Por HERMANN TERTSCH
ABC 09.07.11
Londres es la cuna de la prensa. Bien está que allí se abra
la tumba para sus más siniestros mutantes. Y el News of the World era un
monstruo sin alma que fue demasiado lejos. Rupert Murdoch no es exquisito. Pero
es ágil y lúcido. Y ha visto de inmediato que la cota de inmoralidad sórdida
alcanzada por su tabloide dominical era el «no va más». «Beyond repair» (Sin
arreglo). La fábrica de noticias había creado una red mafiosa para darle
carnaza a un público insaciable. Se puede uno reír de deontologías pero no del
código penal, y Murdoch lo sabe.
Cierto
que ha pesado en el cierre la fuga de lectores y anunciantes horrorizados por
las revelaciones de prácticas nauseabundas. Cerrar de golpe un periódico de
ciento sesenta y ocho años de antigüedad, que vende casi dos millones y medio
de ejemplares, no es fácil ni para un Murdoch que lo posee desde hace medio
siglo. Intenta evitar que este escándalo se lleve por delante su toma del
emporio televisivo BSkyB. Tiene ya el 40 por ciento. Rupert Murdoch limitará
daños. A ver cómo lo hace el primer ministro, David Cameron, cautivo de esas
sinergias entre medios y política. Que se dan también en España. Donde la
basura también nos come. Pero escandaliza menos por su colorete «progresista».
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