ABC 13.10.12
La Academia Sueca ha concedido el Premio Nobel a la Unión
Europea y pronto se llenaban los medios y las redes de las voces que criticaban
la decisión o se reían de ella. Triste. Porque demuestra lo poco conscientes de
su suerte y poco reflexivas ante la historia que son nuestras sociedades
europeas actuales. Que son las más afortunadas y bendecidas en el último medio
siglo con bienestar, seguridad y paz sin iguales en el mundo. Triste. Porque
revela lo alejada que está la Unión Europea (UE) de sus ciudadanos. Que la ven
sólo como lo que también es, una organización burocrática, antipática,
intervencionista, distante y constante en sus cuitas.
ABC
1985
En junio, España firma su adhesión, que se formaliza en 1986
1957
Firma del Tratado de Roma.Supone la fundación de la Unión Europea
Pero en esa reacción se esconde también su máxima grandeza:
el éxito total de la empresa lanzada en la posguerra por Schumann, de Gaspieri,
Monnet y tantos otros. Los cientos de millones de ciudadanos de la UE no
conocen el peligro de la guerra, no tienen noción de la angustia de la muerte
inminente, la mutilación y la supervivencia. Los europeos han dejado de creer
posible una realidad que marcaba la vida y la muerte de sus antepasados con
implacable regularidad durante siglos. La Unión Europea ha conseguido su
principal objetivo con tamaño éxito que sus ciudadanos ya no alcanzan a
reconocerlo.
Hace mucho tiempo que no hemos tenido un Premio Nobel de la
Paz más merecido. La UE nació para evitar que volviéramos a matarnos. Además
nos ha dado una riqueza desconocida en un continente del que hace un siglo se
huía por hambrunas. Ha creado un espacio de libertad, seguridad, bienestar y
compasión sin igual en el mundo. Y es el guardián de los principales valores de
la civilización judeocristiana, de los derechos humanos, de la libertad y la
tolerancia. Luchar por ellos dentro de su territorio y es su principal valedor
en el resto del mundo.
Nunca en la historia de la humanidad ha habido una alianza
política voluntaria de Estados cuyos objetivos primordiales fueran la libertad,
seguridad y felicidad de todos los individuos que formaban parte de sus estados
miembros. Porque si la creación de los Estados Unidos es una inmensa gesta en
este sentido, se construía sobre nuevo territorio.
En Europa la unión requería el supremo esfuerzo humano de la
reconciliación tras siglos de guerras intestinas. Y se consiguió. Ahora hemos
de adaptarnos a los retos de competencia en un mundo cada vez más pequeño. Si
fracasan nuestras reformas, si no logramos ser competitivos frente a las
potencias rivales, no podremos defender nuestro gran espacio de paz y libertad,
que es único.
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