domingo, 22 de febrero de 2015

NOBEL A LA PAZ EFICAZ

Por HERMANN TERTSCH
  ABC  13.10.12


La Academia Sueca ha concedido el Premio Nobel a la Unión Europea y pronto se llenaban los medios y las redes de las voces que criticaban la decisión o se reían de ella. Triste. Porque demuestra lo poco conscientes de su suerte y poco reflexivas ante la historia que son nuestras sociedades europeas actuales. Que son las más afortunadas y bendecidas en el último medio siglo con bienestar, seguridad y paz sin iguales en el mundo. Triste. Porque revela lo alejada que está la Unión Europea (UE) de sus ciudadanos. Que la ven sólo como lo que también es, una organización burocrática, antipática, intervencionista, distante y constante en sus cuitas.

ABC
 1985
En junio, España firma su adhesión, que se formaliza en 1986

1957
 Firma del Tratado de Roma.Supone la fundación de la Unión Europea

Pero en esa reacción se esconde también su máxima grandeza: el éxito total de la empresa lanzada en la posguerra por Schumann, de Gaspieri, Monnet y tantos otros. Los cientos de millones de ciudadanos de la UE no conocen el peligro de la guerra, no tienen noción de la angustia de la muerte inminente, la mutilación y la supervivencia. Los europeos han dejado de creer posible una realidad que marcaba la vida y la muerte de sus antepasados con implacable regularidad durante siglos. La Unión Europea ha conseguido su principal objetivo con tamaño éxito que sus ciudadanos ya no alcanzan a reconocerlo.

Hace mucho tiempo que no hemos tenido un Premio Nobel de la Paz más merecido. La UE nació para evitar que volviéramos a matarnos. Además nos ha dado una riqueza desconocida en un continente del que hace un siglo se huía por hambrunas. Ha creado un espacio de libertad, seguridad, bienestar y compasión sin igual en el mundo. Y es el guardián de los principales valores de la civilización judeocristiana, de los derechos humanos, de la libertad y la tolerancia. Luchar por ellos dentro de su territorio y es su principal valedor en el resto del mundo.

Nunca en la historia de la humanidad ha habido una alianza política voluntaria de Estados cuyos objetivos primordiales fueran la libertad, seguridad y felicidad de todos los individuos que formaban parte de sus estados miembros. Porque si la creación de los Estados Unidos es una inmensa gesta en este sentido, se construía sobre nuevo territorio.

En Europa la unión requería el supremo esfuerzo humano de la reconciliación tras siglos de guerras intestinas. Y se consiguió. Ahora hemos de adaptarnos a los retos de competencia en un mundo cada vez más pequeño. Si fracasan nuestras reformas, si no logramos ser competitivos frente a las potencias rivales, no podremos defender nuestro gran espacio de paz y libertad, que es único.

El peligro es grave. Sin fortaleza económica, no podremos defender nuestros valores. Los peligros para el futuro son muchos. Y no todas las tragedias se lograron evitar. Pero si reflexionan sobre la inmensa bendición de la insólita paz, que ha reinado en este continente tan acostumbrado antes a anegarse en sangre, verán que algo hemos hecho infinitamente bien. Y que la Unión Europea es parte fundamental de ello.

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