martes, 1 de julio de 2014

MALENTENDIDOS EN OXFORD

Por HERMANN TERTSCH
ABC  20.09.08


Nuestra ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia es probablemente el miembro del gabinete de Rodríguez Zapatero más imaginable como ministro en un Gobierno europeo serio. Aparte por supuesto de nuestro incombustible Alfredo Pérez Rubalcaba, porque todo presidente de Gobierno se ve tarde o temprano tentado a recurrir a un Fouché más o menos virtuoso en el enredo, ministro con cartera propia o ajena. De todas sus declaraciones se deduce que Garmendia cree en la virtud de la excelencia y el rigor en la formación del capital humano que necesita una sociedad moderna para no acabar en el lumpenproletariat del globo globalizado. Confía en que una nueva Ley de la Ciencia cree las sinergias entre la universidad y la industria tecnológica, imprescindibles para la transmisión rápida y efectiva entre la investigación, el conocimiento y su aplicación.

La ministra es optimista. Como pesimista cultural yo ya tengo razones para el abatimiento. Y no en la universidad española, perdida en el fondo del ranking internacional. En Oxford, parte de los estudiantes se licencian sin saber nada de lo que les enseña. No por una ley socialista que quiera convertirlos a todos en Bibiana Aído. Por el muy capitalista afán de recaudar. Como los ricos británicos ya no cunden, Oxford está a la caza de niños ricos por el mundo. Por eso prestan más atención a la generosidad de los padres en la matriculación que a los conocimientos de inglés de los hijos. Los estudiantes entienden la mitad de la mitad. Igual que los alumnos de Joseba Arregui en sus clases de filosofía en vascuence. Sin los conocimientos necesarios de la lengua salen sin conocimiento alguno en la materia. Cualquier día montan un estropicio. Al menos podrán valorar los daños en inglés chapucero. Imagínense las sinergias de nuestros físicos nucleares educados en el odio a la lengua común. Hay malentendidos letales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario