lunes, 2 de marzo de 2015

NUESTROS ÉXITOS INTERNACIONALES

Por HERMANN TERTSCH
  ABC  22.05.08


RESULTA encomiable el esfuerzo sin precedentes que la televisión pública española, RTVE, está realizando para encumbrar a la gloria al candidato nacional -perdón, estatal-, al premio internacional de Eurovisión. Chiquilicuatre es, si quizás no el más digno, desde luego el más idóneo representante de nuestra nueva España y merece todo la presencia en pantalla y el dispendio que le dedica el ente público. En estos días previos al gran reto que para el prestigio internacional de España supone el concurso interestelar de Belgrado, gracias a la televisión de todos podemos seguir a nuestro simpático embajador por todos los rincones de la capital serbia, navegar con él por el Sava y el Danubio y conocer sus íntimas reflexiones.
Si nuestro graciosísimo símbolo nacional (glup, estatal) del desenfado triunfa, Zapatero confirmará que también fuera de nuestras fronteras se comienza a comprender la profundidad de los cambios éticos y estéticos de la revolución que lidera para el bien de todos nosotros y en memoria de su abuelo. Porque ya está claro que quienes en los últimos cuatro años han acusado a Zapatero de incompetencia, ignorancia e indolencia en la defensa de los intereses de España en el exterior habrán de rectificar muy pronto. Habrán de tragarse sus palabras quienes le hacen responsable de la irrelevancia de España en los foros internacionales y la falta de respeto hacia su Gobierno consensuada al parecer por George Bush, los piratas somalíes, la delincuencia internacional y los líderes de todos los grandes países de la UE y no sólo del malévolo «fascista» de Silvio Berlusconi.
Además del muy probable triunfo de nuestra propuesta estética y musical de Chikilicuatre, estamos a punto de alcanzar un éxito moral sin precedentes con nuestra efectiva defensa de los intereses de la dictadura cubana. En junio, la incansable brega de nuestro Gobierno acabará definitivamente con las restricciones que en su día impuso la UE al régimen de La Habana por su sistemático desprecio de los derechos humanos y en particular por la brutal ola represiva de 2003 que llevó a cientos de cubanos a unas cárceles en las que sufren en condiciones inhumanas. Zapatero y su «lobby castrista» en Europa lograron hace dos años la suspensión temporal de estas medidas que no son sino un mero recordatorio al régimen cubano de que las democracias europeas no consideran un estado «normal» a la dictadura. Ahora, alegando son inefectivas, España está a punto de lograr la gesta de que la UE premie al régimen castrista por sus ridículas medidas cosméticas de liberalización, parejas a una represión constante cuando no creciente. El día 26 de mayo, bajo la dirección del máximo abogado de la dictadura régimen en Europa, el vicepresidente del Parlamento Europeo y socialista español, Miguel Ángel Martínez, se celebra una Conferencia para «la normalización de las relaciones UE- Cuba». En fin, la dictadura castrista caerá tarde o temprano por mucho que la protejan algunos. Cuando suceda, sería mejor para los intereses españoles en la isla que los cubanos olvidaran los éxitos de Zapatero.

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