ABC 08.12.07
MADRID.
Ha cambiado mucho aquel joven estudiante de Historia que era Hashim Thaci en
1989 cuando Slobodan Milósevic decidió vetar el acceso de los albaneses a la
universidad e imponer en Kosovo un régimen de «apartheid». Las medidas para
despojar a los albaneses de todos los derechos civiles supuso el primer gran
paso del caudillo nacionalcomunista serbio en su proyecto hegemónico serbio en
los Balcanes. Fue el detonante de la guerra que acabó con la existencia de
Yugoslavia. Hoy Thaci es el recién electo jefe de Gobierno de un Kosovo que si
hubiera acuerdo, podría proclamar su independencia en cualquier momento,
poniendo fin así al último capítulo que comenzó hace más de tres lustros con la
declaración de independencia de Eslovenia y Croacia el 25 de junio a 1991.
Nacido
en el valle del Drenica, de larga tradición guerrera, está convencido de que
cuando cumpla los cuarenta, el 26 de abril, el nuevo Estado de Kosovo habrá
sido reconocido por un sinfín de países, y desde luego por la Unión Europea y
Estados Unidos. Logra así un objetivo por el que luchó en movilizaciones
estudiantiles, en conspiraciones en Suiza y Albania y suministro de armas al
incipiente UCK que acabaría dirigiendo y en la guerra abierta como líder
guerrillero cuya fulgurante ascensión eclipsó a otros mucho más moderados en su
día. Su corrección política y opiniones razonables -según quienes le conocen
fruto de la maduración sincera de un hombre extremadamente inteligente- no
ocultan del todo el carácter implacable que le dio el nombre de guerra de
«Gjarpni» (la serpiente) y lo convirtió en terror de enemigos en guerra y
rivales.
-El
lunes se agota el plazo de 120 días que les pidió la comunidad internacional
para que intentaran encontrar un acuerdo de urgencia entre Belgrado y Prístina.
Ha sido imposible. ¿Ahora qué?
-El día
10 concluye el plazo. La troika presenta su informe a las Naciones Unidas y
después, dado que no es previsible que se retire la oposición de Belgrado y
Rusia al Plan Ahtisaari, nosotros en su día proclamaremos nuestra
independencia. Pero esto se hará en estrecha coordinación con Bruselas,
Washington y otros. Nadie espere de nosotros sorpresas unilaterales. Hemos
esperado mucho y hemos cumplido todos nuestros compromisos. No puede haber ya
ni intentos de pasos atrás ni retrasos.
-Dice
el presidente Fatmir Sejdiu que no se contempla hacerlo antes de fin de año.
¿Hablamos entonces de enero?
-No
tenemos fechas aún. Ha de reunirse el Consejo de Seguridad, pero de hecho
estamos preparados y con plena capacidad para hacerlo en cualquier momento. El
momento ideal será cuando tengamos la plena armonización y coordinación
internacional. Lo importante ahora no es la fecha sino hacerlo con las
condiciones que sean mejores para que todo se haga con éxito.
-Saben
que cuentan con la oposición, aparte por supuesto de Belgrado, de una Rusia que
ha endurecido mucho los términos de la misma.
-Estoy
seguro de que en un futuro Rusia va a entender que este paso es inevitable y se
adecuará a la nueva situación porque también está interesada en unas relaciones
internacionales en las que Kosovo sea un elemento de estabilidad y no lo
contrario. Y por parte de Belgrado sabemos que pronto, ante las nuevas
realidades, el bloque democrático en Serbia también comprobará que es ésta la
solución que mejorará decisivamente la situación en la región. Todos
necesitamos una normalización. Pero ni Kosovo puede ser rehén de Belgrado o
Rusia ni Europa puede permitir que Rusia tenga un veto sobre su política
europea. Y somos necesarios para la estabilidad de la política europea y para
el desarrollo de los Balcanes. En todo caso Rusia no es hoy un problema
kosovar, sino un problema europeo.
-Algunos
no parecen quererla. Muchos hablan con temor del peligro de desestabilización
del Kosovo, especialmente del norte, por parte de las fuerzas
ultranacionalistas serbias, los servicios secretos y la propia Rusia.
-Es
posible que se produzcan intentos en este sentido, pero ya le digo que están
condenados al fracaso. Estos intentos de sembrar violencia y desestabilización
serán neutralizados por la OTAN -que ya ha anunciado que permanecerá en Kosovo
más allá de la proclamación de independencia-, serán neutralizados por la
comunidad internacional y también por las reacciones positivas que nosotros
desde el Gobierno de Kosovo lancemos. Porque estamos decididos a lanzar firmes
mensajes a la minoría serbia y a otras que serán respetadas y que han de tener
confianza en el nuevo Estado que está decidido a defender su seguridad y su
propiedad. Queremos que llegue el momento en el que todos los ciudadanos de
Kosovo estén orgullosos de serlo, independientemente de su origen. Tengo buenos
contactos con líderes serbios de Kosovo y tendré ministros serbios en mi nuevo
gobierno. Esto me ayudará a profundizar la colaboración con la comunidad serbia
pero también en un futuro con Serbia. Tenemos unas magníficas relaciones con
Macedonia (que cuenta con una gran minoría albanesa), con Albania y Montenegro.
Las queremos con Serbia. Y así seremos un factor de estabilidad en los Balcanes
y Europa.
-La
posición española estaba plagada de reticencias.
-Pienso
que España está plenamente alineada con la posición general europea.
-La
OTAN acaba de anunciar que seguirán en Kosovo con o sin independencia. ¿Cuánto
tiempo cree tendrán necesidad de las tropas?
-Para
mí la presencia de la OTAN en Kosovo no tiene que tener límite alguno. Somos
parte de una zona común de seguridad y queremos ser miembro.
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