ABC 28.01.12
Nuevo viernes de matanza en
Siria. Aunque hace tiempo ya que la sangre se vierte a diario. Según pasa el
tiempo cada vez parece más evidente que el conflicto sirio avanza hacia un
enquistamiento. En el que el régimen de Assad cada vez es más débil pero no hay
fuerzas capaces de derribarlo por completo. Las fuerzas de oposición, también
las que ya han entrado en la lucha armada, están divididas política y
territorialmente. Y ninguna de las fuerzas exteriores es capaz de actuar
decisivamente porque son muchas las presentes con intereses máximos en Siria.
Es pronto para saber si los siete iraníes capturados por las fuerzas rebeldes
del Ejercito Libre Sirio en los pasados días son mercenarios como sus captores
aseguran. Aunque ha habido numerosas evidencias de iraníes participando en
operaciones de represión y en torturas en las cárceles. Pero allí están también
fuerzas salafistas veteranas de otras guerras en Irak o Libia. El apoyo a
facciones de las fuerzas rebeldes por parte de Arabia Saudí o Turquía, si bien no
probado, parece darse por hecho. Y el presidente Assad ha quedado reducido a
líder de una facción más, aun con mucho la más fuerte en una guerra que se
anuncia larga. Y en la que cualquier intervención abierta exterior se antoja
inviable.
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