sábado, 21 de febrero de 2015

EXCEPCIONALIDAD

Por HERMANN TERTSCH
  ABC  30.06.12


Los líderes de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y del MERCOSUR se reúnen en Mendoza para decidir qué hacer con Paraguay. ¿Qué es lo que pueden hacer con este miembro de ambas organizaciones que sin embargo no estará representado por su presidente? Algunos quieren expulsar a Paraguay, otros incluso imponerle sanciones. La razón esta en la destitución del hasta hace una semana presidente de Paraguay, el ex obispo Fernando Lugo. El Senado paraguayo inicio un procedimiento legal, constitucional, para deponer al presidente tras un gravísimo incidente que acabó en matanza entre policías y campesinos. Solo un diputado se manifestó en contra del enjuiciamiento de Lugo frente a los 39 que lo apoyaron. En el Senado solo consiguió cuatro votos de apoyo frente a 76 por su destitución. Pues pese a todo ello, parte de los países iberoamericanos con los izquierdistas de Venezuela y Ecuador a la cabeza lanzaron una campana calificando este proceso político constitucional de golpe de Estado. Y según se ha sabido después, haciendo desde Caracas gestiones para intentar que el Ejército paraguayo se levantara en defensa del presidente destituido y en contra del parlamento.

Es el maravilloso doble rasero que tanto vemos en Latinoamérica y que nos lleva a situaciones tan grotescas como tener a Cuba de guardián de las esencias democráticas de los demás, ahora especialmente Paraguay. La izquierda latinoamericana tiene una capacidad de movilización, una desmemoria y un cinismo tan entrenado que consigue calificar como golpe cualquier revés a sus posiciones. Mientras apoya actividades extra parlamentarias, muchas de ellas armadas y con visos terroristas, sin que tenga que preocuparse por protesta alguna. Veremos en que queda este farragoso y sospechoso asunto de la matanza. Pero con la ley paraguaya en la mano, la destitución del ex obispo fue impecable.

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