ABC 05.04.13
SE anuncia una gravísima desgracia para muchos, para
muchísimos miles de ricos de este mundo. Han saltado por los aires los códigos
secretos de decenas de miles de cuentas en paraísos fiscales. El día de ayer,
el 4 de abril del 2013 será, dicen ya algunos sin dudarlo, la fecha del final
del secreto bancario en todo el mundo. Ya no vale Suiza ni Liechtenstein, ni
las islas Cook ni Caiman, ni el más remoto espolón de las antípodas que uno
haya creído encontrar para evitar que las autoridades fiscales de su gobierno
pongan las sucias manos en el sucio dinero propio. Hay material para todos y
todos los Gobiernos del mundo se aprestan a hacerse con los datos. Algunos de
ellos sin duda para intentar ocultar a sus súbditos la cantidad de miembros de
sus clases dirigentes que aparecen en las fichas. Será un inmenso drama, ya
está irremisiblemente en marcha, que demostrará una vez más que los millonarios
y poderosos también sufren y lloran. El mero anuncio de este desastre para los
millonarios, sean evasores o no, puso en marcha ayer una inmensa maquinaria de
distribución de alborozo y satisfacción por todo el mundo. Ya sea por sano amor
a la justicia, por satisfacción ciudadana y contribuyente o por resentimiento y
envidia vengada Centenares de millones de mortales más o menos pobres van a
tener unas jornadas de estupendo consuelo en las que casi olvidarán sus cuitas.
Con avidez buscarán nombres conocidos en las listas de los políticos,
empresarios, científicos, artistas y demás que se llevaron el dinero de sus
respectivas patrias o nunca lo enviaron a las mismas, por miedo a un fisco
voraz o al poco respeto a la propiedad de sus compatriotas y gobernantes. En
días pasados habían surgido nombres, por goteo, aquí Tita Cervera, allí un
político de Azerbaian, por allá un dueño de medios muy moralistas. Ahora se
sabe que estamos ante la mayor revelación de la historia de cuentas opacas y
secretas en paraísos fiscales. Nadie sabe si todos los datos son exactos porque
son millones y por supuesto se mezclan dineros legales con ilegales, declarados
con los que no lo están. Pero eso da igual en esta orgía de satisfacción
justiciera de los sufridos contribuyentes y el entusiasmo recaudatorio que
domina en estos momento a las autoridades fiscales de todo el mundo. Ha sido el
ICIJ, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación con sede en
Washington y presente en 60 países el que ha logrado este scoop que tan
carísimo saldrá a tantísimos protagonistas del mismo. Estos han recibido más de
2,5 millones de fichas robadas por empleados que trabajaban para un sistema
globalizado de depósitos en todo el mundo. Preferentemente en paraísos fiscales
como Singapur, Samoa, las Islas Caimán y las islas Cook. Se da por hecho que
gran parte de estos depósitos forman una red inmensa de evasión fiscal
internacional y de blanqueo de capitales. Portcullis Trustnet y Commonwealth
Trust Limited son las dos compañías en las que confluía todo este mar de datos
de propietarios de depósitos de 170 países en el mundo, es decir prácticamente
sin excepción. Hemos tenido robos de ficheros antes. Uno de ellos, Falciani,
como la mayoría procedente de Suiza, ya ha suministrado a las autoridades
españolas nombres de célebres evasores, entre ellos los Pujol. Alemania ha
tenido varios litigios diplomáticos serios con Suiza por su decisión de comprar
discos robados por empleados de banca. Pero esto será «lo más de lo más».
Rodarán cabezas, cargos, reputaciones, empresas y quizás también bancos.
Superará todo lo visto. Será un culebrón fascinante y larguísimo. Si no les han
pillado, entren a la fiesta y disfruten.
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