ABC 08.04.10
EL de ayer fue un día muy especial para los españoles. Al
mediodía se enterraba en la cripta de la iglesia de la Concepción de la calle
de Goya en Madrid, en presencia del Rey Juan Carlos I, a un auténtico Grande de
España, Guillermo Luca de Tena. Y muy cerca de allí, atravesando la plaza de
Colón, se daba a conocer que está a punto de concluir una de las anomalías más
grotescas del panorama político y jurídico en España. Una situación intolerable
que clama al cielo y que sólo pueden defender los que desde el sectarismo
quieren hacer de la democracia española una pantomima. Y enterrar
definitivamente el espíritu de reconciliación y voluntad de concordia de la
transición. Es decir, la secta que asaltó y secuestró al Partido Socialista
hace más de siete años con su caudillo de la revancha que es el presidente de
menos de la mitad de españoles y de todos aquellos que no se consideran
españoles. Y que ha gobernado durante seis años sistemáticamente en contra de
la mitad de los españoles a los que considera enemigos a ser castigados. Hoy,
cuando quedan cuatro supervivientes de la Guerra Civil que quiere ganar ahora.
Y utilizando con todos los medios a su alcance, prensa comprada y vendida,
televisiones dependientes y radios sufragadas, además de algunos notorios asesinos
que, después de mandar abrir fosas comunes en Paracuellos, hoy nos quieren dar
clases de democracia desde periódicos serviles al Gobierno. Lacayos de Stalin
al servicio del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que, desde luego que
yo sepa, no ha hecho ningún gesto nunca para distanciarse de semejantes
criminales ni de sus fechorías que sus ideólogos elevan a la llamada «lucha
antifascista».
La gran noticia es que el juez Baltasar Garzón se va a
sentar en el banquillo de los acusados por lo peor que puede hacer un juez, que
es la prevaricación. De momento sólo por un caso de los tres que tiene
pendientes. No es poco. Pero esperamos que sea más. Muchos decimos que ya era
hora. Que la inseguridad jurídica que provoca este juez dedicado a sus aventuras
ventajistas políticas es insoportable en un Estado de Derecho. Y consideramos
que la decisión del juez Varela reconforta a quienes creemos en un estado no
ideologizado y respetuoso con sus propias leyes. En cuanto que acaba con la
impunidad de un juez que, para su mayor gloria propia, se ha buscado sus
conveniencias personales en un abuso constante de su posición en la Audiencia
Nacional. Como siempre. Hay Grandes españoles como el ayer enterrado, Luca de
Tena, y españoles mezquinos que buscan en estrategias populistas o apaños con
el poder, sus propios intereses, sus réditos y su gloria mediopensionista. Y
que no dudan en generar sentimientos de odio y revancha cuando ven
oportunidades de medrar personalmente.
Parece que este miércoles, al menos a un desafuero
esperpéntico se le ha puesto coto. El juez Garzón dejará de tener derecho y
poder para decidir sobre nuestra libertad, nuestra hacienda y nuestras vidas.
Acaba así una inmensa anomalía que empezó con el baile de este juez entre
política y judicatura y sus presumibles chantajes a diversos poderes. Quizás
ahora se abra el melón del escándalo Faisán, que ha tenido enterrado en su
despacho este juez y que, según todos los indicios, implica al Gobierno
socialista y a la cúpula de la policía política que mantiene, en una
colaboración directa con la banda terrorista ETA. Que al juez le conviniera
tener este gravísimo delito en reserva como carta en la manga es muy posible.
Como en su día tuvo los crímenes del GAL, que salieron sólo por su fracaso en
sus ambiciones en el asalto a la política. En este país donde las cifras, los
datos y los hechos nos alarman día a día, donde el pesimismo atenaza las
voluntades, hoy podemos dar al menos esta buena noticia. Es más que probable
que los españoles nunca más estemos expuestos al capricho y las ambiciones de
un juez que es un peligro público. Y así es posible que los españoles sepamos
de muchas cuestiones que nos interesan y el Gobierno nos oculta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario