sábado, 14 de febrero de 2015

HIJOS PRÓDIGOS DE LA IZQUIERDA VASCA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  30.09.11


López quiere que los presos vayan “a casa”; asume así el lema de ETA y su movimiento político de los últimos años

La ha armado Patxi López con su discurso tramposo. Pero tenía que hacerlo. Porque se lo estaban pidiendo. Los de siempre. Los que piden, exigen y ponen condiciones. Los que están viendo cumplidos sus planes punto por punto. Algún iluso se preguntará qué fuerza tienen para que, unas veces de forma escandalosa, véase con la decisión del TC, y otras de tapadillo como ayer, acaben marcando ellos la agenda. Pues precisamente esa fuerza que, según el lendakari, fue muy mala, pero ya no existe. Es, por supuesto, ETA. Esa organización que se ha doblegado a la ley, según el relato ilusorio que es el mensaje oficial de los socialistas vascos. “El terrorismo se ha acabado”, sentenció. Y se quedó tan ancho. Aunque por algo el mensaje iba donde iba.

No merecía semejante bomba informativa estar escondida en un fatigoso discurso sobre la situación general del País Vasco. No debería estar escondida esta maravillosa noticia en un perdido párrafo de la última parte de su larga alocución al Parlamento Vasco sobre cuestiones económicas y sociales. Tan buena nueva merecía la convocatoria urgente de una conferencia de prensa. Para saturar las centralitas de ABC como decía Anson, parar las rotativas, poner la red al rojo vivo, movilizar a la gente en la calle. Para dar rienda suelta al entusiasmo popular. Los españoles que hemos vivido y sufrido medio siglo con novecientos muertos y miles de heridos y vidas destruidas, queremos celebrar ese acontecimiento. Y resulta que el lendakari nos lo comunica ayer como quien no quiere la cosa, después de una larga letanía con cifras y porcentajes. Más emoción para la buena nueva.

En una conferencia de prensa le habríamos preguntado conmovidos si la Ertzaina ya tiene en su poder todas las armas, su arsenal. Si se han entregado todos los etarras buscados. Si han revelado donde tienen su dinero y los pisos francos. Si en los interrogatorios han revelado la identidad de antiguos o nuevos cómplices. Si se han aclarado todos los crímenes e identificado a todos los criminales. Pero no, el lendakari lo deja caer de tapadillo porque estas preguntas desenmascaran toda la farsa. Porque ETA existe. Y tiene sus armas. Y sus pisos francos. Y a sus militantes. Pero tiene además ahora muchas más cosas. ETA tiene a su organización gobernando la Diputación de Guipúzcoa y más de cien ayuntamientos en el País Vasco y Navarra. Y dispone de más dinero que nunca. Y se apresta a disputarle al PNV la hegemonía en la Comunidad. Y puede tener en meses grupo parlamentario en Madrid. El lendakari lo sabe. Pero esta mentira era obligada como apoyo al mensaje clave. Para nosotros y para ETA, que también escucha. Y el mensaje es que también el lendakari quiere que los presos vayan “a casa”, etxera. Asume así el máximo representante del Estado en el País Vasco el lema fundamental de ETA y su movimiento político de los últimos años. Etxera, para reinsertarlos. Es decir, para ponerlos en libertad. Ellos lo habían exigido hace unos días, pidiendo una amnistía. La Constitución la prohíbe expresamente. Pero el lendakari nos comunica a ETA y a nosotros, que sabe cómo burlarla. Unos por aquí, otros por allá, pero todos a casa. El Estado asume así la tesis de ETA de que esos presos son poco menos que rehenes. Que como tales ya no cumplen su función porque “la guerra ha terminado”. El terrorismo se ha acabado. No tiene sentido que cumplan sus condenas. Olviden la justicia. Viva la paz. Que vuelvan los hijos pródigos de la izquierda vasca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario