ABC 15.10.11
Esta vez creía la oposición que sí. Que lo iba a conseguir.
Que Silvio Berlusconi se iba a tener que ir. Ayer mismo. Pues no. Sigue el
primer ministro. Con una mayoría absoluta de la Cámara ganó la moción de
confianza que había presentado. Y después de la votación se mostraba más ufano
que nunca. Y parecía haber olvidado ya la derrota que sufrió la pasada semana y
que la votación de ayer convierte en accidente sin consecuencias. Por enésima
vez, su anunciada defenestración queda en agrio revés para la oposición. El ex
juez Antonio di Pietro, líder del partido Italia por los Valores, que compite
en locuacidad con don Silvio, volvió a darse el batacazo. Sacó a toda la
oposición del hemiciclo antes de la votación para que la mayoría gubernamental
no pudiera refugiarse en los diputados ausentes. Ya había anunciado Di Pietro
que esta vez Berlusconi acabará el día prsentando la dimisión al presidente
Giorgio Napolitano. Ni por esas. Allí estaban los 316 votos «responsables» de
una mayoría absoluta que permite a Berlusconi seguir gobernando y aumenta la
frustración de todos los que en la calle, en los despachos y el Parlamento
quieren acabar ya como sea con la era de Il Cavaliere. Siempre en la cuerda
floja. Pero esta resiste todo hasta ahora. Ni unida ha logrado la oposición
vencer a una mayoría manifiestamente desunida.
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