ABC 14.07.12
El primer ministro rumano Víctor Ponta es un joven
izquierdista, más bien populista, que no tiene mucha paciencia para los pesados
trámites democráticos. Para las formas, ya se sabe. En esto también se parece
mucho a su vecino y tocayo, el primer ministro húngaro Víctor Orban. Este es
derechista y nacionalista, el otro socialista, pero eso hoy ya se sabe que no
importa mucho. Los dos Víctor creen que los inmensos problemas económicos y
sociales que tienen sus respectivos países se resuelven mejor sin engorros
procedimentales. No son los únicos en esta Europa de conmociones, angustia y
precariedad que creen que los trámites democráticos dificultan enormemente la
respuesta a situaciones muy complicadas. Víctor Ponta accedió al poder a la
cabeza de una alianza de izquierdas con su PSD emanado del viejo aparato
comunista. Y se dio cuenta pronto de que quiere mandar mucho, tanto como Víctor
Orban en Hungría. Y que no quiere nadie que le replique y mucho menos a alguien
que limite sus competencias. Y ése es el presidente Traian Basescu.
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