domingo, 22 de febrero de 2015

EL MAL EJEMPLO

Por HERMANN TERTSCH
  ABC  22.12.12


La presidenta Cristina Fernández de Kirchner no tiene buenas noticias desde hace mucho tiempo. Casi cabría decir que desde su apoteósica elección en octubre del pasado año. El deterioro económico es constante, el desprestigio internacional abismal, las derrotas diplomáticas continuas -como ahora frente a Repsol por YPF-, y fracasan hasta los esfuerzos por aplastar a la única voz crítica en el panorama mediático argentino. Y ahora se le abre un frente de desorden público. Dos muertos, 45 heridos y cerca de 200 en media docena de ciudades argentinas son el balance provisional de los violentos disturbios que comenzaron con saqueos masivos. Los primeros incidentes se produjeron en Bariloche el jueves, coincidiendo con el aniversario de los gravísimos incidentes habidos en la misma fecha en 2001. Era el día en que se cumplían once años de la caída del Gobierno del radical Fernando Rúa, que arrastró a Argentina a su traumática crisis financiera, económica y política. Este jueves, pobladores de barriadas pobres de esas ciudades argentinas salieron a las calles a conmemorar aquella fecha y pronto protagonizaban saqueos de tiendas y supermercados. Lo cierto es, que pese al rápido deterioro de la situación económica y social, Argentina no está en el año 2001. Pero los incidentes demuestran lo rápidamente que las dificultades se convierten en violencia donde no hay respeto a la ley. Como también la inmensa disposición a la violencia de estos sectores que autoridades peronistas han tachado de casi todo, desde «indigenistas puros» a «anarquistas, narcoterroristas y lumpen». Notoria la fragilidad de la paz social, pese a la vocación demagógica del régimen de doña Cristina. Hace todos los días alarde de falta de respeto a las leyes, nacionales e internacionales. A nadie puede extrañar que los sectores más míseros tengan el mismo desprecio a la ley. Nadie puede sorprenderse que la seguridad jurídica haya caído a niveles de Zimbabue.

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