ABC 29.09.12
El próximo día 7 de octubre,
unos 19 millones de venezolanos están llamados a las urnas para decidir si
continúan por la senda política de Hugo Chávez. Si un extraterrestre viera los
datos del deterioro terrorífico de la economía y de la miseria social rampante
en una Venezuela que cuenta con las mayores reservas petrolíferas del planeta,
no dudaría en concluir que los venezolanos con oportunidad de elegir votarán
ese domingo cualquier cosa menos la reelección del responsable de esta
pesadilla. Pues el extraterrestre se equivocaría. Los sondeos coinciden en dar
a Chávez como vencedor sobre el candidato unitario de la oposición democrática
Enrique Capriles. Aunque la oposición tenga la esperanza de que los venezolanos
no digan la verdad en estos sondeos. Y los planes golpistas de Chávez revelados
por ABC demuestran que él tampoco se fía. Lo cierto es que llega el «Gorila
rojo» a las elecciones como el moribundo eterno. Mucho más vivo de lo que nadie
esperaba hace seis meses. Su inmenso aparato clientelar y la red de matonismo
político de sus partidarios incrustados en el aparato del Estado hacen muy difícil
la carrera electoral de la oposición. Además le ha ayudado el Gobierno español,
que tiene todas las razones para combatirlo. Y el presidente de la vecina
Colombia, Juan Manuel Santos, este de forma más interesada. Muchos le
auxiliaron. Chávez es el centro y muñidor del entramado de organizaciones y
lazos entre los regímenes antidemocráticos y antioccidentales del mundo, desde
Irán y Siria a Bielorrusia, China o Corea del Norte. Es trágico lo poco que el
mundo libre ha ayudado a la oposición a acabar con el reinado tramposo, brutal
y corrupto de uno de los más peligrosos enemigos de la libertad y la democracia
no ya en Venezuela, no ya en Latinoamérica, sino en el mundo.
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