viernes, 20 de febrero de 2015

TRISTE APRIETO

Por HERMANN TERTSCH
  ABC  21.04.12


Mañana se vota en Francia. Salvo sorpresa ganará el socialista Francois Hollande, ya en la primera vuelta, a un Sarkozy que sí se espera que pase a la segunda. En ésta dentro de quince días, el pronóstico es aun peor para el actual presidente. No se descarta una derrota humillante. Las elecciones francesas se celebran en un momento decisivo para la construcción europea y la zona euro. Y se han convertido por ello en un triste aprieto. Que puede acabar siendo el principio del fin del proyecto europeo. El retorno del primer socialista al Elíseo desde Francois Mitterrand sólo es explicable por la situación de su rival. Sarkozy ha conseguido cosechar tantas y tan consolidadas antipatías que las elecciones se antojan ya un plebiscito sobre su persona. Y si así lo entienden los electores, la humillación puede ser contundente. La arrogancia, el trampeo y el exabrupto, su permanente inquietud pero también el humo que ha vendido, han logrado lo inexplicable, que es hacer de Hollande una alternativa, no ya soportable, sino deseable. No es poco. Porque es un candidato gris. Y porque llega con recetas radicalmente enfrentadas a todas las hasta ahora aplicadas. E inaceptables para su vecina Alemania. Donde una victoria de Hollande reforzaría a aquellos que quieren ya hoy zanjar como fracaso el euro y hacer su pequeño espacio propio al margen de los países del sur. El problema del estatismo y los planes socialistas de Hollande es que Sarkozy no ha hecho nada en sentido contrario en estos años. Y hoy no tiene autoridad para denunciar como disparate una política socialista francesa que en Alemania ni siquiera los socialdemócratas con una imposible mayoría absoluta querrían apoyar. Así las cosas, Sarkozy sólo tiene la esperanza de hacer girar la opinión en los quince días entre vueltas. Con la política. Su peor enemigo no es Hollande, sino su propia imagen.

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