ABC 28.10.09
Nuestra vicepresidenta Mari
Tere no quiere hablar hoy en el parlamento sobre faisanes. El PP, esa especie
de patio de Monipodio o mero carajal, que incumple todos los deberes que una
oposición debe hacer para fiscalizar los abusos del poder, había tenido una
buena idea. Una. Y era que el Gobierno nos explicara por qué está tan tranquilo
con la certeza de que mandos policiales, en activo, han sido colaboradores de
ETA. No parece una tontería. La policía que nos tiene que proteger frente al
terrorismo tiene hoy en sus filas a individuos que, se supone que por orden
superior, ayudaron a unos asesinos a evitar su detención. Que fueran detenidos
más tarde los etarras no rebaja la gravedad, ni el peligro que supone tamaña
villanía para todos. Si hay policías que por orden de sus superiores ayudan a
los terroristas puede que haya policías que actúen por orden superior como si
fueran terroristas. Por motivos políticos que son los que se presuponen a los
policías chivatos del Bar Faisán. Esto ya suena un poco argentino. Muchos
estamos convencidos de que este Gobierno nos lleva al corralito bonaerense.
Pero quizá los paralelismos con los regímenes más siniestros vayan más allá del
empobrecimiento impuesto por la soberbia, la ignorancia y la ideología
pedestre. Pues dice la vicepresidenta, que no ha dejado de hablar de terrorismo
y de paz, que ella no es competente y que el señor Fouché Rubalcaba ni está ni
se le espera. Espero que esa inmensidad de policías honrados de este país, que
se juegan la vida por nosotros, sepan lo que les están haciendo. Porque a mí,
lo confieso, esto comienza a darme algo de miedo.
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