sábado, 21 de febrero de 2015

EL FLAUTISTA DEL PIREO

Por HERMANN TERTSCH
  ABC  16.06.12


Los partidos tradicionales griegos, las cancillerías europeas, la UE, los bienpensantes, buenistas y antisistema, y toda la prensa internacional. Todos han estado volcados, desde que se supo habría nuevas elecciones, en proyectar la imagen de presidente in pectore de un tal Alexis Tsipras. Pocas veces se recordará una campaña electoral en la que un nuevo líder político, que no ha demostrado nada mas que irresponsabilidad e incontinencia verbal, haya gozado de tanto favor publicitario por parte de sus enemigos. Y de sus amigos por supuesto. Todos juntos han logrado que las elecciones griegas del domingo se presenten como un pulso entre el joven Tsipras y los viejos cobardes. Los partidos viejos y caducos frente al desafiante líder de lo que presentan como «nueva Grecia». Eso pretenden vender a los electores. Y es muy posible que con tanta ayuda lo hayan conseguido. Aunque nunca se sabe por donde llevará a la mayoría el miedo. Tsipras y su partido Syriza, proyectados como los renovadores con tanta ayuda de fuera. Cuando de nueva no tiene nada esa actitud de echar la culpa a los demás de los propios fracasos. Cuando es tan viejo como eternamente balcánico ese modo tramposo de exigir reglas especiales para uno mismo. Para no pagar lo que pagan los demás. Para jugar con trampas y amenazas. Porque eso es lo que promete Tsipras en esta fase final en la que hay que agradecerle que no difame a la UE, a Alemania y a tantos otros que están hartos de morosidad y trampas, de autosuficiencia impostada del que no tiene nada. Tsipras dice que no sacará a Grecia de la UE. Pero eso sí, a cambio de no cumplir los compromisos adquiridos por Grecia para vivir en el pasado y en el presente de las ingentes sumas de dinero que los demás países, que también tienen pobres, les han entregado. Puede que con ese farol gane las elecciones. Lo que no puede es ganarnos el pulso a los demás.

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