martes, 10 de febrero de 2015

HUELGAS Y RAZONES

Por HERMANN TERTSCH
ABC  23.10.10


Después de quince días de revueltas y destrozos de los huelguistas en Francia —que nos han sido relatados con nada disimulada satisfacción por los medios filosocialistas españoles, es decir, la mayoría— la reforma de las pensiones sigue su curso. Y no podía ser de otra forma. A no ser que nuestros vecinos quisieran suicidarse a plazos. Todo indica que los niños escolares, los estudiantes de la calle, los somatenes sindicalistas y otros grupos incendiarios pueden ser protagonistas de nuestros telediarios, pero no deciden el futuro de la gran nación que es Francia.

El presidente Sarkozy gana este pulso porque no podía perderlo y lo saben los socialistas que se han pasado estas semanas agazapados, no fuera a pedirles alguien su opinión respecto a las reformas que en Francia son imprescindibles además de inevitables y solo son el principio de muchas más, si aquel país quiere romper de una vez las mordazas del estatalismo paralizante y la mentalidad general de la vida pensionada.

Cierto que asusta que las nuevas generaciones lleguen a la vida adulta demostrando que creen en la omnipotencia del estado de la beneficencia como tribus exóticas creían en el dios de la lluvia pero la realidad se encargará de demostrarles que, si ha existido alguna vez, ha muerto.

Así las cosas y por el bien de todos, es urgente que se acaben los engaños y que se sepa que la beneficencia remanente habrá de dedicarse estrictamente a los más débiles y necesitados. Y no a las tropas que defienden privilegios hoy injustos o presentan exigencias inviables.

Mientras, en Alemania —donde gran parte de estas reformas se hicieron en las dos legislaturas anteriores, con gobiernos diferentes— el paro está a punto debajo del 7%. Y los indicadores económicos publicados ayer son tan positivos que llevan las expectativas favorables a máximos ya olvidados. Así están las cosas fuera, mientras aquí nuestro nuevo ministro sindicalista del Trabajo (miembro de un gobierno que no cree en las reformas que aplica mal y obligado nos dice que crearemos empleo el año que viene. Como eco no puede recibir sino una cansina mueca de sarcasmo.

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