ABC 09.03.13
Nadie piense que ese pobre campeón desasistido que es
Navarro es el más confundido. Representa a la media mediocre
JESÚS Eguiguren es el presidente del Partido Socialista de
Euskadi (PSE-PSOE). El partido que preside es parte integrante del Partido
Socialista Obrero Español. Esto último lo adelanto por si alguien quiere
hablarnos de sintonías entre unos socialistas y otros en partidos autónomos,
como intentan cuando quieren justificar que Pere Navarro en Cataluña no tenga
la más mínima noción de lo que es la soberanía nacional y la defensa de la
Constitución, de las leyes y el Estado de Derecho. Nadie piense que ese pobre
campeón desasistido que es Navarro es el más confundido. Representa a la media
mediocre. No así Eguiguren, que siempre ha sido un adelantado de su partido, un
hombre para misiones oscuras y arriesgadas, agente especial para lo sucio. Su
aire locoide y su trastornada comunicación lo convierten en sujeto idóneo para
explorar campos y materiales. Para probar reacciones y poder ser siempre
desactivado o presentado como francotirador o despistado con la sempiterna
frase de «Son cosas de Txusito». Ahora Eguiguren ha acudido a dar una
entrevista en la televisión vasca (ETB), que ya vuelve a por sus fueros míticos
y nos da la previsión del tiempo exclusiva de los sacros territorios de Euskal
Herria. Lo poco que había querido y podido racionalizar el Gobierno de Patxi
López vuelve a las categorías mágicas y tribales. En parte porque la miserable
labor de desmantelamiento constitucional en el País Vasco, que comenzó
precisamente Eguiguren con Zapatero, hace tiempo que adquirió dinámica propia.
El socialista Eguiguren vuelve a la actualidad y de nuevo
con encargo. Como cuando comenzó las negociaciones con su amigo etarra Josu
Ternera durante el Gobierno de Aznar. Mientras Zapatero, ofrecía un Pacto
antiterrorista al Gobierno de España, Eguiguren negociaba con su conocimiento
la colaboración de los socialistas con la banda terrorista. Que tan lejos nos
habría de llevar. Hasta convertir gran parte de las instituciones del País
Vasco en terminales de la organización terrorista. Ahora Eguiguren vuelve a
marcar rumbo. Rompe definitivamente con España al exigir una «unificación» del
fantasmagórico Zazpiak bat (siete en uno) de las tres provincias vascas en
España y Francia más Navarra. Deja claro Eguiguren que la vocación de los
socialistas vascos debe volcarse hacia un pacto nacional-socialista con las
fuerzas abertzales. Este dirigente del PSOE comparte ya todos los
objetivos estratégicos e ideológicos de ETA y sus organizaciones políticas.
El PSOE ha rentabilizado mucho a Eguiguren. Especialmente
Zapatero en toda su larga aventura de la infamia. Por eso se ignoró siempre a
quienes consideraban a Eguiguren insostenible como presidente por su condena
por malos tratos a su mujer. Ahora es otra cosa. Eguiguren es el traidor de
manual. A la Constitución, a la nación, al Estado de derecho, la libertad y su
partido. Su permanencia en el PSOE es el síntoma más claro de la descomposición
del socialismo español.
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