ABC 16.09.12
No toca aquí comentar las
palabras de Alfredo Pérez Rubalcaba, uno de los principales responsables de la
gran estafa que fueron dos legislaturas socialistas en las que, a fuerza de
ocultación y mentira, de negar la evidencia y posponer reformas, se agravaron
dramáticamente los sufrimientos de la población para muchos años. Y se
infligieron daños casi irreparables a la economía y a sus instituciones. Sus
palabras sobre la pérdida de la «mayoría social» por parte del PP y de
la legitimidad sólo demuestran el estado de confusión y dislate permanente de
esa agónica dirección socialista.
Hablemos
de las manifestaciones de ayer. Y de las declaraciones de los caudillos
intrépidos de los «sindicatos de clase» que amenazan al gobierno con mil
desgracias si éste tuviera la osadía de no plegarse a sus condiciones.
Condiciones las suyas que pasan por suspender las reformas, romper por tanto
todos los compromisos en la UE, asumir la quiebra y se supone que dejar en
manos de Toxo y Méndez que nos lleven con sus consejos y su sabiduría a una
economía mauritana o cubana. Ayer se les llenó la boca con baladronadas de que
con «el apoyo de la ciudadanía» le harán a Rajoy una huelga general para tumbar
las reformas. Lo que se supone consideran que sería la solución para los
problemas de todos, incluidos esos casi seis millones de parados que se han
acumulado mientras Méndez jugaba a ser vicepresidente del Gobierno de la
estafa. Obscenas palabras. Para tanta amenaza se antojan pocos esos 65.000
personas en Madrid, llegados en mil autobuses de toda España. Es poco más de
media entrada al Bernabéu, querido Méndez, querido Toxo. Menos lobos.
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