martes, 16 de septiembre de 2014

COMENSALES

Por HERMANN TERTSCH
ABC  26.08.09


EN la juventud se arreglaba con una sobremesa eterna, unas inmensas copas de balón llenas de Escocia, mil maldades y muchas risas. Pero con los años, cada vez se agradece más no tener que comer fuera de casa. Por no hablar de las cenas sin hora de salida donde el más pesado busca aliados para prolongar velada. Peor aun son las cenas en las que los pelmazos son los propios anfitriones. «People who can kill You with their kindness» (gentes de amabilidad letal), solía decir un viejo amigo y colega, corresponsal británico con el que viajé mucho en los años ochenta por Europa Oriental. Aunque trabajaba fundamentalmente para el MI6 (los servicios de información exteriores británicos), el periódico que le daba cobertura lo tuvo que echar por su incorregible hábito de hacer coincidir sus placenteras comidas regadas con champán en grandes restaurantes con los acontecimientos que supuestamente debía cubrir y que le eran perfectamente indiferentes. Recuerdo el día en que cenábamos solos en el Athenea Palas de Bucarest y con magnífico criterio nos negamos a compartir mesa con unos colegas españoles acompañados por un grupo entre los que -lo supimos por las fotografías hechas aquella noche- estaba el agente Perote y sus colegas. Prolongaron ellos tanto su sobremesa que perdieron su cargo. Ayer encontré en la prensa personajes que, pensé, como comensales han de ser también letales. En una aparecían Hugo Chávez y Noam Chomski. Imagínense que les toca en la mesa entre esos dos. En otras aparecían los líderes de la Generalidad de Cataluña, insumisos a la Constitución por obra y gracia del Gran Timonel. Enemigos entre sí pero todos de acuerdo hasta en convertir la «camisa nera» del fascio en el disfraz para los aquelarres antiespañoles. Menuda comidita. Prost Mahlzeit.

No hay comentarios:

Publicar un comentario