viernes, 13 de febrero de 2015

EL FACTOR HUMANO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  06.08.11


Un hombre no es culpable de lo que le ocurre a un pueblo». Eso es lo que dice aquí en España nuestro inefable José Bono en un inútil intento de exculpar a Rodríguez Zapatero de la catástrofe nacional que para siempre quedará unida a su nombre. Es cierto que ni en los casos montruosos de Stalin y Hitler puede reducirse al efecto de una persona la causa de la suerte de una nación. Pero también lo es que el factor humano juega un papel mucho mayor de lo que cabría pensar en las sofisticadas maquinarias de los estados desarrollados. Por muchos que sean sus mecanismos compensatorios y filtros preventivos. En el caso de nuestra particular tragedia sólo la personalidad de Zapatero explica algunos de los grandes disparates con los que se ha automutilado nuestro país. Ahí está también el efecto nefasto de la vida disipada de Berlusconi sobre la capacidad de reacción de Italia en su propia situación gravísima. Pero también podemos ver las consecuencias de los desencuentros iniciales entre Sarkozy y Merkel para la crisis europea. O el hecho insólito de que Christine Lagarde esté implicada en un caos de abuso de poder un mes después de asumir el mando en el FMI. Y que Sarkozy y ella misma ignoraran que esto era posible. Por no hablar del factor demasiado humano en el caso de DSK. Nos quejamos con razón de falta de liderazgo cuando más lo necesitamos. Y vemos que en los momentos de máxima zozobra tenemos unos dirigentes, cuando no directamente irresponsables o ineptos, siempre vulnerables, inseguros y faltos de fortaleza moral y ante todo de autenticidad en sus convicciones y criterios. Lo terrible es que son perfecto reflejo de la sociedad que representan. El desistimiento moral comenzó muy abajo en nuestras sociedades. Pero ya se ha comido a las elites.

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