domingo, 22 de febrero de 2015

LAS CUITAS DE CFK

Por HERMANN TERTSCH
  ABC  24.11.12


El mundo es muy canalla y a veces se ensaña con quien menos se merece. Eso es lo que piensa Cristina Fernández de Kirchner que le está pasando a ella de un tiempo a esta parte. Cuando la víctima es alguien como la presidenta argentina, nadie debe esperar autocrítica sino un muy considerable enfado con el mundo cruel. Éste está compuesto en estos momentos para ella por unos «fondos buitre», representantes del más odiado capitalismo financiero, un juez de Nueva York, Thomas Griesa, y las grandes centrales sindicales argentinas. Todo parece conjurarse contra ella desde que se ha puesto a meditar en voz alta sobre su reelección cuando apenas ha recorrido el principio del mandato.

Tres años faltan pero hay prisas. Porque tiene que cambiar las leyes que no permiten que se presente. Necesita en las legislativas del año 2013 un Parlamento que vote con dos tercios de mayoría para autorizar su eternización en la cúpula del Estado argentino. Pero lo dicho, todo parece conspirar contra la superviuda, que ayer, como casi a diario, volvía a evocar al muerto, al marido y presidente, a Héctor. Con él y sus poderes, Cristina quiere hacer frente a todos los que intentan impedir que Argentina alcance la máxima felicidad de prolongar indefinidamente su presidencia. Pero este cúmulo de reveses, este mar de contratiempos y los sabotajes desde dentro y fuera, todo eso no lo lleva nada bien.

Los sindicatos argentinos, los más poderosos de Latinoamérica, han jugado mucho con Cristina. Es decir, a su favor. Pero el principal de ellos, la Confederación General del Trabajo (CGT) le convocó la primera huelga general en diez años. Y se logró paralizar el país.

Casi simultáneamente llegaba la noticia de Nueva York que ha conmocionado al país. Pero ante todo ha provocado la ira infinita de la Casa Rosada. Un anciano juez neoyorquino, el citado Griesa, harto ya de aplazamientos y engaños, decidió poner un ultimátum a Argentina para el pago de 1.450 millones pendiente con los fondos tenedores de deuda argentina que se habían negado a entrar en los acuerdos y canjes.

Este triunfo de los «holdouts» o fondos buitre como insisten incansables los hombres de Cristina crean un estado de alarma. El plazo expira el 15 de diciembre. El aprieto es gordo porque técnicamente Argentina puede suspender pagos. Y el espectáculo de su buque escuela Libertad embargado en un puerto de Ghana puede ser sólo el comienzo de otros bochornos semejantes. El mundo maltrata a Cristina.

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