sábado, 21 de febrero de 2015

SALVAR A AL ASSAD

Por HERMANN TERTSCH
  ABC  02.06.12


¿Es bueno o malo que Rusia y Alemania hablen sobre Siria? Es muy lógico y razonable que lo hagan. Pero también que genere atención. Y preocupación. Las capitales europeas se acuerdan muy bien todavía de la crisis de Libia. Y del estupor que generó la postura del Gobierno alemán y su abstención en el voto en el Consejo de Seguridad en la primavera del 2011, rompiendo la unidad de acción de la alianza occidental. Fue probablemente el peor error de la política exterior de Merkel como canciller. Y es muy improbable que algo así se pudiera repetir si los acontecimientos conducen en Siria hacia una situación que nunca será igual, pero quizás equiparable.

Alemania no puede desmarcarse de la postura occidental otra vez. El daño sería inmenso. Un encuentro germano-ruso en la cumbre, como el celebrado ayer en la cancillería de Berlín, nunca podrá ser uno más entre líderes políticos. El siglo XX no lo permite. No lo era ni siquiera cuando Alemania era un país dividido y aun albergaba tropas extranjeras. Cuánto menos ahora que Berlín y Moscú son las capitales indiscutibles del poder en el continente. Y un encuentro así siempre despierta recelos. Putin ha ido a Berlín en su quizás último esfuerzo por salvar el plan de Kofi Annan. Un plan que, no nos engañemos, tiene como objetivo principal salvar a Bashir el Assad. Y así ha insistido Putin en que a nadie se le ocurra dar pasos, como pide la oposición siria pero también voces en Londres o París, para enterrar el plan.

Merkel y Putin han dicho que la solución tiene que ser política. Obvio. Pero eso no excluye una resolución que constituya ciudades protegidas y corredores humanitarios en Siria. El plan de Annan es el mejor plan de Al Assad. Putin lo defiende. Merkel no puede. Es Putin quien ha de ver que nadie puede salvar a Al Assad.

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