lunes, 2 de marzo de 2015

MUCHOS JEFES Y MALENTENDIDOS

Por HERMANN TERTSCH
  ABC  31.07.08


El Departamento del Interior del Gobierno Vasco alertó ayer a la Ertzaintza en una circular urgente del «riesgo de un gran atentado de forma inminente» por parte de la banda terrorista ETA. Según indica, más de veinte acciones terroristas sin aclarar y el reciente atentado de Orio demuestran que parte de la estructura de «liberados» y de colaboradores legales de la banda ha podido quedar intacta. No ganamos para sustos. Resulta que la Policía española ha detenido al máximo dirigente de ETA y a toda la cúpula al menos media docena de veces desde que el Gobierno de Rodríguez Zapatero se dio por enterado de que la tregua, el alto el fuego indefinido, las negociaciones y el compadreo habían acabado. Con la caída del comando Vizcaya y su cabecilla Arkoitz Goikoetxea, por supuesto máximo líder operativo de la banda, había sido detenido «no sabemos si el único comando existente de ETA pero sin duda el más activo, operativo y buscado», en palabras del ministro Rubalcaba.
Días después se volvió a detener a dos «máximos dirigentes» en Francia, entre ellos, vaya por Dios, al «jefe del aparato militar», el muy desagradable Asier Eceiza, alias evidente «el Gordo». Y un par de días después, ETA vuela las casetas de obras de unas constructoras en Orio y estalla en Torremolinos una bomba pequeñita, por cierto, la única que consigue desde hace tiempo interrumpir la programación de los canales televisivos de noticias de la CNN y la BBC. Poco después un chatarrero encuentra cerca de la ciudad andaluza un paquete con explosivos y una pistola Smith and Wesson igual que la incautada días antes a Goicoetxea en la calle de Iturribide. Ambas armas proceden de aquel alijo de cerca de 350 pistolas que desaparecieron de un arsenal en Francia y de cuyo robo Zapatero y Rubalcaba no creían en su día capaz a ETA. Hablo de aquella época en la que los zulos no eran sino amagos, las cartas de extorsión las escribían poco menos que los enemigos del proceso de paz y no precisamente en ETA y De Juana estaba, como hoy, con un pie en la calle. Parece que fue ayer. Aunque muchos no quieran acordarse.
Hay que subrayar que todos nos alegramos mucho de los éxitos de las policías española y francesa. No vayan a surgir de nuevo esas voces tan cercanas a Ferraz que han llegado a acusar hasta a las víctimas del terrorismo de alegrarse de las actividades de ETA por ganas de fastidiar y llevar la contraria al Gobierno. Dicho esto y expresamente encantados de que tantos máximos líderes de una sola organización hayan sido detenidos en tan poco tiempo, habrá de permitirnos el ministro don Alfredo que nos preocupe a algunos un triunfalismo que parece diseñado para hacernos olvidar otras realidades además de ésta. Nos irrita que De Juana Chaos vaya a consumar su triunfo y humillación de las víctimas el sábado próximo. Pero nos preocupa mucho que doña Inocencia (sic) Galparsoro, alcaldesa de ANV de Mondragón por la gracia de la negociación y del Gobierno de España, recibiera ayer un cálido homenaje en su pueblo que fue todo un homenaje a esa ETA tan descabezada que va, tontiloca ella, dejándose las pistolas por esquinas diversas de la geografía española. El Gobierno vasco piensa que todavía quedan varios «máximos jefes del aparato militar» sueltos por ahí. Y los que están en la cárcel parecen recobrar ánimos. Así se ha visto esta semana en la «pecera» de la Audiencia Nacional. ¿Será por eso de los malentendidos a los que es tan aficionado el presidente del Gobierno? Si hacen pensar a un José Erkoreka del PNV que Zapatero aún cree en un fin dialogado de ETA. ¿Por qué no van a creerlo los etarras dentro y fuera?

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