martes, 24 de febrero de 2015

LOS MIL FRENTES DEL SALAFISMO

Por HERMANN TERTSCH
  ABC  16.03.13


Muchos creen que la guerra en Siria es el brote inicial de esa gran guerra de religión dentro del islam

DAVID Cameron y Francois Hollande han fracasado en su intento de imponer en la UE el levantamiento del embargo de armas a Siria. Hay muchos escarmentados que señalan aún a Libia como un precedente que no puede repetirse. Allí, gran parte de las armas, no solo de las suministradas por gobiernos occidentales, también las almacenadas por Gadafi, pasaron a manos de diversas milicias en África. Así recibieron enormes suministros todos los movimientos que se mueven en una amplia franja que va desde Etiopía hasta Mauritania. Los ejércitos islamistas compuestos por estas bandas y armados con esas armas suponen ya una directa amenaza para los Gobiernos de la región. Y son la causa de la intervención francesa en Mali. Una intervención que no ha tenido todo el apoyo que debiera. Porque estas fuerzas se preparan para establecer diversos «Afganistanes» como estados santuario para la yihad en el corazón del continente. Para una guerra santa tanto hacia los países centroafricanos con recursos como hacia los Estados del norte del continente. Los pobres sirios que luchan contra el bestial régimen de Bashir el Assad, pero no quieren un estado islámico, pagan el pato. Ellos ven cómo Assad sigue recibiendo suministros de todo tipo desde Rusia e Irán. Al mismo ritmo reciben armas, dinero y suministros las guerrillas salafistas, cada vez más poderosas. Que gana los pulsos a otros grupos de resistencia. Los sirios que podrían verse inducidos a luchar por un país no totalmente islamista, son los únicos que sufren el embargo. Y pierden influencia y hombres ante el pujante islamismo financiado desde el golfo. Veremos si, como ya apuntan muchos, estamos ante la gran guerra entre chiísmo y el sunismo. Muchos creen que la guerra en Siria es el brote inicial de esa gran guerra de religión dentro del islam. Una guerra la siria que, hasta el más optimista sabe entrever, aún está lejos hasta de su ecuador, cuando se cumplen dos años de combates y 70.000 muertos. Y la inestabilidad puede extenderse por toda la región. La guerra entre salafismo y chiísmo es probable. Pero la guerra del salafismo con Occidente es un hecho. Ya se erige en la peor amenaza para las democracias occidentales. Esta semana, la policía alemana ha prohibido tres organizaciones salafistas y ha llevado a cabo muchas redadas con hallazgos muy preocupantes. En varios pisos francos se han encontrado productos químicos para atentados. Los informes sobre terroristas durmientes en todos los países europeos son coincidentes y alarmantes. La masiva presión del salafismo sobre el islam moderado en las capitales europeas no lo es menos. Y sus recursos han aumentado en los pasados años de forma exponencial. Los europeos pueden tener un terrible despertar cuando por necesidades estratégicas tengan que actuar en África. Entonces comprobarán trágicamente toda la presencia enemiga en su retaguardia europea.

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