ABC 04.10.08
El Ministerio de Justicia ha impuesto una sanción de dos
años de suspensión de empleo y sueldo a Juana Gálvez, la secretaria del Juzgado
de Sevilla del que es titular Rafael Tirado, por su actuación en un caso
relacionado con el presunto autor de la muerte de la niña Mari Luz Cortés.
Según el Ministerio, la sanción a Gálvez se debe a una falta grave de
negligencia y retraso injustificado en el cumplimiento de sus funciones, que
desembocó en un «cúmulo de omisiones» que llevó a no ejecutar la sentencia que
condenaba por abusos a su hija a Santiago del Valle, luego detenido por la
muerte de la niña.
Voy a
intentar encontrar unas palabras pero les aseguro que no es fácil describir y
calificar el escándalo mismo de esta obscena decisión del Ministerio del inefable
Bermejo. Ni la indignación que produce y debiera generar en todo bien nacido.
Está claro que en este Gobierno es casi imposible encontrar a alguien con la
honestidad intelectual necesaria para asumir una responsabilidad. La ética de
la responsabilidad ya no existe en la era Zapatero. La supuesta bondad de las
intenciones es la patente de corso para todas las barbaridades, tropelías y
dejaciones del poder. Y las culpas de la interminable concatenación de errores,
falsedades, dejaciones e incompetencias del Ejecutivo son siempre atribuidas al
indefenso o adversario. No sé quién es ni cómo trabaja Juana Gálvez. Ni sé como
trabaja el juez Tirado sancionado por sus colegas por el mismo caso con una
multa testimonial de 1.500 euros. Lo que sí sé es que ella es aun menos
culpable que él de la miseria de nuestra justicia. Y que arrebatarle empleo y
sueldo durante dos años para dar la falsa impresión de vigilancia y rigor en el
aparato judicial es simplemente una vileza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario