domingo, 22 de febrero de 2015

LA NEFASTA BUENA INTENCIÓN

Por HERMANN TERTSCH
  ABC  01.12.12


La razón de que « la cuestión palestina » no haya avanzado en una década se debe a la cerrazón de Israel. Los palestinos son un pueblo víctima, cuya voluntad de paz está constatada y debe ser premiada. Ese es el mensaje que con rotundo éxito han logrado promover en los pasados años los tradicionales enemigos de Israel. Y al que se adhieren países europeos y todos los que buscan simpatías, influencia o beneficios en el « frente antisionista » . La impresión de que con Netanyahu jamás se dará un paso hacia la consecución de los dos Estados ha fortalecido a los partidarios de pasos unilaterales.

Al margen de la negociación, que era la única vía consensuada de avanzar. Peligrosa aventura. Para unos, los bienpensantes, son pasos para « incentivar a las autoridades de Israel a negociar » . Para otros es un paso hacia la eliminación de la «anomalía sionista en Palestina». Y para combatir una realidad que preocupa mucho: su prosperidad, el gran despegue económico del Estado judío. Urge aislarlo. Y se promueve el boicot. Es un cambio de tercio. El sector más radical palestino —el islamismo fanático de Hamás en Gaza— siempre apostó por el terrorismo. Con poco éxito. Han inquietado con nuevos cohetes traídos de Irán. Pero no han desestabilizado Israel.

La tranquilidad se debe también al éxito de la valla a lo largo de Cisjordania. Cuestionada fuera, pero muy eficaz. Otra causa es el masivo apoyo económico, sobre todo de Washington, al presidente de la ANP, Mahmud Abbas. Condicionado a la firme represión de la violencia antiisraelí.

Así las cosas, es la llamada Primavera Árabe la que urge a enemigos y bienpensantes. Porque todas las fuerzas que luchan por la supremacía en la región enarbolan la bandera palestina. Lo cierto es que los enemigos de Israel han convencido a decenas de países, 139 en total dentro de la Asamblea de la ONU, España incluida, de que por la vía unilateral se ayuda a los buenos —que serían los palestinos en torno a Abbas—, en detrimento de los malos, los terroristas de Hamas en Gaza y los inmovilistas en Israel.

Permítannos dudarlo. Animan a quienes quieren acabar, no con el problema palestino, sino con Israel. Ganan quienes no creen en los dos Estados. Han reconocido a un Estado virtual. Que alimentará su radicalismo con el éxito de una medida no negociada.

El extremismo verbal del discurso del presidente Abbas es una prueba. No hay unidad territorial ni de gobierno. Mahmud Abbas no controla la franja de Gaza. Ni Hamás Cisjordania. Este estado palestino virtual sirve para acosar a Israel. Todo muy propagandístico, pero sobre el terreno su único efecto ha sido provocar otra acción unilateral, ésta de Israel, la construcción de 3.000 viviendas entre Jerusalén Este y un asentamiento en Cisjordana. ¿ Quieren unilateralidad? Taza y media.

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