ABC 17.07.08
HAY noticias que pueden gustar más, menos o nada, pero que
tienen explicación. Resulta perfectamente explicable por ejemplo que esté hoy
enfadado el asesino en serie De Juana Chaos. Hace poco más de un año era el ser
más mimado por su novia, médicos y el Gobierno de España. Era objeto de todas
las preocupaciones humanitarias del ministro del Interior y símbolo de los
esfuerzos de conciliación de los partidarios de la paz. Con la libertad y los
honores de los suyos al alcance de la mano, era un mal menor el ser víctima del
acoso de las rencorosas asociaciones de víctimas del terrorismo y de la
oposición crispadora, obsesionada por dinamitar el proceso de paz. Ahora, sin
que él haya cambiado en nada desde entonces su actitud ni conducta y después de
cumplir un restito de pena de prisión de forma, al parecer, muy civilizada en
la cárcel de Aranjuez, resulta que toda España se ensaña con él. ¿Qué otra cosa
va a pensar el pobre hombre? Ya no son enemigos de la paz los asqueados por el
hecho de que a este hombre cada asesinato le haya costado algo menos que un
curso escolar. El propio Fiscal General se ha limpiado la toga e insta al
embargo de la casa propiedad hoy de su mujer. De mimado y protegido lo quieren
convertir ahora en el primer etarra al que se le expropia para compensar
económicamente a sus víctimas. De Juana considera sin duda que perder un piso
por matar a 25 personas es hacer el primo. De ahí que, con la ayuda de su novia
mimosa y la no menos cariñosa Caja Laboral, hiciera la operación del cambio de titularidad
que ahora le quieren reventar incluso quienes hace poco parecían dispuestos a
regalarle uno mayor, en Amara o hasta en Miraconcha. Noticia ésta comprensible
toda ella. De Juana Chaos está enfadado. Nos alegramos todos aquellos que
estábamos enfadados cuando él se sentía tan feliz. También nos alegramos de que
ahora ayuden a que esté enfadado aquellos tan celosos en su día de colmarle de
felicidad.
Otros
hechos carpetovetónicos son menos explicables. ¿Alguien sabe a santo de qué se
concede apoyo oficial y máximo patronazgo a una conferencia organizada por la
teocracia de Arabia Saudí en España cuya única pretensión es equiparar el islam
más radical al resto de las religiones? Algún malpensado sugerirá sin duda de
que al Gobierno español en su fobia a la Iglesia Católica le viene bien esta
equiparación entre el cristianismo y un islam versión saudí que esclaviza a las
mujeres y a los infieles, decapita, lapida y mutila a delincuentes,
discrepantes y homosexuales. Si la fantasmal Alianza de las Civilizaciones no
es sino una boutade del Líder Mundial de la Bondad, esta conferencia es un
disparate. Cuando entre sus objetivos se señala la «coordinación de posturas
para contrarrestar comportamientos contrarios a la naturaleza» o la
consolidación de «prácticas sociales contra el libertinaje» a más de uno se nos
hiela la sangre. El Rey Saudí tiene formas más sencillas y baratas de promover
el diálogo entre las iglesias y es la de tolerar la práctica del cristianismo
en su país y permitir la construcción de una iglesia en su territorio. No somos
tan osados como para pedir plena reciprocidad. No hace falta que sean tantas
como mezquitas financia su reino en nuestro país. Basta con una. Mientras, por
favor, no nos tomen el pelo.
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