sábado, 14 de febrero de 2015

EL TRAIDOR NECESARIO

Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 14.10.11


CIERTO, los hechos ya probados en el caso Faisán por el juez Pablo Ruz constituyen un acto de alta traición. Unos mandos policiales, obligados en obediencia por unos mandos políticos, ayudan a escapar de la acción de otros policías a miembros de una banda terrorista que es el primer enemigo del Estado desde hace cinco décadas. Cooperan con los asesinos de cientos de miembros de los cuerpos policiales subordinados. Y les ayudan a destruir pruebas y a esconder un dinero que pudo o podrá utilizarse para asesinar a más compañeros. Los encubridores de este crimen de lesa patria empezaron por negar su misma existencia. Cuando vieron que eso ya era inútil, lo intentaron excusar como una concesión necesaria por un bien superior «en el marco de las negociaciones de paz». Y en eso sí que les vamos a dar toda la razón. Aquella villanía estaba enmarcada en una traición al Estado, a España y a los españoles mucho más amplia, profunda y grave. Que convierte casi en anécdota el hecho de ayudar a huir a unos cuantos asesinos. Ahora vemos la magnitud de esta operación en la que tanto esfuerzo y dinero nuestro ha invertido el presidente Zapatero. El PSE también asistirá «oficialmente» a la llamada Conferencia Internacional de la Paz en San Sebastián el lunes. Auspiciada por la denominada «izquierda abertzale» quiere dar lustre institucional y solemnidad al «proceso de paz» en el que las exigencias de ETA son ratificadas como la base para el nuevo marco político. Como condición para que la ausencia de violencia por parte de la banda terrorista sea definitiva. Parece un mal sueño que, después del PNV angustiado por defender su hegemonía en el campo nacionalista ante el auge de Bildu, también el PSE se haya sumado a esta farsa. Ya está la mayoría absoluta del parlamento vasco bailando en el parqué abertzale. Pero es lógico ya que la ruta para esta conferencia está trazada por ETA y el Gobierno socialista de Zapatero. ¿Cómo iban a permitir los latos mandos de la policía que la detención de unos terroristas por parte de compañeros diera al traste con este proceso? Bajo la mirada atenta de los mediadores internacionales, cuyo papel es hacer irreversibles los avances logrados por medio del terror. La peor traición no es la mendacidad de Zapatero, ni la violación de las leyes y el desprecio a la Constitución. Ni siquiera la humillación de las víctimas y la legitimación de cincuenta años de terrorismo, miedo y mentira impuesta. La peor traición está en que el Gobierno de Zapatero nos ha puesto a España y los españoles al nivel de los terroristas para una negociación y un acuerdo entre iguales en el que «no haya ni vencedores ni vencidos». En San Sebastián pretenden escenificar el consenso sobre la base de que el conflicto político justificó todas las muertes y el sufrimiento. Por lo que nosotros somos tan culpables de todas y cada una de las muertes como quienes empuñaron las armas. Es difícil de describir la repugnancia que produce esta canallada histórica de Zapatero y todos sus cómplices, con su constante e incansable labor abierta y clandestina para llevar a España a aceptar una renuncia definitiva a la victoria de la ley sobre sus enemigos. Años han conspirado con los terroristas, engrasando los carriles para que la inercia generada por el terror nos llevara a este puerto de vergüenza. El único mensaje que emerge ya de esta olla podrida es que ETA tenía razón. Sólo tenía que matar y aguantar. Hasta que llegara en España el débil propicio, el oportunista sin patria, el traidor necesario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario