domingo, 22 de febrero de 2015

ANGUSTIAS DE TIRANOS

Por HERMANN TERTSCH
  ABC  10.11.12


Pekin celebre su sacra ceremonia laica del Congreso del Partido Comunista con toda la solemnidad de siempre. Pero con la clara percepción de que ni el partido se siente seguro ni sabe cómo recuperar las certezas, más allá de su política de vigilancia y represión y su retórica clásica. Las contradicciones siempre han sido lacerantes, desde que se lanzó con tanto éxito con Deng Xiao Ping la idea de «un país, dos sistemas». Pero según pasan los años, las dificultades para ignorarla aumentan. Y las llamadas a la pureza ideológica y a la firmeza leninista son cada vez menos convincentes. Ante las crecientes desigualdades, la clase media emergente en las ciudades y un campo insatisfecho. Que la corrupción es generalizada lo saben muy bien todos los chinos que conviven con ella. Pero todos saben también dónde esta corrupción es máxima. El partido comunista pide responsabilidad y honradez a los súbditos. Pero, como todos los comunistas desde Lenin han podido comprobar, sin libertad no hay responsabilidad que valga. Y viceversa. No se puede exigir probidad cuando es sabido que la falta de control es lo que la impide. Los grandes jefes comunistas se reúnen cada diez años para cambiar de superjefe, que será secretario general primero y después presidente. Hu Jintao se despide de la jefatura del partido advirtiendo que la corrupción puede poner en peligro al partido y al Estado. Y advierte que China jamás adoptará un régimen pluralista y democrático. Así las cosas el nuevo jefe Xi Jing Ping ha sido designado para dar el siguiente paso en la cuadratura del círculo, aumentar «la democracia popular», sin que el partido único pierda el control absoluto. Cuando los materiales dan evidentes señales de agotamiento. Y los cauces para canalizar los descontentos no funcionan. Tienen razones los tiranos para sentir angustia..

No hay comentarios:

Publicar un comentario