miércoles, 24 de septiembre de 2014

BAD GODESBERG

Por HERMANN TERTSCH
ABC  30.09.09


Podría interpretarse como una broma macabra de la historia. Una larga y fructífera aventura política que inauguraron Willy Brandt, Herbert Wehner y Helmut Schmidt en Bad Godesberg parece concluir con la caída de la socialdemocracia en Europa y el resurgir de grupos izquierdistas antisistema. El próximo día 15 de noviembre se cumple el medio siglo del célebre Congreso extraordinario del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) celebrado en esa bella localidad ribereña del Rin, cerca de Bonn. Los socialistas alemanes se veían ante ciertos hechos consumados. Alemania había quedado dividida en dos estados. La República federal -fundada en los territorios ocupados por EEUU, el Reino Unido y Francia- era una república libre y democrática de corte occidental. La llamada República Democrática (RDA) era lo contrario a lo que indicaba su nombre: una dictadura soviética dependiente de Moscú. Por orden del Kremlin, el SPD se unificó allí con el Partido Comunista (KPD) para formar el Partido Socialista Unificado (SED) que gobernó hasta la caída del muro. Los socialdemócratas que vivían en libertad en Occidente dieron su respuesta el SPD en Bad Godesberg. Allí, su brillante liderazgo escenificó la ruptura con el marxismo, su condena al comunismo y la superación del concepto de lucha de clases para formar una opción de izquierdas interclasista que rechazaba el frentepopulismo para cambiar el sistema. Hoy estamos en plena regresión. Si en unos países surgen partidos izquierdistas que disputan el voto a la socialdemocracia y la legitimidad al Estado de Derecho. Aquí esas fuerzas antisistema parecen haber secuestrado al PSOE desde dentro. Gobierna el partido. La socialdemocracia agoniza. Triste que lo construido por gentes como Brandt, Schmidt o Wehner acabe en manos de Zapateros, Aidos y Pajines.

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