viernes, 20 de febrero de 2015

CRUZADA GESTUAL

Por HERMANN TERTSCH
  ABC  24.03.12


Cuando más se le nota a Nicolás Sarkozy el desgaste terrible de credibilidad que ha sufrido en estos años de presidencia es cuando quiere aparentar ser duro. En su primera campaña electoral con ese poso de ministro policía aún impresionaba bastante cuando regañaba a los descarriados y amenazaba a los malos de verdad. Hoy no asusta ni a los niños. Ni por supuesto se habrán asustado los integrantes de las redes del terrorismo islamista al oír de las medidas que se ha sacado ahora de la manga.
Está bien lo que hagan para perseguir a quienes frecuentan notorios sitios pro-terroristas. Pero de momento lo que tenemos es a un terrorista muerto que durante la presidencia de Sarkozy hizo todo lo posible por llamar la atención como terrorista potencial. En la red y fuera de ella. Sin que nadie le molestara. Hasta que mató.

Mera estaba fichado por diversas policías, frecuentaba a los peores yihadistas en Europa, Afganistán y Pakistán. Pero no tuvo problemas para irse comprando un modesto arsenal en Francia.
Las cruzadas gestuales sirven para poco. Tanto como esas bondadosas recomendaciones de comprar una mayor lealtad a la república en los «banlieues». La educación y el desarrollo son de capital importancia. Pero para evitar que tengamos un Mahdi europeo a medio plazo con un desafío islamista en las calles de las ciudades de Francia y otros países europeos. No para combatir nuestra amenaza terrorista inmediata.
Para eso, además de la vigilancia –que fracasó en el caso de la familia Mera-, hagan leyes y se cumplan, exíjase lealtad y cooperación y sanciónese la falta de la una y la otra. Y expúlsese de Europa a notorios agitadores religiosos. No intente Sarkozy asustar. Basta con que pierda él el miedo.

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