sábado, 14 de febrero de 2015

EL JUEGO CON EL FUEGO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  24.09.11


El guión no varió ayer finalmente. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, pidió finalmente el reconocimiento pleno del Estado palestino entre aplausos entusiastas. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, exigió antes un acuerdo de paz porque el Estado judío no puede jugar con su seguridad, con su existencia. Los que aplaudieron a Abbas eran muchos y diversos. Eran por supuesto quienes buscan la destrucción de Israel a corto o medio plazo. Pero sobre todo eran los que exigen a Israel que haga concesiones en su seguridad a la espera de buena voluntad. Y Netanyahu, muy discutido en su país por muchos motivos, sin duda contaba con el apoyo masivo nacional cuando recordó los resultados de anteriores concesiones, en Líbano o sobre todo en Gaza. Que no debilitaron a los radicales enemigos de Israel como pretendían y vuelven a pretender los bienpensantes, sino los fortalecieron hasta devorar a los moderados. Unos con buenas intenciones y otros con muy malas le han pedido a Israel que juegue con fuego. Le aseguran que no se quemará y que si se quema llegará alguno con las tiritas. Israel ha respondido en un foro repleto de enemigos que de quemarse en ese juego, quienes ofrecen tiritas tendrían que llevar un ataúd para el pueblo israelí. Israel y su existencia no pueden depender de la buena voluntad de otros. Y menos de las de una frágil autoridad palestina que como pasó en Gaza puede ser liquidada por los enemigos de un día para otro. Abbas reiteró la larga serie de agravios históricos de los palestinos. Y con el veto norteamericano, los palestinos añaden uno más a su inmensa lista, gracias a esta iniciativa alimentada por quienes nada se juegan. Los que acosan a quién se juega la vida exigiéndole que juegue con alegría. Va a ser que no.

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