ABC 24.12.08
CUENTA la Premio Nobel de Literatura Nadine Gordimer que es
una tragedia ver cómo los héroes del pasado se convierten en parásitos. Y
algunos de ellos en monstruos, como Jacob Zuma, el nuevo presidente del partido
al que pertenece la surafricana Gordimer, el célebre Congreso Nacional Africano
(ANC), en su día liderado por Nelson Mandela. Zuma, previsiblemente el próximo
presidente de Suráfrica, no sólo es un perfecto ladrón, sino también un
violador de menores, nos dice Gordimer. El hecho que escandaliza a la escritora
no es que un líder africano sea un ladrón. Hay demasiados casos. Tampoco que
sea un violador y maltratador de menores. Tenemos un presidente nicaragüense
que es eso y mucho más y nadie parece tener problemas al hacerse fotos con él.
Lo que indigna a Gordimer es que sean los héroes de antaño en la lucha contra
el apartheid los que se revelan como bellacos, sinvergüenzas y corruptos. Al
parecer, ella pensaba que todos iban a ser como Mandela. Pues no, la mayoría es
como Mugabe.
Podría
quizá consolar algo a la anciana escritora -que barrunta su decepción bajo un
busto de Balzac con música clásica y un whisky ante un periodista de la
Süddeutsche Zeitung- el saber que, en España, los trincones y endiosados dueños
del dinero de todos nunca fueron héroes de nada, ni tuvieron la mínima
intención de serlo. En su inmensa mayoría fueron los negros más serviciales y
obsequiosos en el club de campo segregado. Ya me entienden. Sus gestas
antifranquistas las urden anteayer, cuando les entregan su primer coche oficial
para el tuneado. ¡Ojalá tuviéramos nosotros a algún héroe de antaño que se
hubiera pervertido! Daría al menos un toque épico a este espectáculo zafio del
trinque del nuevorriquismo con dinero público que nos ofrecen a diario, en
feroz competencia, el llamado Gobierno de España y los cacicatos aliados.
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