Por HERMANN TERTSCH
ABC 08.06.10
EL que no esté avisado aun es, como poco, un despistado.
Ayer una chusma proislamista radical, -nuestros queridos amigos de la soga de
Hamás e Irán para homosexuales y supuestas adúlteras, lapidaciones y demás
lindezas- aliada toda ella con el fanatismo del terrorismo antiisraelí,
antieuropeo y antioccidental, ha agredido a dos ponentes israelíes de una
conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid. Sí señores, hemos llegado ya
a esto. Así ha comenzado a llevarse el debate. Los puños primero y después serán
las pistolas. ¿Les suena a algo? Les auguro con triste certeza mucho más. Según
se vaya deteriorando nuestra situación general, estos personajes subirán el
nivel de enfrentamiento. Y de momento sabiendo que sólo ellos actúan y no
obtienen respuesta. Primero por supuesto la agresión a los judíos. Después a
los más discrepantes. Después están los ricos y especuladores, como dice este
Gobierno. Y después todo el que no obedezca. La veda está abierta. La situación
del País Vasco se extiende a toda España. Allí los nacionalistas han vivido los
cuarenta años de ETA y su basura circundante con amabilidad y tranquilidad.
Mientras los que no lo son han vivido aterrados por su propia vida y por sus
familiares.
Aquí ninguno de los personajillos mediáticos de la izquierda
sectaria necesita escolta porque saben que nadie de lo que califican ellos de
la España fascista les va a tocar un pelo. La llamada España fascista son todos
los españoles que no aplauden a Pepiño Blanco, que no sorben los vientos del
pelo de Leire Pajín y no estudian con fruición los textos de Bibiana Aído. Es
decir, nosotros los fachas. Eso para entendernos. Pero vayamos ahora a las
universidades, ese deleite de la tolerancia y del humanismo. Nuestras
universidades, los focos de cultura en principio, la universalidad tolerante
por definición, son -qué le vamos a hacer- una jaula de fieras sectarias. Llena
de niñatos -perdón, también niñatas- que no saben nada y solo tienen
convicciones. La culpa de nuestra miseria educativa no la tiene sólo Zapatero.
Pero es el que mejor la explota. Otro éxito del Gran Timonel. Lo que mejor
trabaja es la basura intelectual. La recicla directamente. Como rojo se
autocalificó en su día y es el único presidente del Gobierno que jamás se ha
declarado comprometido con los intereses de todos los españoles. Hoy vemos que
su siembra es una cosecha de facherío rojo que hace imposible una universidad
razonable y provechosa. Que ha hecho de muchas de ellas unos centros de gentucismo
pseudoideologizado inmundos de los que Unamuno hubiera huido. Con Carlos
Berzosa la Complutense se ha hundido en el pozo sectario más profundo del
habido. En el que entrar como discrepante ya es un riesgo. Pero ya estamos
viendo la basura sectaria por todas las esquinas de nuestra geografía
universitaria. Niños ágrafos salidos de escuelas secundarias en las que nadie
escribe una frase sin faltas de ortografía, se ven dispuestos a imponernos su
soberbia e incultura. La chusma decide allí quien puede hablar. La chusma al
poder. Con las humanidades de Leires y Bibianas, las universidades -en el
sentido original de la palabra no tienen sentido-. Mejor escuelas de camisas
pardas. Se defenestrarán definitivamente decencia, inteligencia, estudio,
sabiduría y probidad. Y por supuesto la cultura, ese anatema para estas hordas
de sectas que ocupan la universidad. Sí la miseria educativa comienza mucho
antes como los aparatos izquierdistas se han ocupado de controlar desde hace
muchos años, en la universidad pública se refleja la cosecha de toda esa
toxicidad totalitaria.
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