ABC 17.03.12
El
presidente Hugo Chávez vuelve a Venezuela. Nadie es capaz de decir si es la
última vez que viaja a La Habana para ponerse en manos de médicos de confianza
que no tiene en su patria.
Rumores
hay de que el presidente ya se ha puesto en manos de curanderos y brujos, no se
sabe si estos también con garantía de lealtad comunista del régimen castrista.
Lo
cierto es que todo es ya incertidumbre en torno al caudillo bolivariano que se
va desgastando hasta en sus cada vez más manidos recursos para la épica.
Lentamente va permeando en la realidad venezolana y del mundo bolivariano la
certeza de que a Chávez le queda poco tiempo de vida. Y que aunque aun dispute
las elecciones del 7 de octubre lo hará en ambiente de despedida
independientemente del resultado.
El
candidato de la oposición, Enrique Capriles, se va a enfrentar también él a una
complicada precampaña en la que tiene el deber de atacar al hombre enfermo.
Estos
días, Capriles ha vuelto a criticar el hecho de que Chávez siempre se haya
tratado en Cuba y no haya querido en ningún momento ponerse en manos de médicos
venezolanos.
Pero a
estas alturas ya hasta el eje Caracas-La Habana al que tanto partido han sacado
los poderosos de ambos regímenes, parece marcado por la enfermedad. Y pocos
creen vaya a sobrevivir en su actual forma a su artífice.
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