lunes, 18 de agosto de 2014

LA JUERGA DE MARITERE

Por HERMANN TERTSCH
ABC 05.08.09


EN agosto toda España está en fiestas, aunque solo sea por cuestión de fechas y santuario. No hay otros motivos. De jovencitos, un grupo aguerrido de amigos comenzábamos en junio una particular e impía ruta -nada jacobea- en las fiestas de San Juan en Eibar. Concluíamos en San Antolín en Lequeitio en septiembre, todos hechos unos zorros. Pero el mes intenso del peregrinaje era agosto, en el que -noche y día- reíamos, bebíamos, cantábamos y nos creíamos indestructibles. Con dos horas de sueño nos recuperábamos del kalimotxo más terrorífico y del garrafón más tóxico. No les cuento esto con nostalgia. Huyo de las fiestas populares desde hace décadas. Pero he encontrado una juerga sustitutiva en agosto que no afecta a las transaminasas y se puede celebrar en una tumbona a la rica sombra. Es la inmersión total en la habitual juerga de agosto que se corre nuestra vicepresidenta por tierras lejanas. Lo leo todo al respecto. Lo que dice y lo que calla, lo que regaña y aplaude, las tontadas y las maldades, los vestidos que lleva desde aquí y los disfraces que se pone allí. Nuestra sorgina yeyé celebra su propia Fiesta de Maritere. Escribo desde cerca de Zugarramurdi. Influido por ello, creo que MTFV tiene poderes especiales, misteriosos. Fíjense, desde Brasil, tierra de santería, nos anunció que el fiscal anticorrupción recurriría la sentencia absolutoria del presidente Camps antes de que el fiscal lo dijera o incluso supiera. Da mucho consejo por allí y nos pone como ejemplo, otra maldad de la neocolonialista benévola. Y riñe a Lula. Éste se reiría mucho con ella. Lo dicho, una juerga de agosto.

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