jueves, 19 de febrero de 2015

GASPAR, AGENTE DEL CAPITAL

Por HERMANN TERTSCH
  ABC  09.09.11


Nos ha dicho el líder comunista que algunos quieren que la izquierda viva debajo de un puente. En absoluto, querido Gaspar

POBRE Gaspar Llamazares, tantas rabietas tiene últimamente el portavoz de Izquierda Unida en el Congreso, que ya nos ha advertido que, como no sea otra vez cabeza de lista por Asturias, vuelve a la medicina. Nuestro lancero del progresismo más cañí está enfadado porque el Frente Popular del zapaterismo se ha ido al garete, porque los socialistas agobiados con sus cuitas, han dejado claro lo que les importa el Pepito Grillo asturiano y porque los del 15-M que quería seducir cual flautista para su generosa empresa revolucionaria, le han salido tan hooligans que ya se antojan no reconvertibles en disciplinados comunistas. Molesto con el capitalismo y con el devenir de las cosas, Llamazares está muy enfadado. Ahora sabemos que no tendría por qué si se toma la vida con algo de filosofía, que todos vamos teniendo una edad. Porque nuestro incomprendido adalid de los regímenes de progreso del siglo pasado se podría permitir un sabático o dos, para elaborarnos un tratado sobre las soluciones de la izquierda eterna para las cuitas de España. Según nos revelan con mucha publicidad, Llamazares acumula la nada desdeñable cantidad de 303.058 euros en diversas cuentas y fondos de inversión. ¿Pero, para qué hablamos de años sabáticos? Con esa cantidad podría vivir el resto de sus días en Cuba a cuerpo de rey, o mejor dicho, de alto funcionario del Partido Comunista Cubano. No le faltaría nada en aquella sociedad fraternal. Y dejaría de sufrir con todos los atropellos del capital y los que tanto le aterra lleguen próximamente de la mano de Mariano Rajoy. Le llega y sobra incluso para cogerse de vez en cuando un avión a Miami. Nadie que yo sepa se ha metido con Llamazares por sus ahorros. Pero él ha reaccionado de inmediato a la publicación de los mismos con una especie de irritación preventiva. Nos ha dicho el líder comunista que algunos quieren que la izquierda viva debajo de un puente y vestido con mono. En absoluto, querido Gaspar. Nadie quiere que nadie viva debajo de un puente. Aunque con un poco de perseverancia la izquierda puede conseguir que todos acabemos obligados a hacerlo. Personalmente me tranquiliza mucho que Llamazares no dependa para su manutención de la benevolencia de Cayo Lara. En realidad, agradezco al cielo que ni Llamazares ni nadie dependa ni vaya a depender nunca de la maña y capricho de nuestro Lenin de Argamasilla de Alba. Y lo que no les deseo a otros españoles tampoco se lo quiero endosar al querido don Gaspar. Y me encanta que demuestre que no es tan fiero como parece y que un poquitín de confianza en el capitalismo sí alberga en la intimidad de ese corazoncito cuando deposita parte de su dinero en fondos de inversión. Que son esos fondos que mueven los mercados, esas fuerzas del mal que, según nos advierte todos los días, quieren esclavizar a los trabajadores españoles y a todas las fuerzas del bien progresista. Le habrá irritado a don Gaspar que sepamos ahora que financia al menos un tentáculo menor de ese monstruo despiadado que todas las mañanas se despierta pensando en cómo hacer la puñeta al pueblo proletario. Y le animo a ahorrar más e invertir en esos fondos que a su vez prestan dinero a empresas y gobiernos y muchas veces logran que éstos incluso hagan algo bueno con su capital.

Por lo demás, no me interesa el patrimonio de nuestros políticos. Salvo casos de enriquecimiento obsceno como el de nuestro inefable José Bono y algún otro listo, doy por hecho que los políticos son tan honrados como los fontaneros o las amas de casa. Ni más ni menos.

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