jueves, 12 de febrero de 2015

PRIMERAS CONQUISTAS

Por HERMANN TERTSCH
Desde El Cairo
ABC  07.02.11


Todos son conscientes de que el régimen sólo hará las concesiones a las que se vea obligado

La primera hazaña de los manifestantes que desde el día 28 de enero ponen en jaque al régimen de Mubarak se consiguió en la calle y fue la conquista de la palabra y la derrota del miedo, la principal arma de toda dictadura. Pero ayer, ya en unas negociaciones sin precedentes entre líderes de la oposición, incluidos los Hermanos Musulmanes, y el vicepresidente Omar Suleiman, se consiguieron algunas conquistas históricas. La principal, el anuncio de la abolición de la ley de emergencia, máximo instrumento jurídico para perseguir toda crítica y oposición.

En la Plaza de Tahrir, todas las conquistas se recibían con agrado pero el gran alborozo y el final de las protestas, insisten, sólo se dará cuando sepan que Mubarak forma parte del pasado. Persiste el obstáculo en que se ha convertido el presidente. Y ayer el vicepresidente negó estar dispuesto a asumir la sucesión. Pero sí se reforzaban las voces de quienes consideran posible alguna fórmula que no pase por una huida humillante del presidente. Los Hermanos Musulmanes, que habían dicho que no negociarían sin la salida de Mubarak, sí lo hicieron ayer. Todos consideran que sin la presión de la calle las conquistas de ayer jamás se habrían producido ni se producirán otras. Todos creen que el régimen intentará perpetuarse y sólo hará las concesiones que se vea obligado a hacer. Pero todos son también conscientes de que el régimen es capaz de volver a recurrir a la fuerza.

Mientras, ayer la ciudad de El Cairo vivía una jornada de clara normalización. Los inmensos atascos en la ciudad y las radiales revelaban no sólo que por fin se había reestablecido el suministro de gasolina, sino que la mayoría de los egipcios sentían ya la suficiente seguridad como para afrontar sus labores cotidianas. Así, se agudizaba el fuerte contraste entre esa normalidad en la mayor parte de la ciudad y la plaza de Tahrir, donde se mantienen los manifestantes. A a los que ayer se unieron decenas de miles de ciudadanos para reforzar la demanda de la dimisión de Mubarak. Cargados con bolsas, miles de cairotas acudían desde primera mañana a la plaza para llevar víveres y mantas a unos manifestantes que han de pasar ahora noches mucho más frías y húmedas.

La reunión de ayer fue asimismo extraordinaria porque supuso el primer contacto directo y oficial del poder con los Hermanos Musulmanes, ilegalizados en 1954 por el régimen de los oficiales libres bajo Muhammad Naguib y el que dos años después se convertiría en presidente Gamal Abdel Nasser.

Los Hermanos Musulmanes, fundadores del islamismo político radical en 1928 son vistos por la mayoría de los egipcios —y en gran parte por Occidente— como la mayor amenaza para la estabilidad del país y para la democracia. Temen que tras sus palabras de prudencia actual y su reiterado compromiso con dicho proceso, su objetivo no sea otro que el de la república islámica. Pero las opiniones en la oposición laica están muy divididas respecto al papel que puedan desempeñar. Unos creen que será imposible llevar acabo la transición sin la colaboración del que sin duda es, pese a su ilegalidad, el grupo político más estructurado y organizado de Egipto. Pero también son muchos que quieren imponer vetos a todos los partidos con vocación totalitaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario