sábado, 21 de febrero de 2015

CUESTIÓN DE VÍCTOR

Por HERMANN TERTSCH
  ABC  14.07.12


El primer ministro rumano Víctor Ponta es un joven izquierdista, más bien populista, que no tiene mucha paciencia para los pesados trámites democráticos. Para las formas, ya se sabe. En esto también se parece mucho a su vecino y tocayo, el primer ministro húngaro Víctor Orban. Este es derechista y nacionalista, el otro socialista, pero eso hoy ya se sabe que no importa mucho. Los dos Víctor creen que los inmensos problemas económicos y sociales que tienen sus respectivos países se resuelven mejor sin engorros procedimentales. No son los únicos en esta Europa de conmociones, angustia y precariedad que creen que los trámites democráticos dificultan enormemente la respuesta a situaciones muy complicadas. Víctor Ponta accedió al poder a la cabeza de una alianza de izquierdas con su PSD emanado del viejo aparato comunista. Y se dio cuenta pronto de que quiere mandar mucho, tanto como Víctor Orban en Hungría. Y que no quiere nadie que le replique y mucho menos a alguien que limite sus competencias. Y ése es el presidente Traian Basescu.

Que la cohabitación iba a ser difícil estaba claro. Pronto se vio que era imposible. Basescu, viejo político conservador con sus propias manías pero razonablemente civilizado en sus formas, se convirtió así en el primer objetivo a batir por Ponta. Y comenzó la lucha por las competencias. Por ejemplo en la representación exterior ejecutiva en las cumbres europeas. Ambos las reclaman. En el Parlamento que domina, Ponta logró imponer un proceso de destitución. Pero cuando el Constitucional le puso pegas quiso acabar con el Constitucional. Así las cosas se pusieron feas. Bruselas llamó a capítulo a Ponta y le advirtió de que más ataques a los procedimientos y garantías, y Rumanía podría verse pronto bajo sanciones. Esta próxima semana veremos cómo lo quiere arreglar este Víctor.

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