Por HERMANN TERTSCH
ABC 04.09.10
El debate sobre la capacidad de la sociedad libre de
integrar a la comunidad islámica sin perder su identidad ha estallado en
Alemania con una virulencia insólita.
Ayer, democristianos y socialdemócratas abandonaron su
tradicional recelo a abordar esta espinosa cuestión y coincidieron que estamos
ante el principal debate alemán y europeo de los próximos años. Responsable de
esta súbita controversia es un libro titulado «Alemania renuncia a sí misma».
Pero ante todo su autor Thilo Sarrazin.
Consejero del todopoderoso Bundesbank, destacado miembro del
SPD, exministro de Hacienda de la Ciudad de Berlín, Sarrazin —descendiente de
hugonotes— ha ocupado y ocupa una multitud de cargos de empresas públicas y
privadas que han buscado asesoría de este hombre tan lúcido como provocador.
Ahora le quieren echar de todas partes. Y el presidente de la República,
Cristian Wulff, debe decidir sobre el cese de Sarrazin como consejero del
Bundesbank.
El libro está tan lejos de la corrección política con que se
tratan en Alemania las cuestiones de inmigración e integración que ya antes de
publicarse había generado indignación. Sarrazin considera que la integración de
la comunidad islámica es un fracaso por la incapacidad y falta de voluntad de
la misma. Y que sin medidas correctoras urgentes la sociedad alemana está en
peligro de perder su identidad.
Frente a las inventivas masivas, Sarrazin ha sido apoyado
por personalidades independientes tales como el excanciller socialdemócrata
Helmut Schmidt, los filósofos Hans Olaf Henkel, Ralph Giordano, Peter
Sloterdijk, el escritor Henry Broder y la socióloga turca Necla Kelek. En todo
caso, claro está que los partidos políticos —siempre temerosos a afrontar este
problema— no podrán demorar más este debate en Alemania.
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