en los esfuerzos generalizados por determinar quién ganó la batalla retórica en el estrado. ¿Alguien cree realmente que en el debate del martes hubo un triunfador? En ocasiones, el intercambio de golpes bajos, gracietas fallidas, tontunadas y acusaciones pueriles por ambas partes, además de la voluntad manifiesta del presidente de engañar a su rival, al hemiciclo y a la opinión pública, fue una reyerta personal inserta en un mitin del presidente. Nadie hizo ayer un balance del estado de la Nación que es el que notamos los ciudadanos día a día y los datos nos confirman también de forma cotidiana e implacable. Si Mariano Rajoy intentó en algún momento que lo fuera, el Trilero Supremo abortó de inmediato todas las posibilidades. Todo el sentido común que lleve un Rajoy a una lucha verbal con Zapatero siempre se topará con el muro infranqueable de quién tiene tanto respeto a la lógica como a los ejercicios espirituales del cardenal Rouco. ¿Ganó Rajoy el llamado debate? Por supuesto que no. Por mucha razón y muchas verdades que blandiera, tenía enfrente a un ser inmune a argumentaciones. Y ducho en trampas y engaños como nadie en la historia de nuestra democracia. ¿Ganó Zapatero? Tampoco. El presidente tan sólo mostró lo peor de sí mismo, como viene haciendo desde que la terca y trágica realidad española le ha cogido la medida y le persigue sin pausa. El presidente no está acosado por una oposición que sigue atenazada por su timidez y no se atreve a dar la batalla general. No para rebatir las mentiras puntuales aunque sistemáticas del presidente. Esas son obvias. Sino para cuestionar todo el perverso sistema de la mentira estructural que ha impuesto la izquierda y que el PP parece haber interiorizado. El hecho de que la sociedad civil española no tenga vitalidad ni coraje para enfrentarse a este Gobierno tan desnortado como tóxico, no exime a la oposición de la responsabilidad de denunciar este inmenso desafuero y sinsentido que lleva al país a la ruina económica y moral. Aunque hoy los tachen de antipatriotas y traidores, algún día, no lejano, los españoles saldrán de su letargo y sabrán valorar a quienes hicieron frente a los que han sumido al país en este lodazal.

lunes, 21 de julio de 2014

EL PAPA Y LAS SECTAS

Por HERMANN TERTSCH
ABC  13.05.09


Espero que la secta me perdone el atrevimiento de expresar mi convicción de que el Papa Benedicto XVI ha acudido a Tierra Santa con buena fe. Cuando hablo de la secta no me refiero a los ultraortodoxos judíos, para los que son herejes la inmensa mayoría de sus compatriotas, reniegan del Estado de Israel aunque vivan de sus dádivas y desprecian al resto del mundo. Tampoco pienso en los islamistas, que consideran que todo cristiano que se acerca por aquellos pagos es una reencarnación de Godofredo de Bouillon, dispuesto a montar una nueva cruzada. O un agente de los intereses del Gran Satán y del «Ente Sionista», con aviesos propósitos de corromper a sus mártires potenciales con la revista Hustler y una petaca de Johnnie Walter. O, aun peor, con conversiones a la fe de Roma.

Hablo de la secta que tenemos aquí en Occidente, más obsesionada con el Papa que la mayoría de los creyentes católicos. Sus militantes, devotos de la fobia antirreligiosa, afectos a toda la idolatría y al pensamiento único del izquierdismo, abominan del Papa de Roma más que Enrique VIII. Ahora dicen que Ratzinger es especialmente reaccionario. Del Papa Wojtyla decían todo tipo de pestes. En todo caso le prestan más atención al Papa que «L´Osservatore Romano». Y liderados por sus teólogos de cabecera, le dan muchísimos consejos al Pontífice sobre cómo modificar la Iglesia y sus reglas. Consejo de enemigo. Esta secta considera un fiasco la visita del Papa a Tierra Santa. Precisamente esto me induce a una inmersión llena de interés en los contenidos reales de este viaje tan complejo y difícil, en el que, más allá de la política, se dirimen cuestiones de teología y confrontación cultural que pueden tener una repercusión insospechada en nuestro futuro.

UN LUJO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  29.04.09


Lo ha sido el presidente de Francia y el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, que saben ambos los que se dicen. Aunque a veces lo diga muy mal. Aunque a veces parezca un chico malo y gamberro. Porque es perfectamente correcto e impecable en el arte de mostrar la gloria republicana. Incluso rodeado de monarcas. Impecable ha sido su mujer que a tantos molesta, a tantos impone y a tantos inquieta. Porque es, digámoslo, lo que queremos ser. Guapos, ricos, inteligentes y muy listos. Como quieren ser ellas. O mejor dicho, quieren ser muchas de ellas. Nuestra querida presidenta consorte francesa, Carla Bruni, con las permanentes bailarinas, es probablemente una brujilla. Y muy tramposa. Pero también, y fundamentalmente, es una diosa, una diosa griega. No nos engañemos.

Pero lo importante de la señora Sarkozy o Bruni no es eso. Ni siquiera lo mucho más elegante que sea frente a otras. Lo importante y definitorio, como pasa con la inmensa señora que siempre es nuestra Reina Sofía, es todo lo que sabe estar esta jovencita en el momento que importa. Con su diferencia de edad, con su diferencia de trayectoria, obviamente no hablamos de lo mismo. Mientras nuestra gran señora que es la Reina lo sabe prácticamente todo en el estar, la niña Bruni, tan pija ella en tanto, va alcanzando sus mismos niveles, que son la perfección. Quienes la creen endiosada no entienden la disciplina. Quienes la pretenden amanerada no saben nada de lo que es, simplemente, el estar.

LA PESTE DEL MIEDO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  28.04.09


LOS que nunca hemos sido un colmado de virtudes en el trato de nuestro propio cuerpo tendemos mucho a relativizar la alarma ante catástrofes sanitarias. Eso somos quienes hemos pasado toda la vida intentando rebatir la máxima de «mens sana in corpore sano». Porque hemos creído firmemente en las tesis de Peter Altenberg y Joseph Roth de que la sabiduría requiere un conflicto con la salud. Cuando uno comienza a dudar de ello suele ser demasiado tarde para intentar la otra opción. Recuerdo lo irrisoria que me parecía la recomendación de tanto amigo durante la catástrofe de Chernobil -que yo viví en Polonia, en Varsovia y en Cracovia- de que me pusiera en las colas para tomar yodo. A mí, que me fumaba tres paquetes de Marlboro. A mis colegas Paco Eguiagaray, a Juan González Yuste y a Hernán Rodríguez Molina, tres hombres de Altenberg y Roth también les hacía mucha gracia. Ellos ya no están. Eso no quiere decir que no sintamos todas y cada una de las muertes y tragedias habidas. En las que las víctimas son gentes que jamás quisieron ponerse en peligro. Desde las pestes medievales, las pandemias americanas, la peste de nuestra era moderna que es el sida o las gripes aviares o ahora porcinas. Pero a mí, aun hoy, se lo confieso, me cuesta mucho sintonizar con la alarma social, con ese miedo generalizado por motivos de salud. Comprendo perfectamente la labor imprescindible de divulgación y advertencia de los poderes del Estado y de las instituciones en estos casos. Pero los echo de menos en otras pestes que carecen de la popularidad necesaria y que también tienen mucho que ver con la salubridad.

A mí me da mucho más miedo el hecho de que el presidente iraní Ahmadineyad pueda chantajear a países cercanos y lejanos con un arsenal nuclear. Y a la gente parece traerles al pairo. Me causa infinito terror -no por mi vida que al fin y al cabo será de las ya difícilmente afectadas- que la OTAN retroceda día a día ante la presión militar del movimiento talibán. Y, esto ya nos toca más cerca, me siento aterrado ante el hecho de que un Gobierno socialista en el País Vasco no consiga reunir los altos cargos necesarios para dirigir la región y que todo se deba al miedo. Tengo auténtico miedo al miedo. Porque es lo que destruye las sociedades libres. Considero un signo terriblemente alarmante que gente cualificada y formada se niegue a ejercer un cargo público por miedo. Y no se trata de exigir heroísmo. Ni de ser el general Charles Gordon en Jartum. Resulta aterrador saber cuánto miedo hay entre nuestros ciudadanos, entre los supuestamente más cualificados y teóricamente más informados sobre lo que es la vocación del bien común. Ese miedo tóxico deja a la ciudadanía inerme. Nadie puede pedir coraje a la ciudadanía cuando altos ejecutivos no aceptan trabajar para su país desde un cargo con dos escoltas, inhibidor y chófer. Miedo da este miedo que es una peste que ya es pandemia.

TONTILOQUISMO DEL MIEDO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  23.04.09


YO lo que les pido encarecidamente a todos los ciudadanos españoletes que pagan ahora sus impuestos es que no fomenten el mal humor. Los que lo hacemos -vive Dios que no es vocación- somos un poco canallas. Por eso, porque soy un poco canalla, les transcribo parte de un editorial del The Spectator -una revista inteligente de un país aún en gran parte libre-. «He cannot go on borrowing without limit, amassing undreamed-of fiscal deficits in order to maintain inflated levels of public spending. Indeed, the danger point is fast approaching at which the gilts markets will no longer absorb the torrent of new debt, and an IMF bail out will become a serious prospect». Se lo cuento en la lengua que ya está proscrita en media España, en castellano: Si seguimos endeudándonos, nuestros hijos y nietos estarán postrados muy pronto en la puta miseria. Y lo van a pasar más que mal. Así de fácil es el inglés. Miren por dónde. Lo arriba dicho en inglés y tan francamente traducido o destilado a nuestra gloriosa lengua no es una deducción de gran ingenio. Es lo que en este país se ha llamado desde siempre sentido común. Se puede sintetizar incluso más. Viene a ser que el que la hace la paga.

Comprendo que después de oír al presidente del Gobierno ayer en el Congreso de los Diputados, haya suficientes españoles lo suficientemente asustados para pensar que esto no puede ser cierto. Porque nuestro Gran Timonel da bastante miedo. Desde luego a los suyos con mucho éxito. Y a los demás también con bastante efecto.

Porque mucho miedo da ese tontiloquismo con las cosas de comer que despliega el personaje que ha sido elegido para ocuparse precisamente de las cosas de comer de todos los españoles. Si fuera académico de las letras nos traería bastante al pairo el vallisoletano leonés en el que prácticamente todo es mentira. Desde su pasado y el pasado de sus mayores a sus aventuras y a sus facturas. Todo, queridos amigos, es una inmensa farsa que los españoles se zampan con la alegría que les es propia. Por eso el mal humor que fomentamos The Spectator, a veces el The Economist -siempre tan mal aconsejado desde que murió mi padre-, por supuesto yo y algún otro canalla reaccionario, es tan mal visto y digerido. Piensa la inmensa mayoría de este país -nunca condenaré su optimismo insensato- que mientras tengamos todos la peste los arreglos llegan solos. Con paciencia, deudas y grandes dosis de buen humor. En el fondo, el Gran Timonel es el reflejo de toda esta sociedad del buen humor que retoza por España a la espera de tiempos mejores. En todo caso, el espectáculo que dio ayer en el Congreso de los Diputados nos lo tenemos merecido todos. Los hay, por supuesto, que sentimos vergüenza, propia y ajena, ante la charlatanería más propia del presidente del buró político de una república comunista de medio pelo. Pero lo terrible es que, en general, no escandaliza. Y debería dar más miedo ese tontiloquismo enajenado. Debería aterrorizar a cualquier sociedad que se considere medianamente sana.

ETA Y LOS SUYOS

Por HERMANN TERTSCH
ABC  22.04.09


Dicen que ETA quería molestar al primer Gobierno constitucionalista del País Vasco que va a dirigir Patxi López. ¡Vaya por Dios! ETA molestando. Casi dan ganas de pedir en plan monja mojigata desde Ajuria Enea que ETA «salga de nuestras vidas». «No nos irriten». ¡Déjennos a los vascos y las vascas ser tan buenos y buenas como pretendemos! Palabra de lehendakari. Sin coña. ETA ha sido un instrumento eficaz que, cierto, muchas veces ha cogido vida propia. A veces mucha. Pero en realidad ha sido un pelele algo díscolo que siempre ha trabajado para unos señores encorbatados que comen cocochas hablando de toros y pesca con los cocineritos de la costa. Y que se tutean con estupenda camaradería con los carniceritos, aunque éstos no se duchen y lleven pendientes y pantalones de plástico y el pelo coloreado. Todos jatorras. Muy curiosa es toda esa complicidad nacionalista entre los asesinos y los cofrades de la buena mesa. Muy tremenda es la campechanía entre quienes se duchan y quienes no. Quienes se van de caza a Soria y de Semana Santa a Sevilla y quienes hacen los agujeros en los montes para meter un bidón de plástico y dentro un par de metralletas. Y unas pistolas que Rubalcaba durante las negociaciones creía que se habían llevado los niños del coro. ¡Ay, aquellas negociaciones! Aquel Bar Faisán del que nada sabemos, querido Baltasar. La basura moral que nos han granjeado. Aquí están los lodos. Un ministro del interior intoxicado por aquello, un fiscal general que es un perfecto hazmerreír y unos jueces que tienen tantas togas salpicadas por los lodos que ya no saben si son rehenes o trileros.

GENTUZA EN GINEBRA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  21.04.09


LO habían advertido muchos. El Conde Lambsdorff, un liberal de sólida estirpe antitotalitaria, ya había dicho que hay sitios a los que no se puede ir a juntarse con gentuza. Y que las buenas intenciones, incluso sinceras, no compensan las peores compañías. No hace falta ser un gran estadista para saber que sólo se puede ir a disfrutar con delincuentes con plena garantía del incógnito. Y aquí, en el caso que nos ocupa, no existe. No existe el incógnito, ni las putas divertidas, ni los delincuentes ingeniosos. Es decir, hay timbas a las que no se debe acudir aunque las convoque la ONU, que siempre demuestra su vocación a organizar turbias reuniones de esta calaña. Por eso, una serie de países sensatos y decentes dijeron que ni se acercarían por la llamada nueva ronda de la cumbre contra el racismo que comenzó en su día, hace años, en Durban, y hoy es un absoluto aquelarre de los países más totalitarios para orquestar sus odios y fobias en contra de las democracias occidentales. Que por supuesto son las que acaban pagando la factura. Faltaría más. Allí estaban y están todos los titiriteros de las Naciones Unidas que viven del dinero ajeno y convierten a Cuba, a Zimbabue y a alguna otra república grotesca en tribunal de buenas costumbres. Parecen una reunión de los cineastas de nuestra Zeja-Zeta Total. Todo lo peor en perfecta armonía. Dictadores, rufianes, trileros e impostores, todos brindando por un mundo feliz que no logra ser porque lo incomodan los demócratas, la libertad y la información. Y quienes logran impedir tener que pagarles la factura de la fiesta. La Cumbre contra el Racismo se ha convertido en unos Premios Goya a lo bestia. Nunca mejor dicho.

Esta vez la astracanada se ha producido nada menos que en Ginebra -donde por cierto todos los paganos pagarán más por las camas y las dietas y las copas de los delegados participantes-. De países en los que se ahorca a los homosexuales sin que a don Pedro Zerolo le merezca una queja. Y en los que se lapida a las mujeres por una mera sospecha sin que a la retahíla de plañideras gubernamentales españolas les provoque un mero sonrojo. Son los países amigos del progresismo cañí. Aquí destruyen vida, prestigio y hacienda de cualquiera acusado por la mera palabra de quien pueda demostrar portar vagina. Allí saludan, besan, financian y jalean a quienes tratan a las mujeres como animales de carga u objetos directos de tortura. Aquí hay que volcarse a acusar a algún concejal imbécil de la oposición que piropea con grosería a alguna mujer. Pero después se baila el aurresku de la armonía con el fanático y asesino de Ahmadineyad y con él se cocina la paella de la alianza de las civilizaciones que pagamos los contribuyentes españoles para mayor gloria de una serie de políticos inanes que viven de esto. Y de tanto payaso acompañador que acaban llamándose todos Mayor Zaragoza o Al Gore.

Alemania, Holanda, Polonia e Italia y algunos otros países con gobiernos decentes, decidieron no acudir a la Cumbre de Ginebra porque se temían lo que ha sucedido. Otros se levantaron ayer. Podían haberlo previsto. Allí, las teocracias, las dictaduras y las satrapías más corruptas se han deleitado en acusar de racistas a los países occidentales democráticos que más gente de otras razas trata como a seres humanos y les da el bienestar y la protección que sus países de origen les niegan. Tiene gracia que países con la misma autoridad moral de Josu Ternera se erijan en jueces sobre moralidad y ecuanimidad. Tiene triste gracia que juzguen precisamente los países de donde la gente se intenta fugar y no aquellos que la gente busca como salvación para ellos y sus hijos. La tropa de sinvergüenzas que las Naciones Unidas ha reunido para hablar de lo que deberían callar no tiene nombre. Todavía busco nombres de aquellos que quieran huir de Israel, de Estados Unidos, de Francia o Alemania. Tengo una larga lista de quienes quieren huir y nunca volver a toda esa caterva de países que osan dar consejos en Ginebra.

martes, 15 de julio de 2014

IMPOSTURA Y SAQUEO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  15.04.09


A la pobre secretaria del Interior del Gobierno británico le ha salido un sarpullido. Que no es otro que su marido. Resulta que el buen hombre se ha dedicado durante cierto tiempo a devorar películas pornográficas. Nada en contra por nuestra parte. El problema ha sido que el consorte cargaba los costos de sus orgías virtuales al erario público. Y de repente, todo el mundo ha parecido entender, por este caso ridículo de los cuatro pornos, que son muchos nuestros profesionales de la política que entienden lo del servicio público como un eufemismo del cortijo. Se interpreta directamente que el voyeurismo en el sofá forma parte de los deberes de Estado. La cuenta: al contribuyente. Ninguno escuchó de sus padres las sabias palabras de que, invitados, jamás hay que pedir algo más caro que lo que pediríamos pagando.

Mucha gente está ya más que harta. De la obscena prepotencia que socava los propios principios de la democracia. Más en estos tiempos de precariedad, angustia y rencores. Harta de los que consiguen con dinero ajeno lo que jamás tendrían por mérito propio. En toda España, por poner un ejemplo, se derriban casas pobres en las que viven personas humildes por estar a ciertos metros de la costa. Gentes que viven allí desde hace generaciones se ven despojadas de todo lo que tienen. Y otros, como algún flamante ministro, se construye junto al mar una casa que compita en nivelazo con los trajes que lleva desde que llegó al poder. Quien vestía como Ángel Cristo, hoy se trajea poco menos que en la sastrería del Conde de Peñaflorida. Es el progreso de los políticos. La voladura de la probidad en la política, en la democracia. Mal mensaje el de la impostura combinada con el saqueo.

ROTO EL JUEGO DE ABALORIOS

Por HERMANN TERTSCH
ABC  14.04.09


¡CÓMO se han puesto nuestros nacionalistas vascos ante el hecho de que van a dejar de mandar y de manejar los presupuestos como el dinerito de la abuela! Ahora resulta, nos cuentan en su feria patriótica anual, en la que cada vez son menos pero más sufrientes, que los socialistas vascos son unos monstruos que quieren que ondee la bandera española en Ajuria Enea. ¡Nada menos que la bandera española! ¡Qué bárbaros! Tremenda indignación de ese Urkullu que dicen moderado. Txikos de corbata y servilleta de lino. ¿A quién puede extrañar que ETA y sus cuatreros del pelo encrespado y el piercing digan que los socialistas son objetivo prioritario? ¿No lo eran antes? ¿Ni siquiera cuando se fueron al garete las amables tertulias de Elgoibar? Que se lo pregunten a la familia de Isaías Carrasco. Este arrebato de indignación de los abertzales, los que comen con cubierto y los demás, no deja de ser una sobreactuación patética. Cuando en realidad los socialistas vascos son exactamente los mismos que se han pasado la legislatura anterior aprobando los presupuestos nacionalistas, con apoyos financieros a grupos etarras incluidos, pesebrazo y barra libre. A cambio, por supuesto, de favor similar en las votaciones de los presupuestos en Madrid de los señores Zapatero y Solbes. Que son otras cuentas de la mercería de la abuela Clota, por cierto. Como las del tripartito catalán, cuyo gasto en pago de proyectos de adocenamiento, adoctrinamiento, intimidación y manipulación del pasado y del presente sigue escalando cotas. ¿Y qué decir del paisaje de desarrollo y probidad del paisano de Montilla que es Manuel Chaves, la savia nueva del nuevo Gobierno? Lo único que hay que hacer bien es exigir. Y el dinero público fluye, incluso cuesta arriba. Basta ser nacionalista o socialista -o, preferiblemente, ambas cosas a la vez-. Pónganlas en el orden que quieran. Lógica e instinto que surgen de la combinación acaban siendo las mismas.

Como ven ustedes el círculo se cierra bien. Seamos exactos, se cerraba bien. Hasta ahora. Hace un año era aún perfecto. Parecía que no había mentira ni realidad, desafuero, incompetencia, abuso u obscenidad que supusieran costes políticos a los gobernantes en la Sagrada Alianza de la Superioridad Moral. Pero la aritmética es muy traicionera. Y aunque bombardeados por basura informativa e ideológica y en muchos rincones intimidados en la vida cotidiana, parece que los españoles han dado un definitivo espaldarazo a los proyectos mágicos de Zapatero. Ahora, Galicia y el País Vasco han roto el círculo, el sistema idílico, el juego de abalorios. La sensación de impunidad y barra libre que el Gran Timonel transmitía a sus socios se ha quebrado. Nacionalistas y socialistas traicionados saben que ya no comparten intereses. Zapatero, eso ya está claro hoy, podrá seguir mintiendo. Pero su capacidad de seguir engañando se ha desmoronado. En la mar arbolada de la crisis la tripulación ha comenzado una revuelta para poner al Gran Timonel en el sitio del que nunca debió salir.

TRISTES LODOS DE VERDÚN

Por HERMANN TERTSCH
ABC  09.04.09


YA tenemos un gobierno nuevo, queridos lectores. Con todos los ministerios que había, sepa Judas para qué. Y una Vicepresidencia más que todos esperamos nos sea muy útil para resolver los problemas de subsistencia y convivencia que se nos echan encima como una marabunta bien alimentada por unos fondos públicos tan profusamente utilizados por los gobernantes para alimentar a las hormigas fieras. Aquí estamos ahora con un Gobierno que no se cree nadie y al que nadie otorga ya, al segundo día de su existencia, ni la menor posibilidad de contener la plaga. Ni cien días ni niño muerto. No encuentro a nadie serio que crea que este Gobierno se ha hecho para otra cosa que no sea su propia y pura subsistencia. Veremos si consigue superar el verano y las elecciones europeas. Por mucho que hayan incorporado a piezas de combate de trinchera.

La toma de posesión de nuestra nueva «Cavalleria Rusticana» de Cultura lo dice todo. Allí estaba toda la tropa de la secta dispuesta a un imaginario y patético «no pasarán» -también de un «nos lo llevamos todo»- mientras las realidades de nuestro país van mostrando un declive y una degradación vertiginosa. Allí estaba casi de ministrable una Pilar Bardem que, no me cabe duda, llegado el caso, enviaría a media sociedad española a la Checa de Fomento. Y allí estaban junto a la nueva ministra de la subcultura de algunos de ellos, los más fervorosos agitadores y beneficiarios del rencor en este país. Allí estaba toda la arrogancia y prepotencia del izquierdismo carpetovetónico, que tanto tiene que ver con la miseria revolucionaria tercermundista o soviética y tan poco en común con la socialdemocracia cultivada de la tradición europea. Que tanta amistad y empatía tiene con asesinos como el Ché Guevara o Fidel Castro, con milicos déspotas como Hugo Chávez o tiranos comunistas. Y tan poca afinidad con humanistas de la izquierda europea como Helmut Schmidt, Willy Brandt, Olof Palme o Bruno Kreisky. Probablemente muchos de la tropa no sepan siquiera a quienes me refiero.

Algunos estamos curados de espanto. Y hemos visto cosas mucho peores. Pero da bastante miedo ver la íntima comunión entre poder y vocación abiertamente totalitaria que se vio ayer en el «sarao» de la toma de posesión de la ministra de cultura. Está claro que el señor Zapatero sabe que no puede sacar a este país de un pozo negro que tanto ha contribuido él a abrirnos. Pero está también claro que su tropa se atrinchera para defenderse en un frente que cada día nos evocará más a un Verdún económico, político y desde luego social y cultural. Nuestro código social no conoce ya el pecado. Y ni la impericia ni la ineptitud son delitos. Pero quiero pensar que hay una sociedad española en la que rige aun una cierta percepción de la responsabilidad histórica. Y espero que no le pase inadvertida esta grotesca y peligrosa aventura del maridaje entre inanidad moral y arrogancia irresponsable.

SIN RESPETO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  08.04.09


«Con Pedro Solbes España ha vivido los momentos más brillantes de su economía». Con frases así quiere infundir confianza el Gran Timonel. Ésta es sólo una pequeña joya de la palabrería incontenible de nuestro presidente del Gobierno, en una especie de incontinencia verbal terrorífica y tan absolutamente fea por mentirosa que causa casi dolor físico.

No se trata ya del Gran Timonel tratando a los españoles como pequeños gilipollas cuando nos dice que él tenía marcado los tiempos de una crisis de Gobierno que le pilló literalmente en bragas al jefe. Sucede siempre que se impone la lógica de la selección negativa. Cuando un jefe se sabe un impostor mediocre y tiene que elegir gente peor en su entorno para no temer que alguien cuestione su posición y sabotee su impostura. Porque ha tenido gracia la ministra de defensa, doña Carmen, la señora de Barroso, el jefe de tantas cosas, desmintiendo al Pentágono y a la Casa Blanca, a la OTAN y a sus mandos, a todos los ministros de defensa supuestamente aliados y a los propios militares. Aquí uno aparece en el Congreso y puede contar cualquier milonga en abierta contradicción no ya con las manifestaciones de todos los demás implicados sino con la realidad flagrante y se va a casa andando, con una oficial del ejército llevándote el bolso y la gabardina. La ministra socialista, pacifista, feminista, nacionalista, catalanista y cacique, de las nuevas ricas que maltrata al servicio que no paga ella. Como decía su amigo Rubianes, con quien tanto se solidarizó, «que se metan su España por el culo». Cuando falta el respeto, todo es posible. Nos pueden contar cualquier cosa, cualquiera de ellos, sin rubor, mentiras grotescas, porque no hay respeto ninguno.

UNA CUMBRE SOBRE LAS NIÑAS

Por HERMANN TERTSCH
ABC  07.04.09


ME van a perdonar mi actitud de aguafiestas frente al desbordado entusiasmo que parece haber despertado, no sólo en la prensa adicta del Gobierno en este país, la gira supuestamente triunfal del presidente Barack Obama por Europa. Y que exprese la grima intelectual que me producen las edulcoradas interpretaciones que hace nuestro presidente Zapatero de unas intenciones de Obama que ni remotamente conoce. Y que revele mi repugnancia al baboseo del entusiasmo de todos los seguidores -interesados o no- de la nueva religión del voluntarismo total en las relaciones internacionales. Hay que congratularse, en efecto, de que la nueva administración norteamericana, deseosa de romper con el legado anterior, haya dejado de tratar a nuestros representantes legítimos como unos parias. Era deseable que Obama mostrara disposición a la normalidad y palabras amables sin compromiso. También con el presidente que gratuitamente insultó una vez y llamó varias veces a la deslealtad contra y nuestra común alianza, la última hace unas semanas.

Aplaudo las mil buenas intenciones del nuevo presidente norteamericano y su buena educación en este su primer viaje a Europa. Y que después de sus palabras de cortesía hacia España y Zapatero le dejara a éste farfullar dos frases y media sobre nuestra voluntad de paz y justicia -otra vez la Nada- antes de darle un cachete amable en el hombro que parecía responder a un miedo muy racional a que Zapatero se explayara. Estaría avisado. Al fin y al cabo el presidente de los Estados Unidos siempre anda mal de tiempo. Él no puede perder el tiempo con la alegría con la que lo hace el nuestro. Quizás quiera en algún momento, pero en todo caso no le dejan. Sugiere el gran columnista Santiago González que hablarían de sus niñas. Tienen dos cada uno. Es posible. Pero en la breve intimidad con la traductora. Por lo demás, como le comentaba Goethe a Eckermann en sus conversaciones, nada hay más ofensivo que hacer perder el tiempo y la paciencia al interlocutor y al público con obviedades grotescas como son las manifestaciones de la bondad propia. Los dos quieren a sus niñas y los dos quieren paz y justicia en el mundo. Nadie desea plagas y terremotos. Al menos no se espera una revelación contraria al respecto. Para mí Obama es aún una página en blanco que empezará a llenarse cuando tenga su primera crisis de voluntad y riesgo. Aún no la ha tenido. Guerrear en la crisis con dinero de los contribuyentes puede ser caro -incluso letal a largo plazo-, pero no es heroico. Reconozco también que sus bienaventuranzas sobre el mundo libre de armas nucleares dan cierto miedo. Su tendencia presbiteriana a no ver más que lo bueno en el enemigo, me recuerdan a otro presidente, Woodrow Wilson, que con su bondad ayudó mucho a hundir Europa en el caos, la miseria y el crimen. Respecto a Zapatero, tengo la convicción de que, después de la conversación sobre las niñas, Obama tiene ya un concepto más exacto sobre su capacidad y fiabilidad. Si no fuera así, pronto el mundo va a estar tan aviado como nosotros.

LÍDERES SENTIMENTALES

Por HERMANN TERTSCH
ABC  02.04.09


NO les revelo ningún secreto al confesar que me siento mucho más cómodo con políticos que han pasado por una guerra que con los que tuvieron la suerte de no sufrirla. La experiencia de la destrucción, la percepción de la fragilidad de nuestra suerte y la comprensión de la inmensa importancia que tiene el capricho en la vida hacen realmente sabios a quienes tienen mimbres para serlo. Es incuestionable que nuestro Gran Timonel jamás podría encaramarse a la suela de los zapatos de un Willy Brandt o un Helmut Schmidt, por citar sólo a dos grandes socialdemócratas que vivieron la guerra en directo y, por tanto, han sido inmunes a los sentimentalismos de las batallitas del abuelito que tanto han marcado para mal a Rodríguez Zapatero. Pero si hubiera vivido alguna tragedia real, continuada y masiva, de las que abrasan y devoran a las gentes, sin duda tendría una aproximación a la realidad al menos un poco más devota. Probablemente incluso él sería capaz de aproximarse a las grandes verdades y pequeñas realidades con más solemnidad, con menos desparpajo procaz.

El problema es que ya no tenemos ni un gobernante con experiencia directa de guerra en Occidente, en los países que debieran defender dentro y fuera de sus fronteras los principios del sistema que han heredado y los ha hecho libres y prósperos como ningún otro. Es en gran parte, me temo, el problema que vamos a tener con Barack Obama. Por supuesto que no tiene un pensamiento tan faldicorto y frívolo hasta la contumacia como nuestro presidente. Los filtros de la gran democracia norteamericana jamás lo habrían permitido. Pero las guerras lejanas y pequeñas, por muy implicado que uno esté en ellas, no pueden aportar a los gobernantes la experiencia que acumularon y asimilaron un Eisenhower, un Churchill, un Adenauer o un De Gaulle. Ellos eran muy conscientes de la línea directa, del foco brutal que conecta en los momentos extremos, entre el pavor y la pasión del individuo y las grandes decisiones del estadista. Aquí ahora, en Londres, tenemos hoy una cumbre del G-20 en el que están representados todos los grandes poderes que acumulan el 80 por ciento de la producción y renta mundial. Y los mensajes son todos tan alarmantes como livianos a un tiempo. Todos quieren consolar a la gente. Quizá sean los chinos, en su brutalidad palmaria, los únicos que transmiten a su población las realidades que ésta puede cotejar en su existencia inmediata. Los que mantienen, pese a toda su basura ideológica ya hueca, esa línea roja directa entre el drama individual y la acción de Gobierno. Los demás, todos los demás, venden frijoles. Y echan culpas y responsabilidades por la borda como si fueran ratas de las que poder limpiar el barco en zozobra. Cuando en realidad están alimentando un criadero de roedores en la sentina. Son líderes sentimentales. Siempre aptos para provocar las catástrofes que no han vivido.