sábado, 14 de febrero de 2015

LA RUSIA NEGRA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  08.10.11


AYER se cumplió un lustro del asesinato de Anna Politovskaya en Moscú. Unos desconocidos abatieron a la periodista junto a su casa aquel 7 de octubre. Se había granjeado las iras del Kremlin por sus denuncias de las atrocidades cometidas por el ejército ruso en su guerra de tierra calcinada en Chechenia. Hoy, aquella guerra está casi olvidada en Occidente. Pero fue la clave para la toma del control absoluto del poder en Rusia por parte del antiguo oficial de la KGB que es Vladimir Putin.

Tras cuatro años como primer ministro por no poder asumir tres mandatos presidenciales consecutivos, Putin está a punto de volver a la presidencia. Aunque hoy está claro que nunca ha dejado de ejercer el poder, el más absoluto concentrado en una persona en el Kremlin desde Stalin.

Politkovskaya era la más célebre de una generación de periodistas surgidos de la extinta Unión Soviética con inquebrantable vocación de lucha por la transparencia y la democracia. Hoy ella y muchos otros están muertos y los demás han sido silenciados por la implacable maquinaria intimidatoria puesta en marcha por Putin. Apenas quedan unos valientes francotiradores de la información sin apenas medios. Al igual que las pequeñas fuerzas de la oposición aún activas, están condenados a la irrelevancia en una Rusia que se ha vuelto a cerrar a todo.

El asesinato de Politkovskaya fue un acto ejemplarizante como lo fue el proceso a Mijail Jodorkovski, el único magnate que osó hacer frente a Putin y hacer una apuesta por los medios independientes y libres. Hoy se pudre en una cárcel de Siberia donde cumple su octavo año de cautiverio. Putin vuelve oficialmente al mando supremo que nunca abandonó. Y se entierran así las últimas esperanzas de ver a Rusia avanzar hacia un Estado de derecho.

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