viernes, 13 de febrero de 2015

PERDÓN POR EL ÉXITO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  27.08.11


Ya estamos viendo imágenes de Libia que no nos gustan. Jóvenes subsaharianos detenidos, presuntos mercenarios de Gadafi, fotografiados llorando mientras los trasladan los rebeldes a un destino desconocido. Muy probablemente a ser ejecutados lejos de las cámaras. Escenas con cadáveres de miembros de las milicias leales. Informes sobre vejaciones, malos tratos o torturas y por supuesto de mil saqueos de los milicianos rebeldes en la capital. No se deben poner en duda. Si en todas las guerras se producen, en ésta los combatientes victoriosos están sedientos de venganza por todo el horror sufrido. Siguen además en plena batalla. Con bolsas resistentes en Trípoli y la ofensiva sobre Sirte apenas comenzada, no hay paz. Nadie puede pretender que estos jóvenes que han hecho su aprendizaje militar en campaña se comporten como un ejército regular. Y sin embargo, las salvajadas son muchas menos de las que cabía esperar. La disciplina demostrada en estos últimos meses por las unidades heterogéneas de guerrilleros que en su mayoría se han conocido en combate, es considerable. Y su capacidad de coordinación con las fuerzas de la OTAN es notoria. Los inevitables casos de «fuego amigo» e incidentes entre los enemigos de Gadafi cuando comenzó la intervención dieron paso a una cooperación que ha sorprendido por su eficacia. El CNT demuestra sobriedad, realismo y también autoridad. Pero la guerra no ha terminado. La alarma por la posibilidad de que fuerzas de Gadafi envenenaran el agua potable revela la brutalidad de un régimen herido de muerte. Sin duda habrá noticias que no gusten. Que utilizarán aquellos que dicen que son lo mismo Gadafi y sus enemigos. No es así, las cosas han ido muy bien. Los rebeldes y la OTAN han obtenido una victoria eficaz. Con pocas bajas. Ya sabemos que según algunos habrá que pedir perdón por ello. La mayoría de los libios, feliz, no piensa hacerlo.

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