domingo, 12 de enero de 2014

CATENARIAS Y CATADURAS

Por HERMANN TERTSCH
ABC 11.05.07

Comenzó hace sólo unas horas la campaña electoral y parece imponerse ya el augurio -bastante previsible por cierto- de que no va a llenarnos de orgullo a los españoles lo que debiera ser un concurso de ideas sobre el aumento de la calidad de vida, incluida la libertad, en ayuntamientos y comunidades autónomas y ya se anuncia por parte de algunos como el sacrificio extremo por mostrar lo peor de sí mismos. Y una auténtica catástrofe para la democracia en el País Vasco y Navarra. Y para la dignidad del Estado de Derecho. Y para la ciudadanía española en general. Los daños son inmensos y extensos. En su inmensa mayoría obra y gracia del Gobierno del Reino de España. Jamás los peores instintos nacionalistas periféricos habrían podido hacer tanto daño sin tan profunda complicidad en la metrópoli.

Los tres años de legislatura habida bajo esta nueva generación socialista de adoradores del pensamiento mágico que todo lo cura para los propios y a los demás condena, sugieren que las miserias y los alardes de la peor catadura pueden alcanzar cotas aún hoy insospechadas como las hoy asumidas eran inimaginables para la decencia constitucional.

A la espera de saber si la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, prefiere inaugurar las estaciones que construye en actitud de postración sobre una vía o directamente colgada en una catenaria, nadie dude de que estamos a punto de conquistar nuevas cumbres en lo que el siglo XVIII llamó el inmenso beneficio de ser gobernados por los mejores.


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