ABC 07.01.12
La detención del general
Ilker Basbug, exjefe del Estado mayor del Ejército turco responde oficialmente
a su supuesta implicación en la muy supuesta conspiración golpista que se ha
denominado Ergenekon. El primer ministro Erdogan se hace así con una muy oportuna
carta nueva de supuestas amenazas golpistas y desestabilizadoras con las que ya
ha logrado encarcelar a un número considerable y creciente de periodistas,
políticos y militares. Basbug, un general de gran prestigio, es el militar de
mayor rango acusado de participar en esa especie rarísima de intriga golpista
que ya ha llevado al banquillo y a la cárcel a cerca de 200 militares. Los
planes golpistas con atentados contra mezquitas y la actividad subversiva de
páginas web son como poco rocambolescos. Pero a Erdogan y a su partido
islamista, AKP, les está sirviendo para instalar una permanente amenaza sobre
las voces que en Turquía se alzan contra el paulatino pero implacable
desmantelamiento del Estado civil y la división de poderes. La tradición golpista
del ejército turco brinda a Erdogan un perfecto recurso. Pero Europa debería ir
alarmándose ante el doble lenguaje de Erdogan y el AKP. Porque es un hecho que
ya hay que remontarse a las juntas militares para recordar en Turquía una
persecución organizada de las voces críticas como la actual.
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