ABC 04.03.09
«No siempre lo peor es
cierto» titula su nuevo libro Carmen Iglesias, la gran dama de la
historiografía española. En este largo compendio de estudios combate la idea
trágica de España. Asegura que su abrumadora presencia en el imaginario
colectivo español proviene ante todo de la literatura del noventaiochismo. El
libro tiene, además de información y sabiduría a espuertas, mucha actualidad.
De esa idea del fracaso español se ha nutrido siempre el nacionalismo
antiespañol, tan callado durante todo el franquismo y tan valiente
antifranquista -como tantos otros- después de que el general muriera en la
cama. Entonces volvió el odio a la identidad y el pasado común, ya en marcha la
transición y la reconciliación entre los españoles. Fue una las grandes gestas
políticas de los españoles. Su defecto capital fue precisamente no haber
previsto la profunda deslealtad que habría de llegar. Es poco discutible hoy
que los nacionalistas vieron casi desde un principio en la democracia española
su oportunidad de revancha y pillaje. Triste es también que se les uniera en la
pasada década una nueva generación de socialistas sectarios en comunión de
intereses. El daño hecho entre todos ellos es incalculable. Para nuestra
cohesión, para nuestra seguridad, para nuestra economía y para nuestras
libertades. Quien objetaba era tachado de fascista o franquista. Quizás estemos
en el punto de inflexión. En Galicia, el rechazo ha sido común a nacionalistas
y socialistas, ya indistinguibles. Se avecinan dramáticas realidades económicas
y sociales. Y unos miedos superan a otros. El miedo a hacer frente al chantaje
nacionalista parece quebrado. Veremos si los socialistas vascos se imponen a su
reciente pasado y al lloriqueo peneuvista. Sin miedo se pueden hacer grandes
cosas. Romper una inercia que se aceptaba con fatalismo. Demostrar que lo peor
no tiene por qué ser cierto.
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